BOGOTÁ, Colombia (Medios Digitales). En la sede de campaña de Juan Manuel Santos, un viejo claustro situado en el norte de la capital, se respira optimismo. Los seguidores del presidente están convencidos de que la firma del tercer punto de la agenda, de cinco en discusión, convierte el proceso de paz de La Habana en irreversible.Consideran que el compromiso de las FARC de abandonar su relación con el narcotráfico, sellado el viernes, convierte la segunda vuelta de la campaña electoral en un voto a favor o en contra de la paz. Ya no habrá marcha atrás en la sinuosa senda que emprendieron el Gobierno y la banda terrorista, hace dieciocho meses, para terminar en una mesa de negociación el conflicto armado más largo del continente.El actual mandatario, según sus propias palabras, representa la esperanza de acabar la guerra por la vía del diálogo. Al uribista Oscar Iván Zuloaga, su principal rival, candidato del Centro Democrático, le deja el papel de implacable guerrerista, empeñado en la solución militar.Lo que aseguran todas las encuestas, conocidas entre el jueves y el sábado, y han asumido los cinco candidatos en liza, es que nadie conseguirá la mitad más uno de los votos, porcentaje necesario para conquistar la presidencia el próximo domingo 25. Quienes ocupen los dos primeros lugares disputarán la final, fijada para el 15 de junio.Los sondeos muestran a Zuloaga, en permanente ascenso, amenazando la reelección, y a un Santos estancado en su techo del algo menos del 30%, incapaz de generar entusiasmo en el electorado. De ahí la importancia que tenía un gesto de la guerrilla para impulsar su campaña.“Hoy tenemos razones para creer, hoy tenemos razones para ser más optimistas, hoy tenemos motivos para decir que la paz sí es posible”, declaró el mandatario en un discurso transmitido en directo al país, en la noche del viernes.Poco antes, los equipos negociadores dieron a conocer los pormenores del acuerdo, que el Gobierno calificó de “histórico”, para erradicar el narcotráfico de Colombia.En la declaración conjunta, la guerrilla garantizó que pondrá “fin a cualquier relación que, en función de la rebelión, se hubiera presentado” con “el problema de las drogas ilícitas”. Es la única frase del extenso comunicado donde las FARC, que tiene en el narcotráfico su principal fuente de financiación y mantienen lazos estrechos con distintas bandas mafiosas.





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