POSADAS. Una de cal y una de arena para los vecinos de la avenida Zapiola, entre Santa Cruz y Quaranta, en aproximadamente dos meses. En ese lapso comenzó la obra de empedrado que pedían hacía décadas. Hasta ahí, todo era alegría. La supervisión corresponde a la Dirección Provincial de Vialidad (DPV).El mal momento apareció cuando empezó el proceso de construcción del cordón cuneta y los operarios de la empresa, ganadora de la licitación, bajaron el nivel de la vereda, en algunos casos, hasta casi un metro, lo que generó múltiples inconvenientes.Literalmente quedó un desnivel pronunciado entre el final de las casas de algunos vecinos y la ubicación del “cordón”, lo que hizo imposible el ingreso a los garages de las viviendas. Esto desató la furia de los frentistas que desde que comenzó la obra, deben estacionar sus autos en las calles laterales.“Ellos están trabajando mal, no coordinaron con los vecinos. Como les dieron el nivel de la ruta y de la colectora, no respetaron los niveles de las veredas. No teníamos idea que esto iba a pasar, un día vinieron a cavar, al otro día bajaron 20 centímetros más y arrancaron todo”, declaró Nelson Lukowski, dueño de un supermercado que quedó a la vera de lo que, dentro de dos años (es el plazo de ejecución de la obra) será el empedrado que vienen esperando.Sumado a la problemática del estacionamiento y el nivel de la vereda, “la cañería de agua potable, que es de la Cooperativa del barrio, quedó sobre el nivel del cordón, o sea no puedo hacer la entrada de mi auto porque quedó al descubierto el caño de agua, al que tendrán que bajar completo. Y más arriba pasa la fibra óptica, por ende no podemos hacer la vereda a un nivel de cordón porque nos vamos a chocar con ella que está a 80 centímetros”, aseguró Lukowski.Gabriel Cuadra, empleado de la Cooperativa del Agua “Juan Manuel de Rosas” de las chacras 234 – 235, aseguró que “el problema es la altura del caño y ellos no lo quieren bajar. Quedó arriba y si se rompe nos vamos a quedar sin agua, esa es la cañería principal”. Lukowski, a su turno apuntó que “nos juntamos los frentistas y en mi caso particular le mandé una intimación a la empresa encargada de la obra para que procedan a tomar cartas en el asunto. Ellos tienen que bajar completa la red de agua, hasta Santa Cruz. La fibra óptica no la van a poder tocar, entonces vamos a tener que hacer rampas de material. Deberían haber previsto esto en el presupuesto”. La obra, que comenzó hace dos meses, tiene previsto un plazo de ejecución de dos años. Por el momento, según los vecinos de la zona, son alrededor de siete a diez los empleados que van a trabajar todos los días y que, debido a las condiciones climáticas y a los distintos feriados, estuvieron ausentes varios días de la semana pasada.Quienes controlanPersonal técnico de la Dirección Provincial de Vialidad, encargado del contralor de la obra, en comunicación con PRIMERA EDICIÓN, indicó que la misma va a un ritmo normal y que si bien los atrasos de los que hablan los vecinos fueron así, estos estaban previstos en el plan de trabajo. Sobre la situación que aqueja a los habitantes del lugar, aseguró que “hay cuestiones técnicas que no se pueden obviar. Hay un proyecto aprobado con los niveles de los cordones y desde nuestro lugar hacemos lo que la técnica aconseja. Acá no hay me gusta o no me gusta, es lo que está establecido en los planos del proyecto”, aseveraron.La misma fuente aseguró que la empresa está encargada de hacer sólo el empedrado y el cordón cuneta, desde la avenida Ituzaingó hasta ruta 12, con los empalmes correspondientes de las calles adyacentes. “El frentista se tiene que encargar de hacer su vereda, para eso hay un Código de Planificación Urbana y un Código de Construcción que es la normativa de todo lo que está en la vía pública”. A su vez, desde la DPV dijeron no haber recibido notas de una comisión vecinal, ni de ningún vecino. “Si están teniendo algún problema con el proceso de construcción, se dirige una nota y nosotros estamos abiertos al diálogo, pero en este caso se toma el mejor de todos los criterios, porque lamentablemente siempre pasa, en todas las obras es así”, indicaron. En esta misma línea, se confirmó que, para el lunes o martes, está prevista una reunión con los frentistas perjudicados y los ingenieros encargados del empedrado para informarles cómo va el desarrollo de la obra. Los vecinos del lugar fueron claros al ser consultados, “nadie vino a arreglar nada con nosotros, no hubo coordinación, un día nos encontramos con la obra en plena realización y con todos los problemas que trajo aparejada”, dijo Lukowski. Con la reunión en vista, los ingenieros encargados deberán ofrecer una solución a la problemática o, al menos, intentar llegar a un acuerdo con los frentistas perjudicados por la obra que tanto esperaron.





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