LEANDRO N. ALEM (Enviado especial). Todos en Alem conocían a Wladimiro Fleck (76). Por eso ayer, cuando la noticia comenzó a correr de boca en boca, nadie podía creerlo. “Nene”, como lo llamaban sus más cercanos, apareció muerto en su casa. El desconcierto, pero también el misterio, ganaron en las últimas horas las calles de la localidad del centro provincial.Todo apunta a que fue un robo. O al menos un intento. Es que la casa del contador público estaba totalmente revuelta. Y también el estudio, ubicado a poco más de tres cuadras. En ambos inmuebles las puertas estaban semiabiertas y el desorden era total, pero él o los ladrones aparentemente no se llevaron nada, al menos en principio.Tampoco golpearon al profesional, cuyo cuerpo no presentaba lesiones visibles. Pero los investigadores no descartan nada y ahora intentan saber si alguien pudo haber agregado alguna sustancia a la comida o bebida de Fleck. Lo dicho: todo forma parte aún de un cerrado misterio.La peor sospechaPRIMERA EDICIÓN recorrió Leandro N. Alem y pudo confirmar la conmoción que generó la noticia. Es que, efectivamente, todos conocían a Fleck, querido por una amplia parte de la sociedad local, como pudo escuchar este medio en cada esquina de la ciudad.Ayer al mediodía los vecinos contemplaban con asombro al pasar frente al estudio contable de avenida San Martín al 100, donde colgaba un cartel que no requería de mayores explicaciones: “cerrado por duelo”.En ese lugar, justamente, comenzó a descubrirse la historia con desenlace fatal, como Juan (71), hermano de Wladimiro, le contó en exclusiva a este medio.“Como todos los días, a eso de las 6 el hombre que nos lleva el diario llegó al estudio y notó que la puerta estaba abierta. Le llamó la atención y fue hasta la casa de mi hermano”, relató Fleck.El diariero se dirigió al inmueble donde vivía Wladimiro, en avenida Güemes 210, en la intersección con Saltos del Moconá. En ese lugar el contador vivía solo desde la muerte de su mujer, hace poco más de un año y medio. La casa está a apenas tres cuadras del estudio.“Cuando llegó, vio otra vez que la puerta estaba abierta y las luces, encendidas. Lo llamó a mi hermano, pero como no escuchó respuestas, vino hasta casa y me avisó de todo esto”, recordó Juan Fleck, quien vive a unas cinco cuadras de la casa de la avenida Güemes.El menor de los hermanos fue directamente a la Unidad Regional VI de la Policía de Misiones -justo en el camino entre su casa y la de su hermano- y llegó a la vivienda de Wladimiro acompañado por efectivos policiales.En el lugar de los hechos, Juan y los uniformados descubrieron lo peor: “llegamos y estaba todo muy desordenado. Fuimos hasta la habitación y ahí encontramos a mi hermano”. La víctima vestía ropa de descanso. Estaba sobre la cama. Ya no tenía signos vitales.Enseguida llegaron al lugar el comisario mayor José Mazur, jefe de la UR-VI, y la magistrada Selva Raquel Zuetta, titular del Juzgado de Instrucción 5 de la Primera Circunscripción Judicial. A esa altura ya no quedaban dudas: la de Fleck no era una muerte más.En la escena el médico policial constató que el cuerpo no presentaba lesiones externas, por lo que Zuetta ordenó que se llevara a cabo una autopsia, que se realizaba anoche en la Morgue Judicial de Posadas. Fuentes de la investigación indicaron que, al menos en principio, el cadáver tampoco presentaba lesiones internas. La muerte habría sido producto de un infarto.“Más allá de la edad, él no tenía problemas cardíacos”, le explicó Juan a este medio. Por eso, los peritos tomaban todo tipo de muestras con el fin de establecer si Fleck pudo haber ingerido alguna sustancia desconocida. Esa teoría encuentra sustento en el hecho de que en su casa los policías hallaron un vaso con fernet preparado. Con respecto a los autores, los detectives tienen al menos una certeza, que indica que Fleck conocía o tenía cierta confianza con quienes compartió sus últimos minutos de vida. Es que ningún acceso de la casa de la avenida Güemes fue violentado. Tampoco las puertas del estudio contable: quien revolvió la casa del contador encontró allí las llaves y fue hasta las oficinas en busca de elementos de valor.Un intento de robo. Al menos esa era la principal teoría confirmada anoche por las autoridades. Sólo un intento, porque del estudio no faltaba dinero. La familia lo confirmó y cree que de la casa tampoco. No obstante, en las próximas horas el trabajo encomendado era el de revisar el inmueble para confirmar si algo había desaparecido. Mientras tanto, el misterio continuaba. Todos en Alem se preguntan que pasó con Wladimiro Fleck.





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