FORMOSA y POSADAS. Del orgullo a la vergüenza. Y a la incredulidad. Esas son las sensaciones que dejan procedimientos como los del último sábado en Formosa, donde tres gendarmes fueron detenidos por tráfico de cocaína, justamente el delito por el que se entrenan para combatir. Y el golpe para los misioneros es aún mayor: uno de los apresados resultó ser oriundo de la provincia.PRIMERA EDICIÓN, que ayer anticipó la noticia, confirmó en las últimas horas por medio de sus fuentes que uno de los arrestados es misionero. Y que se trata del gendarme que conducía el automóvil en el que se encontraron unos 150 kilogramos de cocaína, nada más y nada menos.“Es un cabo de la fuerza con prestación de servicios en una unidad de transporte de Buenos Aires. Es él quien iba manejando el vehículo en el que se halló la droga. Está confirmado que es oriundo de Misiones”, le confió a este diario uno de los investigadores de la causa.El operativo se realizó el último sábado sobre la ruta nacional 81 cerca de Ingeniero Juárez, a 450 kilómetros de Formosa capital y a unos 53 de la frontera con la provincia de Salta.En ese lugar estaban apostados efectivos del Escuadrón 19, dependiente de la Agrupación VI de Gendarmería Nacional, quienes primeramente controlaron y dejaron pasar a un Ford Focus que era conducido por un gendarme, quien viajaba acompañado junto a dos civiles de origen boliviano, en dirección a Formosa.Los centinelas no notaron nada extraño, aunque sus sospechas se encenderían unos pocos minutos después, cuando al control llegó un VW Fox rojo que era guiado por un colega suyo. En el auto viajaba otro gendarme.Al principio, los viajantes se mostraron tranquilos. Hasta esgrimieron su condición de “colegas” para que los dejaran continuar. Fue entonces que los uniformados a cargo del control comenzaron a “atar cabos” y resolvieron revisar el Fox. Entonces lo descubrieron todo: en las puertas y otros lugares “huecos” del rodado estaban escondidos varios ladrillos que resultaron ser de cocaína. En total, había 150.460 kilogramos del estupefaciente.Enseguida, el misionero y su compañero de la fuerza fueron detenidos. Los centinelas ordenaron la captura del Focus, que venía “abriendo camino” o “punteando”, como se dice en la jerga. Fue alcanzado e interceptado unos pocos kilómetros más adelante, en una estación de servicios.Según pudo saber este diario, los tres gendarmes apresados -además del misionero, hay un correntino y un formoseño- intentaban trasladar la droga hacia Buenos Aires, donde todos cumplen funciones en distintas dependencias de la fuerza.Para los investigadores, los dos sujetos de origen boliviano detenidos a bordo del Focus no serían otra cosa que los dueños del cargamento, valuado en por lo menos tres millones de pesos. Se supone que fueron ellos quienes “contrataron” a los gendarmes como “choferes”. También, claro, para no levantar sospechas y eludir los controles de Gendarmería en las rutas argentinas bajo el pretexto de que se trataba de “colegas”.La investigación está a cargo de la magistrada subrogante Zunilda Niremperger, al frente del Juzgado Federal de Formosa, quien podría tomarles declaración indagatoria en las próximas horas. Mientras tanto, el joven gendarme misionero y sus otros dos compañeros de la fuerza permanecen tras las rejas. Cambiaron el uniforme por la ropa de los detenidos. El honor de servir a la patria por la vergüenza de transformarse en cómplices del narcotráfico. Una ruta claveLa ruta nacional 81 es considerada por las autoridades como un camino “sensible” a la hora de hablar del narcotráfico, uno de los males que azota con fuerza y preocupa a la opinión pública nacional.La arteria tiene una extensión total de 688 kilómetros, que van desde Formosa capital hasta el cruce con la ruta nacional 34, en Salta, a poco más de 100 kilómetros de la siempre caliente frontera con Bolivia.El trazado ofrece enormes “posibilidades” a las redes del narcotráfico que operan en el norte del país, quienes la utilizan para ingresar cocaína o marihuana y transportarla hacia Rosario, Córdoba o Buenos Aires gracias a la conexión con la ruta nacional 11, que nace en Clorinda -en la frontera formoseña con Paraguay- y finaliza en el sur santafesino.Los investigadores de Gendarmería Nacional y del Juzgado Federal de Formosa no tienen dudas: los gendarmes detenidos el último sábado en Ingeniero Juárez habían ingresado el cargamento de cocaína -valuado en por lo menos 3 millones de pesos- al país desde Bolivia y buscaban llevarlo a Buenos Aires, para fraccionamiento y venta. El viaje parecía un “negocio redondo”, pero terminó mal. Corrientes: otro misionero, pero con “cannabis sativa”CORRIENTES (Especial). También en Corrientes un misionero fue detenido por tráfico de estupefacientes. Se trata de un civil de 23 años que protagonizó una fuga de película.Todo comenzó a las 21.40 del último domingo en el acceso a Paso de la Patria, sobre la ruta nacional 12. En ese lugar, un VW Bora al mando del joven eludió un control de Gendarmería Nacional apostado en la escena y escapó a toda velocidad.Efectivos del Escuadrón 48 dieron aviso entonces y solicitaron la colaboración de la Policía de Corrientes. Se inició entonces una cinematográfica persecución por el acceso a la capital correntina.La fuga parecía finalizar cerca del acceso a Santa Ana, unos veinte kilómetros después, pero el joven misionero no desaceleró y chocó el patrullero que intentaba interceptarlo.La persecución se extendió entonces unos diez kilómetros más, en medio de una ruta nacional 12 congestionada por miles de automovilistas que regresaban después del fin de semana largo.La fuga finalmente acabó ya en la zona urbana de Corrientes, sobre la arteria nacional y avenida Libertad, con el Bora rodeado. El misionero terminó detenido: llevaba 300 kilos de marihuana.




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