POSADAS. Que los niños lean con fluidez, comprendiendo lo que leen, es una de las metas de la alfabetización. Durante el primer grado de la primaria, el niño aprende no sólo el abecedario, sino también la relación entre las consonantes y las vocales: las sílabas. El gran salto que permite la lectoescritura es cuando esas sílabas son percibidas por el nuevo lector como palabras plenas de significado. Al escuchar a un niño leer en voz alta es bastante sencillo distinguir si estamos ante una lectura de sílabas continuas o ante sílabas que se revelan como palabras con significados. Cuanto más fluido lea ese niño, mayor posibilidad tiene de comprender lo leído. Fluidez y comprensión van de la mano. En el sistema educativo argentino se espera que los chicos alcancen satisfactoriamente este proceso al finalizar el primer grado y lo refuercen durante segundo y tercer grado. Ya en el segundo y tercer grado, la mayoría de los estudiantes supera la lectura trabajosa palabra por palabra, típica de los lectores principiantes, y comienza a leer con creciente fluidez y expresión.La fluidez es el puente entre el desciframiento y la comprensión. Cuando los estudiantes leen con fluidez es signo de que comprenden lo que están leyendo porque es necesario entender el significado de un pasaje para leerlo con expresión. La fluidez también contribuye a la comprensión porque cuando los lectores son capaces de descifrar las palabras con exactitud y en forma automática, pueden concentrar su atención en construir el significado del texto en lugar de tener que descifrar cada palabra. Una manera de medir si los niños alcanzaron el estándar de lecto fluidez es contar las palabras que leen por minuto y verificar luego que hayan comprendido su significado. En América Latina, un niño que termina el segundo grado debería leer tranquilamente 60 palabras por minuto. Al finalizar tercer grado 90 palabras y en cuarto 110 palabras por minuto. La situación en Misiones A fines de 2012, la Dirección de Educación Primaria del Consejo General de Educación (CGE) de Misiones relevó el estándar de fluidez de lectura en los alumnos que terminaron el segundo grado y se encontró con un panorama desalentador: el 58% de los chicos leían menos de 50-60 palabras por minuto y un 21% no alcanzaba ni a las 20 palabras. En esa oportunidad, el jefe del Gabinete Educativo, Alberto Galarza, explicó a PRIMERA EDICIÓN que “nos encontramos con mucha disparidad, nosotros no tenemos una provincia homogénea en términos de aprendizaje y el desafío de la escuela es la justicia educativa, es decir que todos puedan aprender conocimientos o núcleos de aprendizaje de la misma manera, más allá del lugar donde vivan o la escuela a la que asistan. La verdad es que hay zonas que están trabajando muy bien pero en otras tenemos desafíos importantes. Capital, Oberá, Eldorado están bien; pero tenemos algunos problemas en General Belgrano (Norte), Cainguás (Centro)… entre otras zonas de la provincia. Pero cuando uno mira otros indicadores sociales también tenemos problemas en estas zonas”.Como consecuencia de este estudio, el gobernador Maurice Closs pidió a las autoridades educativas que instrumenten acciones que impulsen la lectura en los primeros años de la primaria. A principio y en diciembre de 2013 se repitió el relevamiento de fluidez de lectura en la provincia. Los resultados obtenidos mostraron una importante mejoría pero distan de ser las ideales. En diálogo con este diario, el presidente del Consejo General de Educación, Adolfo Safrán, precisó que “nos encontramos con significativos cambios en los dos extremos: en aquellos alumnos que leían menos de 20 palabras por minuto, los chicos con mayores dificultades en la lectura, que estaban en un tramo cercano al 21% de los alumnos, hemos bajado al 15%. Es decir hemos disminuido un 6% el porcentaje de niños con dificultad de lecto-comprensión”, remarcó.Destacó además que “de los chicos que leen entre 50 y 60 palabras por minuto se pasó de un 42% al 54%, es decir hemos logrado alcanzar índices interesantes pero nos queda trabajar con la franja de chicos que leen cerca de 40 palabras por minuto que están en un promedio que tenemos que tratar de mejorarlo”. Al ser consultado acerca de qué acciones colaboraron en esta mejoría, Safrán señaló el trabajo de los supervisores que en sus visitas a los establecimientos educativos asesoraron a los maestros de grado sobre cómo tenían que trabajar con este tema, realizaron evaluaciones parciales para ver cómo había evolucionado el trabajo y hubo un acompañamiento permanente lo cual nos permitió llegar a estos resultados”. Pese a que estos resultados muestran un avance respecto a los recabados en 2012, no se puede pasar por alto que casi cinco de cada diez niños que terminaron el segundo grado en diciembre del año pasado en las escuelas públicas de Misiones no alcanzaba a leer 50-60 palabras por minuto. Inclusión y calidad Inclusión y calidad educativa son los dos ejes que, según Safrán, orientarán las acciones educativas que se concretarán este año. “Este año reforzaremos nuestro trabajo para lograr la inclusión y permanencia de los alumnos en las escuelas, especialmente en las secundarias y esto va de la mano del impacto del Programa Progresar con la incorporación e inclusión de más jóvenes en las escuelas. Este es uno de los ejes de nuestro trabajo en 2014: cómo hacer para que los jóvenes que hoy están fuera del sistema educativo vuelvan a ingresar, entre ellos, de la mano del Progresar o con otras herramientas”, remarcó. Añadió que “la otra línea de acción es reforzar la calidad educativa. Nos focalizaremos en la fluidez de lectura de los alumnos del primer ciclo de la escuela primaria, con las tutorías y métodos de evaluación en las secundarias con un marco normativo ya definitivo que tenemos que aprobar este año. Las tutorías están trabajando muy bien, las que se hicieron en 2013 dieron un buen resultado, según un relevamiento realizado en todas las escuelas, el 64% de los alumnos que asistieron a tutorías, rindieron y aprobaron”, recordó.





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