EL SOBERBIO (Enviado especial). Los fondos destinados a la construcción de siete pozos perforados y sus redes de distribución que se pagaron y rindieron pero nunca se ejecutaron las obras en la gestión del prófugo ex intendente renovador, Alberto Elio Krysvzuk, son la punta de un ovillo de 30 millones de pesos que se “perdieron”, sólo en los últimos dos años. Son muchos los damnificados y perjudicados que hoy reclaman que la Justicia se haga cargo de aplicar el castigo a la corrupción que los dejó sin un servicio esencial: agua potable.Si bien El Soberbio está bordeado por un majestuoso río, hay varias colonias y parajes que padecen la falta de agua para el consumo humano. Bronca y desánimo reinan en los hogares que habitan las zonas rurales, al ver cómo se perdió la oportunidad de mejorar la calidad de vida de las familias por la ambición de un grupo de poder.Cabe recordar que por el caso, fueron detenidos y liberados bajo caución los ex secretarios municipales Gabriel Winjak (Tesorero); Julio Servín (Obras Públicas); Gamal Haydar (Gobierno y luego Tesorero); y el ex asesor contable Carlos Arrúa. Además del empresario posadeño Miguel Genesini.En medio de la crisis institucional que dejó sin gabinete al intendente interino Juan Carlos Pereyra, lo cierto es que las obras de agua no se ejecutaron y hoy los problemas siguen sin resolverse. Los pozos perforados debían hacerse en Colonia Primavera (a 12 kilómetros del casco urbano de El Soberbio) por la ruta costera Nº 2 camino hacia los Saltos del Moconá; en el kilómetro 18 de la ruta Provincial Nº 13; kilómetros 8 y 6 de la misma arteria; y en la Colonia Chafariz por la ruta costera (pero a 25 kilómetros de El Soberbio hacia el sur), entre otros lugares.Hasta la zona viajó PRIMERA EDICIÓN para escuchar a los más afectados por la corrupción: los vecinos.“Después de la campaña no supimos más nada”Mauro Magni es un productor agrario de la zona de Colonia Chafariz, vive a 25 kilómetros del caso urbano de El Soberbio. Como unos de los 30 vecinos suyos que habitan el lugar, tienen problemas para obtener agua para el consumo humano.El vecino reveló la utilización política que “Coleco” Krysvzuk hizo de la necesidad de abastecer con agua la zona y que luego terminó en una mera promesa de campaña.“Nosotros consumimos agua de vertientes que están muy lejos de nuestras casas. En épocas de verano, sufrimos la falta de agua, porque con dos o tres semanas sin lluvias, ya merma mucho la naciente y debemos buscar agua en las casas de los vecinos para tomar. Para los animales sacamos de los arroyos o el río Uruguay, pero para eso tenemos que tener un vehículo y hay gente que no tiene”, explicó.Agregó en su relato a este diario que “siempre le pedíamos al intendente (Krysvzuk) para que nos gestione un pozo perforado. Durante la campaña política hace tres años más o menos, él hizo una reunión con otros dirigentes políticos y nos hizo firmar un proyecto. La obra nunca se hizo y seguimos igual que antes. Unos meses después que terminó la campaña y fue reelecto, mandó unos materiales para hacer una protección en una vertiente. El material quedo ahí y no supimos más nada hasta que saltaron las denuncias”.Confirmó incluso que algunos de sus vecinos fueron llamados a declarar como testigos por el juzgado de Instrucción de San Vicente a cargo del magistrado Demetrio Cuenca, para confirmar que las obras no fueron ejecutadas.En la colonia Chafariz, además de las mencionadas 30 familias que tienen la necesidad de agua potable, funciona una escuela que nunca tuvo el líquido vital. “Hoy los maestros tienen que buscar agua de un vecino para que los chicos tomen agua. Y para limpiar el edificio sacan agua de un pozo que está muy contaminado” confirmó el colono.Aguas contaminadas por químicos del tabacoEn la colonia Paraíso, situada a 12 kilómetros al norte de El Soberbio, tuvieron una experiencia similar a la vivida por los vecinos de Chafariz. Andrea Hommerding, es una comerciante asentada al costado de la ruta Costera 2. Con su familia, plantan tabaco y también tienen problemas de agua durante los meses estivales.La comerciante explicó a PRIMERA EDICIÓN: “Acá hay mucha necesidad de agua potable. Todos los colonos plantan tabaco y consumen de vertientes. Sabemos que el agua de la lluvia que cae en la plantación de tabaco va a parar a los cursos de agua donde nosotros tomamos. Por eso siempre pedimos un pozo perforado”.Contó que “en el verano es una lucha con el agua. Hay veces que no tenemos de donde sacar para tomar. Las vertientes se secan y tenemos que recurrir a los vecinos que tienen vertientes que no se secan o bien, vamos a la escuela y sacamos del pozo de ahí, pero no es muy grande y no hay suficiente. Por eso pedimos uno para nosotros. Somos más de 30 colonos que necesitamos agua”.Por su parte, Pedro Coleza narró su propia experiencia con el faltante de agua. “Tengo que traer agua de una vertiente que está a 400 metros. Utilizo una rueda para bombear el agua, pero en el verano merma la cantidad que puedo bombear y tengo que buscar de otro lado, por lo menos para el consumo de la familia. Para los animales tenemos que traer con un auto”.Coleza tiene un salón bailable al costado de la ruta costera, en Colonia Primavera, pero también es plantador de tabaco. “Acá hicimos una reunión con “Coleco” Krysvzuk, “Jair” Pereyra, y los concejales del intendente y se firmó el proyecto. Eso fue en el 2011. Después de eso, no sabemos si vinieron o no los fondos para la construcción del pozo que pedimos. Según la investigación de los concejales, resultó que la plata vino y no se hizo. Nosotros necesitamos que se haga el pozo”, reclamó.El ex concejal Elemar Eugenio Jost, que integró la Comisión Investigadora que impulsó la destitución de “Coleco” Krysvzuk en 2013, confirmó a este diario que “todos los días aparece gente que fueron engañados y robados por Coleco. Agradezco la acción de la Justicia por el trabajo que está haciendo y pido que aparezca Alberto Krysvzuk que es el que hizo todo el desfalco económico en la municipalidad. Nosotros investigamos solo los dos últimos años y encontramos alrededor de treinta millones de pesos que vinieron de distintos proyectos y programas provinciales y nacionales que no llegaron a su destino. El estuvo más de 10 años en el poder y siempre se manejo de la misma manera. Tiene que pagar ante la justicia”, reclamó el dirigente renovador.En El Soberbio, las heridas abiertas por la gestión del excéntrico ex alcalde, están lejos de cicatrizarse.&
;nbsp; Pereyra dijo que concejales opositores ponen “palos en la rueda”Cuestionado por no explicar en el Concejo la situación judicial de su gabinete, el intendente renovador interino de esta localidad, Juan Carlos “Jair” Pereyra, aseguró a PRIMERA EDICIÓN que está buscando “cambiar la imagen del municipio para mostrar a la provincia; y a los que viven acá, que podemos ver al municipio de El Soberbio con otra imagen, con otro criterio y que puede progresar políticamente como socialmente”.Sobre la salida de su gabinete -que terminó detenido por las causas que investiga la Justicia sanvicentina-, el alcalde admitió: “Tuvimos inconvenientes para reorganizar todo. Inconvenientes con los funcionarios del municipio. Hoy, ya estamos concretando con los que van a ocupar todos los cargos ejecutivos. Para la parte de Finanzas vamos a traer una contadora para que se haga cargo de esa sección. Sabemos que somos un gobierno transitorio, pero legítimo. Fuimos elegidos por el voto del pueblo en una elección. Hoy estamos ocupando el cargo como indica la Carta Orgánica Municipal”. La mencionada contadora sería de San Vicente, por lo cual, Pereyra dejaría de optar por el personal político que tiene la comuna para administrar la Tesorería.Respecto al pedido de tres concejales para que informe en el Concejo la situación judicial y los cambios de gabinete, el intendente diferenció al grupo oficialista del opositor al momento de las críticas. “Tenemos un grupo de cuatro ediles que nos están apoyando permanentemente y después hay otros -que son la oposición- y que buscan poner palos en la rueda y no buscan tener un consenso con el pueblo. Yo mencioné en la apertura de las sesiones del Concejo Deliberante este año, que están abiertas las puertas de la municipalidad para que ellos vengan y pidan lo que necesiten saber y a controlar las cuentas que ellos quieren. Acá tenemos que trabajar y no estar dispuestos para ir a las sesiones todos los martes a explicar boludeces (SIC), como los otros días que salió una nota en el diario, que me citaron en el Concejo y ese día estaba en Posadas realizando gestiones para traer cosas a nuestra ciudad. Ellos deberían hacer lo mismo y aportar ideas al municipio como concejal”, exigió.La presidente del Concejo Deliberante, Mariley Hesselmann, dijo su vez: “Hay dos concejales que son del partido Agrario y Social (Pays), que solo piden informes y quieren que el intendente vaya a las sesiones del Concejo. El día que haya algo que demande que vaya el intendente, vamos a aprobarlo. Hasta ahora, los informes que le pedimos los contestó por escrito y como corresponde y nos convenció. Acá debemos aportar entre todos y creo que la comunidad entendió eso y nos esta apoyando a nosotros y al intendente”.La herencia de “Coleco”Según “Jair” Pereyra, “todos los días me llaman mis compueblanos y me encuentro con ellos y me dan el respaldo. Saben que recibimos la comuna con 37 mil pesos y hoy estamos con recursos genuinos por encima de 100 mil. Estamos pagando las deudas que heredamos y las que generamos nosotros. Estamos arreglando el parque vial, hay una máquina en Posadas que nos va a costar 100 mil pesos arreglarla y eso lo haremos con recursos nuestros. Arreglamos el 60 por ciento de los caminos terrados”, detalló.En la gestión de Krysvzuk, donde Pereyra era viceintendente, se acostumbraba a pedir el combustible a los productores y habitantes de la zona rural para hacer funcionar las máquinas viales. Según el intendente interino, “Los caminos troncales de las colonias los arreglamos con combustible que pone la municipalidad. Nunca antes el municipio ponía el combustible. Los colonos tenían que pagar. Ahora para las entradas y picadas más chicas, sí se les pide que aporten algo. Prácticamente el 40 por ciento del combustible pone la municipalidad, ante lo tenían que poner los productores”.Según el actual intendente de El Soberbio, “la clase media-alta está contenta, por ahí un poco chocados porque se los está intimando para que paguen los impuestos; y por otro lado, nos felicitan porque ven dónde ponemos sus aportes”.Sin hacer referencia a los lugares que quedaron sin los pozos perforados, Pereyra aseguró que “desde que asumimos el primero de septiembre, somos el gobierno que menos tiempo quedó sin agua. Con la crecida del río, pasamos solo un día sin agua. Queremos aclarar también que estamos por firmar un convenio con Nación por 22 millones de pesos, para trasladar la toma de agua del río Uruguay al arroyo El Soberbio. Además, se va a refaccionar todo el sistema de agua potable. La planta nueva esta funcionando y pedimos que vengan especialistas de la provincia para mejorar la calidad del agua potable. Queremos que los ciudadanos en verdad tomen el agua potable. Que sea sana y saludable”.Pereyra insistió en la “herencia” financiera de “Coleco”: “La deuda que heredamos es muy abultada y no vamos a poder asumir todo ahora. Todos los días aparecen más acreedores. Con el transcurso del tiempo se va a ir pagando. Otros vienen a negociar la deuda. Hay deudas muy abultadas como con una empresa de neumáticos de San Vicente que tiene facturas por más de 300 mil pesos. Tiene los cheques que se los devuelven. Nosotros, desde que asumimos, tratamos de pagar lo que compramos y no generar más deudas. No tengo conocimiento si lo que se quiere cobrar esta invertido o no. Cada vez que viene alguien, se trata de arreglar”.





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