SAN ANTONIO. El hombre literalmente saltó de la cama al escuchar la alarma del coche y cuando salió al exterior de la casa, las llamas habían envuelto por completo al Volkswagen Gol y se expandían por las instalaciones de la construcción. Reingresó en busca de su esposa y sus dos hijos pequeños. Por fortuna, alcanzó a rescatarlos de una muerte segura. Esa acción valerosa hizo que el sargento de Gendarmería Tiago González terminara con quemaduras en ambos brazos y parte de la espalda.La familia lloraba de impotencia y dolor por un lado; de felicidad por otro, porque más allá de las pérdidas materiales, todos estaban a salvo.Y no es poco decir. Los cuatro podrían haber muerto en medio de las llamas.Los peritos no tardaron mucho en confirmar que se había tratado de un atentado con una bomba molotov, que se inició en el interior del auto de la familia, unos quince minutos antes de que el gendarme despertara.Todo se produjo ayer, a las 2.15, en una vivienda del barrio Iprodha-Los Pinos, de San Antonio.El sargento González y sus camaradas apuntan como responsables a los líderes de una organización criminal ligada al contrabando en esa zona fronteriza de Misiones.Vecinos de la zona aseguraron haber escuchado el ruido potente de una moto y las siluetas de dos hombres que escapaban raudamente.Los primeros datos de la pesquisa indicaron que los atacantes rompieron el parabrisas trasero del vehículo y arrojaron en su interior la bomba incendiaria.En cuestión de minutos el fuego se extendió a la construcción. El dueño del hogar sacó a su familia y cuando intentó salvaguardar el mobiliario, las llamas eran incontrolables.Una hora después, aproximadamente, arribaron los primeros socorristas. No era para menos. San Antonio no cuenta con una dotación de Bomberos, por lo que se debió recurrir al escuadrón de Bernardo de Irigoyen, localidad distante a 35 kilómetros, y las brigadas socorristas de Brasil.Cuando estos llegaron había poco y nada por hacer más que terminar de extinguir las pocas llamas y restos humeantes de la casa y el automóvil.Los investigadores no tienen dudas de que se trató de un atentado contra el hombre de Gendarmería, quien habría participado en procedimientos de incautación de mercaderías ingresadas al país de manera ilegal. No es la primera vez que organizaciones criminales, vinculadas con el narcotráfico o contrabando de mercaderías ilegales, dejan un mensaje de neto corte mafioso en esa región de la provincia. Es más, existe un antecedente lamentable que desembocó en un crimen impune: el homicidio del entonces jefe de la Aduana de Bernardo de Irigoyen, Gabino Sánchez.El funcionario fue ultimado el viernes 29 de febrero de 2008, de un balazo en la nuca, en su casa del barrio Soberanía Nacional.Jamás se supo la identidad del asesino, que ejecutó a la víctima cuando esta estaba en el piso, boca abajo. El maletínFuentes del caso contaron a PRIMERA EDICIÓN que el sargento decidió vender unos ahorros que tenía en Bonos, por la suma de 20 mil pesos.Al parecer, la intención era cambiar el coche, pero no pudo ser.El dinero estaba dentro de un maletín y al igual que el resto de la vivienda, terminó incinerado.En el escenario del hecho, González se mostraba destruido anímicamente. No es para menos, de la noche a la mañana quedó sin nada, perdió todo lo que acumuló durante años de trabajo y sacrificios.Al menos hasta anoche no había detenidos.





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