El blanco: la costanera. Nuevos actos vandálicos, ahora en el teatrino del cuarto tramo

POSADAS. Un relevamiento fotográfico de PRIMERA EDICIÓN en la zona del teatrino del cuarto tramo de la avenida costanera, en el centro de esta ciudad dejó en evidencia el constante accionar de los vándalos. Lámparas del alumbrado rotas, cables, las barandas de madera de los bancos y algunos postes de carteles han sido el blanco constante algunos vándalos que cuando no rompen los trabajos recién hechos, se roban los elementos colocados para la ornamentación. Pero en esta ocasión reciente sólo se “conformaron” con arrancar de cuajo los respaldos de algunos bancos para tirarlos en la zona donde habitualmente juegan muchos niños. Se trata de acciones que ya son tristemente conocidas -y lo que es peor-, la conducta  no hace más que repetirse y multiplicarse, como una espiral destructiva que más tarde o más temprano se replica en algún paseo público de la ciudad. “Contamos con un paseo tan lindo, siempre destacado por los turistas que llegan a nuestra ciudad, que además es un lugar ideal para hacer caminatas, que sinceramente no puedo entender a la gente que sólo piensa en destruir, yo pienso que pueden actuar drogados”, opinó Lidia (66) una vecina de la zona.  “¿Cómo puede entenderse  que apenas se coloque un banco en una plaza, los mismos destinatarios  sean los encargados de sacarlo o romperlo? ¿Con qué motivación actúa quien destruye un bien público? ¿Nadie ve cuando estos inadaptados cometen sus ataques?”, se preguntó indignada. Ella suele llevar a su pequeña nietita a andar en bici por la zona, y se mostró muy preocupada al respecto. “Si se colocaran más cámaras de seguridad, se podría tener certeza de quien o quienes rompen y actuar en consecuencia, porque estas cosas suceden en un momento donde no hay testigos, y hasta ahora sólo se puede denunciar una vez que ya todo fue roto”, agregó un Marta, una docente jubilada quien todas las tardes sale a caminar por la zona. La mujer alertó, por otra parte, “lo peligroso que  puede resultar  dejar a los niños jugar en las locomotoras, que no tienen  ningún tipo de resguardo, hay hierros retorcidos de punta. Ojalá no haya que lamentar accidentes para que hagan algo”.