OBERÁ. Finalmente reaccionó la Justicia penal de esta ciudad y tomó intervención en el sumario que investiga la supuesta participación de dos altos mandos de la Policía provincial en fiestas sexuales que se desarrollaban, en un principio, todos los jueves en un sector vip de un hotel obereño. La causa no es menor. Como informó este Diario el lunes pasado, había sospechas de que en esos encuentros participaban menores de edad. Hay un caso confirmado. Se trata de una adolescente, de 16 años, al parecer hija de un sargento en actividad, a la que habrían entregado a acaudalados comerciantes chinos para satisfacer sus más bajos instintos.Este dato cambió radicalmente la situación de los uniformados. Ahora podrían afrontar cargos por abuso sexual, corrupción y facilitación a la prostitución de menores de edad.Fuentes de la causa aseguraron que la chica habría identificado al oficial, con nombre y apellido, como la persona encargada de proveer de mujeres a los ciudadanos orientales y de haberla llevado a una de las fiestas donde abundaban el alcohol y el sexo.Ayer, en una reunión que se extendió más allá del mediodía, la jueza de Instrucción 1 de Oberá, Alba Kunzmann de Gauchat, se entrevistó con el jefe de la Unidad Regional II, comisario mayor Celso Gazano, y el titular de Asuntos Internos de la Policía, comisario general Tomás Arturo Oviedo.Oviedo tiene una particularidad. Además de trabajar en esa dependencia policial, es abogado. Es decir, es lógico pensar que sabe lo que hace y posee indicios suficientes para remitir las actuaciones a la Justicia penal.En un principio apareció involucrado solamente un comisario inspector de Oberá, pero con el devenir de las horas cobró fuerza la complicidad de un comisario mayor que, finalmente, fue apartado del cargo en Aristóbulo del Valle.El primero, en realidad, asoma como más comprometido en la investigación interna encarada por el mismísimo Celso Gazano.Al parecer, en sus inicios, el sumario era de neto corte administrativo, porque el oficial tenía una fuerte inclinación al juego, circunstancia reglamentariamente prohibida, pero en el medio saltó el escándalo de las fiestas sexuales en un hotel que solía frecuentar.Ahora la causa está en manos de la jueza Gauchat. Habrá que ver hasta donde avanza. Una situación complejaLa situación de al menos uno de los policías investigados es por demás compleja. De confirmarse que él era el proveedor de mujeres para esas fiestas sexuales y específicamente, responsable de la corrupción y prostitución de menores, podría afrontar duros cargos ante la Justicia penal de Oberá.Habrá que ver hasta dónde hay voluntad de avanzar y qué pruebas se pueden conseguir para contribuir a aquella potencial acusación.Por el momento las aguas están dividas, incluso dentro de la fuerza de seguridad provincial.Todos sabían que al inspector le gustaba la noche, pero muchos sostienen que sería incapaz de cometer un delito de semejante envergadura.




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