LA HAYA, Holanda y FEODOSIA, Crimea (Agencias y diarios digitales). El presidente de Estados Unidos Barack Obama y los líderes de las naciones más industrializadas del mundo advirtieron a Rusia que afrontará nuevas y dañinas sanciones económicas si el mandatario Vladimir Putin toma nuevas decisiones que desestabilicen Ucrania tras la anexión de Crimea.Los líderes del grupo de naciones desarrolladas G-7, que se reunieron sin Rusia, acordaron llevar a cabo una cumbre en Bruselas en junio en lugar de la reunión del G-8 programada con Rusia en Sochi.También decidieron suspender su participación en el G-8 hasta que Moscú cambie su postura.Los líderes de Estados Unidos, Alemania, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Canadá condenaron lo que catalogaron como “el intento ilegal de Rusia de anexar Crimea en contravención de la ley internacional”.Tras una reunión en La Haya, el grupo sostuvo que impuso una serie de sanciones contra Rusia y los individuos y entidades responsables, en respuesta a la violación de la soberanía e integridad territorial de Ucrania por parte de Moscú.“Seguimos preparados para intensificar las acciones, incluyendo sanciones sectoriales coordinadas que tendrán un impacto cada vez más significativo en la economía de Rusia, en caso de que Rusia siga escalando esta situación”, señaló el G-7.Los líderes del G-7, quienes se reunieron en los márgenes de una cumbre de seguridad nuclear, dijeron que volverían a encontrarse en Bruselas a comienzos de junio, la primera vez que Rusia quedará fuera de la cumbre anual de las economías industrializadas desde que se unió al G-8 en 1998.Obama, que impuso sanciones más duras a Moscú que los líderes europeos por la toma de la península del Mar Negro, dijo a periodistas: “Europa y Estados Unidos estamos unidos en nuestro respaldo al Gobierno ucraniano y al pueblo ucraniano”.“Estamos de acuerdo en imponer un costo a Rusia por sus acciones hasta ahora. El primer ministro (de Holanda, Mark) Rutte indicó correctamente ayer que las crecientes sanciones provocarán consecuencias significativas a la economía rusa”, añadió.Las fuerzas rusas ingresaron en una base de la marina en el puerto de Feodosia el lunes por la mañana, invadiendo uno de los últimos símbolos de resistencia de Ucrania. Y se llevaron a oficiales ucranianos para ser interrogados, dijeron funcionarios.En Kiev, el presidente interino Oleksander Turchinov dijo al Parlamento que los soldados restantes en el área y sus familias dejarían la región ante “amenazas a la vida y seguridad de nuestro personal de seguridad”.La retirada pone fin a la resistencia ucraniana, a menos de un mes de que Putin expresó el derecho de Rusia de intervenir militarmente en el territorio de su vecino.“Contraproducente”Rusia consideró ayer contraproducente marginarla del G-8 por la crisis de Crimea, que le costó el cargo al ministro de Defensa en Kiev y de donde siguen retirándose las tropas ucranianas.Dimitri Peskov, portavoz del presidente ruso Vladimir Putin, afirmó que Rusia está dispuesta a mantener contactos con los países del G-8 (que además de Rusia incluye a Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Gran Bretaña), pero considera “que la falta de voluntad de otros países para continuar el diálogo es contraproducente para nosotros, pero también para nuestros socios”.Rusia “tiene obligaciones internacionales y responsabilidades”, sostuvieron los mandatarios del G-7 en un comunicado en el que le recuerdan a Moscú que este grupo informal, al que Rusia fue invitada a participar en 1998, nació “por las convicciones y las responsabilidades compartidas”.RenunciasEn Ucrania, el Parlamento aceptó la dimisión del ministro de Defensa, Igor Teniuj, criticado por su gestión de la pérdida de Crimea, anexada oficialmente a Rusia la semana pasada, y nombró en su lugar a Mijailo Koval.La partida de Teniuj fue rechazada inicialmente por falta de votos suficientes, pero luego fue aprobada por 228 diputados, y se nombró a su reemplazante en una sesión agitada.Teniuj reconoció en un discurso en el Parlamento que su gestión no había gustado. “Parece que la gestión del ministro interino de Defensa en la república autónoma de Crimea (…) no le ha gustado a algunos”, dijo el ministro saliente.Los tropas que Ucrania mantenía en la península, que formó parte de Rusia hasta 1954, continuaban este martes su retirada iniciada el lunes por orden de Kiev.Los comandantes ucranianos en Crimea se quejaron de la indecisión y de la confusión reinante en la Marina y el Ejército frente a la decisión rusa de anexionarse la península.Esto se traduce asimismo por el cambio de bando de los militares ucranianos en Crimea que optan por mantenerse junto a las autoridades prorrusas de la península, quienes estiman que la mitad de las tropas ucranianas conservaron sus armas.Las críticas a la gestión de la crisis por parte Kiev, acusada de impotencia e improvisación van en aumento, y proceden incluso del gobierno interino.“Necesitamos que los que trabajan y toman las decisiones sean especialistas, gente capaz de tomar buenas decisiones y responder en condiciones extremas (…) de confrontación militar”, declaró el presidente interino Alexander Turchinov.Al clima de alta tensión entre Kiev y Moscú se sumó este martes la revelación de una presunta conversación de contenido muy violento y antirruso de la ex primera ministra Yulia Timoshenko.Timoshenko desmintió parte de la grabación en la que supuestamente dice que habría que matar a ocho millones de rusos de Ucrania “con armas nucleares”, y denunció un montaje de los servicios secretos rusos, el FSB.Sin embargo, Timoshenko, que hoy dirige un partido que forma parte del gobierno interino, no negó haber dicho que estaba “dispuesta a agarrar una ametralladora y disparar una bala en la cabeza de ese bastardo”, en una aparente alusión al presidente ruso Vladimir Putin.





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