El sacerdote Gervasio Silva es el nuevo encargado de la Parroquia Santa Rita, recién llegado de Roma (Italia), donde estuvo dos años y un mes, estudiando -como él mismo explicó- “para poder brindar un servicio a la Diócesis a través de la docencia, enseñando un poco de teología. Poder ayudar a mi Iglesia diocesana que tanto extrañé”. “El objetivo siempre fue volver. Porque si bien estuve cerca de mi familia por medio de las redes sociales, no es lo mismo”, confió a PRIMERA EDICIÓN en una entrevista. Silva, nativo de Apóstoles donde aún viven su madre y dos de sus tres hermanos, vivió en El Vaticano momentos muy importantes para la Iglesia católica y también para los argentinos, ya que estuvo allí cuando Benedicto XVI anunció su renuncia y también en el momento en el que Jorge Bergoglio fue elegido Papa. ¿Cómo se vivó el cambio de Papa en Roma?Me tocó estar un año cuando aún estaba Benedicto XVI y después un año ya con Francisco. Tanto Benedicto como Francisco son personas muy santas. Se notó un cambio en la organización y la estructura. Francisco fue cambiando un poco la estructura que envolvía a Benedicto y eso hace que se muestre más cercano. Lo cual no habla mal de Benedicto, de ninguna manera. Yo iba a las audiencias de Benedicto y puedo decir que es un hombre santo. De hecho que Francisco fue elegido gracias a la decisión que toma santamente Benedicto. Él veía la necesidad de este cambio y fue una decisión muy sabia y muy santa dar un paso al costado. ¿Cómo se entendió en Roma la renuncia de Benedicto?Fue algo muy llamativo, yo ese día fui a la plaza de San Pedro y había mucha gente triste porque pensaban que el Papa estaba muy enfermo, por eso estaba dando un paso al costado. Había una señora que lloraba y decía, en italiano “está enfermo el Papa”. La gente lo quería mucho, de hecho cuando se encuentran los dos provoca emoción, por la humildad de Benedicto. Es una imagen muy linda que nos habla sobre todo de Dios, un Dios que no abandona a su Iglesia que la sigue acompañando y fortaleciendo siempre. Usted estuvo cuando se eligió el nuevo Papa y fue justamente un argentino. ¿Cuál fue la reacción de la gente en la Plaza?Se percibían distintas sensaciones. Primero el desconcierto de no saber quién era, de hecho los que estábamos allí y que éramos argentinos gritábamos y festejábamos por Bergoglio y la gente nos preguntaba “quién es, quién es”. Estábamos rodeados por gente de distintos países, Estados Unidos, Filipinas, de África y otros países de Europa y no sabían quién era el nuevo Papa. Entonces nosotros les explicábamos que era el Cardenal argentino. Y cuando anunciaron que había elegido el nombre Francisco, fue una euforia impactante, toda la plaza comenzó a corear el nombre, supongo por todo lo que significa. Muy feliz, acotó que tuvo la oportunidad de estar con Francisco una semana después de su asunción.





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