POSADAS. En el último mes y medio, vecinos de distintos barrios de Posadas vienen alertando sobre la aparición, con proporciones de plaga, de pequeñísimas hormigas capaces de infiltrarse en los hogares por lugares que uno no alcanzaría a imaginar. “Cuando entran, lo hacen por millones y son muy difíciles de combatir”, fue el testimonio de Alicia Morel, del barrio Itaembé Miní, donde, según contó la mayoría de las vecinas con quienes consultó el tema, se encuentran en iguales problemas. Por lo narrado a PRIMERA EDICIÓN, estas personas tratan de detectar dónde tienen su hormiguero, pero no pueden hacerlo. “Primero quisimos tratar de envenenarlas con insecticidas que se compran en el supermercado, pero no pudimos contra ellas. No hacen daño grave ni pican pero realmente es muy molesto verlas por toda la casa, porque una no sabe si al fin y al cabo son dañinas”, explicó Tamy Alvez de Villa Cabello. Para la bióloga del Conicet, investigadora argentina especializada en hormigas, Roxana Josens, “lo que se ve en las casas comúnmente son estas obreras buscando y recolectando alimento. En las casas y edificios a veces resulta muy difícil encontrar el nido ya que éste puede estar fuera de la casa y las hormigas entran sólo para recolectar. Asimismo, si uno encuentra un agujero por el que entran a la cocina por ejemplo, no quiere decir que el nido estará ahí justo del otro lado, ya que puede estar en otro lugar y ese agujero que uno ve, es sólo parte del camino que utilizan para llegar a la comida”. Pablo Schilman, investigador del mismo instituto de investigación, al ser consultado sobre la factibilidad de eliminarlas sostuvo que “si realmente hay tal cantidad de hormigas como para llegar a ser una plaga, diría que es recomendable tratar de acabar con ellas, o al menos, disminuir su cantidad y densidad. Es posible utilizar insecticidas pero es fundamental saber dónde está el nido y tratar de eliminar la o las reinas (dependiendo de las especies de hormigas hay una o varias reinas por nido). Ya que uno puede matar millones de obreras pero si las reinas siguen estando, el problema va a continuar. Ya que las reinas son las que ponen los huevos que producirán nuevas obreras. Además siempre es preferible tratar de encontrar un método alternativo a los insecticidas para eludir efectos tóxicos y nocivos a otras especies de insectos y evitar que se generen poblaciones resistentes al mismo”. Al respecto de esos métodos alternativos, Josens sugirió: “Dado que es difícil ubicar fehacientemente el nido donde se encuentra la o las reinas y la mayoría de las obreras, llenar de insecticida la casa no tiene sentido. Eso sólo mataría a las recolectoras que circulen por la casa, y eso a una colonia no le afecta demasiado. Lo que se recomienda para este tipo de plaga es utilizar cebos alimentarios adicionados con un tóxico. Las jeringas que se venden en el mercado que contienen gel hormiguicida responden a este principio. Las hormigas toman parte de este cebo, lo llevan al nido, y ahí lo regurgitan y distribuyen boca a boca con los demás integrantes de la colonia. Así, el cebo es llevado hasta el nido por las mismas hormigas recolectoras, sin que uno tenga la necesidad de localizarlo o acceder al nido”. Lo “invaden” todoA la pregunta de si es recomendable tratar de acabar con ellas, los científicos fueron contundentes: “Dependerá del grado de tolerancia o sensibilidad de cada uno”. En general, a la mayoría de las personas no les agrada tener la azucarera llena de hormigas, o si quedó un paquete de galletitas o la comida del perro, que se llene de hormigas en pocos minutos, por lo cual, se trata de combatirlas para que la invasión dentro de las casas no perturbe la vida cotidiana. José Daniel Alcaraz del barrio Ñu Porá contó: “Traté de combatirlas con agua hervida, veneno para hormigas y otras cosas que me recomendaban pero recién logré que no vuelvan a entrar evitando dejar cualquier rastro de alimento. Todos los paquetes que quedaban abiertos van a parar en la heladera y mi señora limpia profundamente a diario. Primero nos volvimos locos, pero después de un tiempo no hemos vuelto a verlas por la casa”, explicó. En el Grupo de Estudio de Insectos Sociales, que integran los investigadores, estudian el comportamiento de estos insectos hace décadas; particularmente, la recolección de alimento. “La mayoría de las especies urbanas recolecta en forma grupal y cooperativa. La organización de estos grupos recolectores es no jerárquica, no hay un líder que organice y mande. La organización se basa en los canales de comunicación y en las decisiones que cada individuo toma. Por eso en nuestro grupo focalizamos nuestros estudios en entender cómo se regula la toma de decisiones y cómo se modulan los distintos canales de comunicación. Comprender qué factores determinan que una hormiga acepte una solución azucarada o un cebo tóxico, nos permiten desarrollar cebos o protocolos de aplicación que aumenten la eficiencia en el control”, sintetizó Josens. Un gran sustoNatalia Serrano de la chacra 96 contó con horror que desde diciembre último “pequeñísimas hormigas invadieron la cocina y el baño de casa. Las tenía en todos lados, recién en febrero, después de probar muchas maneras de eliminarlas un día simplemente desaparecieron, pero la semana pasada me pegué un susto de aquellos: las volví a detectar parecían las mismas pero esta vez todas eran aladas. Realmente me dejó muy preocupada”, contó a este diario.Al trasladarle la situación a la bióloga Josens esta explicó: “Cuando uno encuentra hormigas con alas, significa que las colonias son grandes y maduras y que se están reproduciendo”. “Sucede cuando una colonia está madura, tiene un tamaño suficiente, la o las reinas comienzan a producir huevos que darán reinas vírgenes y machos”.Agregó la doctora: “En muchas especies estos individuos reproductores tienen alas. En varias especies la cópula es en vuelo, por eso las alas. Después de realizado el vuelo nupcial, la reinas conservan el esperma de los machos con los que copularon durante toda su vida. Dependiendo la especie, puede volver a su nido materno o fundar una colonia nueva; algunas especies tienen sólo una reina, en cuyo caso cada una fundará una nueva colonia. Otras especies pueden tener varias reinas por colonia, en estos casos es común que varias funden juntas una colonia”. Sobre la científicaRoxana Josens es investigadora independiente del Conicet. Trabaja en el Instituto de Fisiología, Biología Molecular y Neu
rociencias (IFIBYNE) y la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA. Lo más interesante o diferente de lo que hizo en los últimos años fue poder ayudar al control de hormigas en hospitales y domicilios. Cuestiones fundamentalesDe acuerdo a la visión del biólogo Schilman “es posible utilizar insecticidas, pero es fundamental saber dónde está el nido y tratar de eliminar a la o las reinas (dependiendo de las especies de hormigas hay una o varias reinas por nido). Ya que uno puede matar millones de obreras pero si las reinas siguen estando el problema va a continuar. Ya que las reinas son las que ponen los huevos que producirán nuevas obreras. Además siempre es preferible tratar de encontrar un método alternativo a los insecticidas para evitar efectos tóxicos y nocivos a otras especies de insectos y evitar que se generen poblaciones resistentes al mismo”. Algo que podría estar sucediendo aquí.





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