POSADAS. Las bicicletas vuelven a cobrar protagonismo como alternativa al transporte público. Toda una novedad desde que la “motorización” de la vida urbana que trajo consigo la posibilidad de adquirir coches o motocicletas a crédito, un boom muy notorio en los 90. Si bien, la postal de bicis que usa la gente para ir al trabajo o la escuela es más bien cotidiana en las ciudades misioneras alejadas de la capital; en Posadas, por las distancias, el caos vial y el fácil acceso a otros medios de transporte motorizados, se había producido una disminución en su utilización en las últimas décadas.No obstante es notable en los últimos meses un nada despreciable aumento del número de personas que usan bicicletas para ir de casa al trabajo o al centro de estudios, un desplazamiento que suele ser lo suficientemente largo como para requerir bastante tiempo si se opta por ir a pie, y que puede generar estrés, si por ejemplo se elige el transporte público. Para marcar esta tendencia que regresa, han sido provechosos -por ejemplo- los movimientos como Masa Crítica, un colectivo mundial también de acción local, que impulsa el respeto por los medios de transporte no contaminantes. Sin dudas un grupo muy decidido en proponer el uso de bicicletas como alternativa a los motores.Sin embargo la crisis actual es la que más ha “convencido” a los ciclistas de que “no viene nada mal, ahorrar el dinero del pasaje, a la vez ejercitarse y cuidar el medio ambiente”. Así lo sintetiza Verónica Martínez, una joven universitaria quien no ha dudado en poner en condiciones su vehículo de dos ruedas para ir a la Facultad, inclusive con comodidad para llevar sus apuntes.“No dudo un segundo en usarla porque a la vez que cuida el medioambiente, hago deporte y me ahorro el gasto en transporte, que ahora con el aumento del valor del boleto nos dio impulso para retomar la disciplina de hacer buena gimnasia”, explicó a PRIMERA EDICIÓN. Segmento Quienes madrugan para llegar al trabajo atestiguan cada día la notoria fuerza que cobra este fenómeno. Aunque es cierto que las bicicletas todavía no “dominan” el espacio en las avenidas, sí se vienen abriendo paso. El sector de trabajadores informales lleva la delantera en el segmento que más las usa. Puede ser que una persona tenga inclusive moto, pero que prefiera ahorrar el costo de la nafta o el pasaje yendo en bicicleta a ofrecer su fuerza de trabajo, tal el caso de los “changarines”. Esto es muy habitual de ver entre los cortadores de pasto o vendedores ambulantes. Para algunos conductores consultados, es “importante redoblar las campañas viales para quienes forman parte del tránsito con estos vehículos: avanzan por lugares prohibidos, no respetan los semáforos, que estén en rojo, verde o amarillo es lo mismo, pero también están para que los respeten”. Contó Martín Rojas, un enfermero: “Casi todos los días atendemos por lo menos a un ciclista lesionado en un accidente de tránsito”.Desde el lado de los ciclistas, José Báez replica: “En dos de las avenidas más importantes de ingreso y egreso al centro de Posadas contamos con ciclovías, pero no podemos transitar por ellas ya que la fila de autos estacionados lo impide. Como no se controla o se hace muy poco para cambiar esta situación, tenemos que meternos por lugares peligrosos”, se quejó. “Nuevo concepto”Pero, como todo tiene su lado positivo y negativo, con las bicis pasa igual: las distancias, las condiciones del tiempo, los peligros del tránsito y una lista bastante larga de inconvenientes, las cuales, también han llevado a quienes prefieren las bicicletas para ir de un lugar a otro, a pensar en la posibilidad de adquirir las que tienen motor incorporado. Como es posible pedalear con ellas y usar la función del motor cuando las condiciones del terreno así lo exijan, también empiezan a verse en las calles capitalinas -(aunque todavía sean unas pocas)- bicicletas de corto y medio alcance con la ayuda de motores eléctricos cada vez más eficientes, con capacidad para una o dos personas. La mayoría de esta gama se recargan en una o dos horas y tienen una autonomía que suele superar la veintena de kilómetros con una sola carga. Así y todo, para los comerciantes de estos vehículos, las bicicletas eléctricas “constituyen el éxito más inesperado”.Hasta ahora, iban destinadas a un pequeño nicho: gente de avanzada edad o problemas de movilidad que, pese a no querer o poder realizar todo el esfuerzo requerido por el pedaleo de una convencional, prefieren trasladarse en bicicleta. Sin embargo la gente joven empieza a requerirlas. Sinónimo de “ahorro”Con el valor del pasaje urbano a 4 pesos (sólo en Posadas), o el precio de las naftas ya situado en algunas estaciones de servicio en 12 pesos (que se estima podría a llegar a costar 20 pesos el litro a fin de año), los ciclistas consultados afirman que optar por ese vehículo reduce el tiempo de preparación del coche o moto que usaban antes para desplazarse, pero también se elimina la necesidad de buscar estacionamiento. Eso sí, cuestionaron que “en Posadas existan pocos lugares habilitados con ese fin y a veces suele darse la postal de largas filas de bicis entorpeciendo la circulación en las veredas y la lluvia de quejas detrás” .





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