KIEV, Ucrania (Agencias y diarios digitales). Un día después del acuerdo por el que el Gobierno ucranio aceptó la mayoría de las reivindicaciones de la oposición para poner fin al baño de sangre de esta semana en las calles de Kiev, el poder en la ex república soviética está cambiando de manos a marchas forzadas. El presidente Viktor Yanukovich, abandonó Kiev; la Rada Suprema (Parlamento) lo destituyó y convocó a elecciones y el partido de la ex primera ministra Yulia Timoshenko (cuya liberación, también ordenada por el Parlamento, se produjo ayer) ocupa ya los cargos de presidente de la Rada Suprema y de ministro del Interior.Todo ello en una mañana en la que los acontecimientos en el Parlamento de Kiev se sucedían a gran velocidad. Votación tras votación, los diputados fueron dando pasos que cambiaron radicalmente la situación política en Ucrania, para desolación de Rusia, que se queja de que no se está cumpliendo el acuerdo alcanzado el viernes.Yanukovich denunció en una entrevista en un canal de televisión que los últimos acontecimientos en el país “son un golpe de Estado”. En una información recogida por Efe, el mandatario asegura que no dimitirá, ni abandonará el país y que su coche había sido tiroteado en Kiev. “No tengo miedo”, dijo. Yanukovich viajó al este país, a la ciudad de Járkov, donde se reunieron los diputados de las regiones prorrusas , según informó a France Press su consejera Hanna German. Poco después de esa intervención televisada, el Parlamento aprobó la destitución de Yanukovich por 328 votos a favor y seis abstenciones. Además convocó elecciones presidenciales para el 25 de mayo.El ministro ruso de Exteriores, Sergei Lavrov, afirmó que la oposición ucrania está “liderada por extremistas armados y pogromistas” cuyas acciones suponen una amenaza directa a la soberanía y orden constitucional. Lavrov pidió a Polonia y a los otros dos mediadores de la Unión Europea en el conflicto, Francia y Alemania (con los habló por teléfono ayer), que se pongan en contacto con la oposición y usen su influencia para garantizar el “cumplimiento inmediato del acuerdo del 21 de febrero”. El canciller polaco, Radoslaw Sikorski, reaccionó rápidamente en su cuenta de Twitter: “No existió un golpe en Kiev. Los edificios del Gobierno fueron abandonados y el presidente del Parlamento fue elegido de manera legal. Yanukovich tiene 24 horas para ratificar en forma de ley la Constitución de 2004”, escribió.Las autodefensas del Maidán, punta de lanza de la resistencia a la policía durante los graves disturbios de esta semana en Ucrania, se hicieron con el control de las calles en todo el centro de Kiev, incluidos los accesos a todas las administraciones del Estado.Desde el acuerdo alcanzado el viernes para desactivar la crisis, la situación dio un giro inesperado. El partido Batkivshina, liderado por Timoshenko, se ha hecho con dos cargos importantes en pocas horas. Tras la dimisión del presidente de la Rada, fue elegido esta misma mañana el opositor Alexandr Turchínov, dirigente de esa formación. Otro diputado próximo a Timoshenko, Arsen Avakov, fue elegido como nuevo ministro del Interior en funciones hasta la designación de un Gobierno de unidad. Avakov fue validado con 275 votos a favor en la Rada Suprema y sustituye en el cargo a Vitaly Zakharchenko. Los jefes de cuatro cuerpos policiales, incluido el de las odiadas fuerzas antidisturbios Berkut, declararon en el Parlamento que no tomarán parte en el conflicto.También el Ministerio de Defensa emitió un comunicado en el que asegura que las fuerzas armadas “no intervendrán en el conflicto y permanecerán fieles al pueblo de Ucrania”.La Rada asumió provisionalmente la coordinación del Gabinete de Ministros, hasta la formación del nuevo Gobierno. A favor de esta decisión se pronunciaron 314 miembros del Legislativo, en una sesión extraordinaria, transmitida en directo por la televisión.El mayor peligro actualmente es que se produzca una fractura del país entre el oeste, favorable a la integración en Europa, y el este, cercano a Rusia. De hecho, los representantes de las regiones cercanas a Rusia reunidos en un congreso al que asisten diputados y gobernadores rusos en Járkov, aseguraron esta mañana que consideraban ilegítimas las últimas decisiones de la Rada.En tanto desde ayer en Kiev, pequeños grupos de manifestantes armados y protegidos con cascos vigilan y controlan los accesos a la Rada Suprema, la sede del Gobierno y la administración presidencial, situados todos en el llamado barrio gubernamental de Kiev, escenario de los recientes disturbios y protegido hasta el viernes por las fuerzas de seguridad del Estado.





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