COLONIA DELICIA. El viernes 17 por la tarde, esta localidad se vio sacudida por un episodio de características llamativas: a 24 horas de la denuncia por parte de una funcionaria municipal (hermana del intendente local), una madre fue desalojada junto con sus cinco hijos de una vivienda del Iprodha ubicada en el barrio Norte 2. La mujer se llama Cinthia Paola Soto y sus hijos son todos menores de edad: el mayor tiene trece años y el menor, cuatro. Desde hace un tiempo, ocupaban la vivienda que no les pertenece, pero a la que ingresaron porque estaba deshabitada.“El jueves -relató Cinthia Paola Soto a PRIMERA EDICIÓN- vino Lucy Vera, acompañada por la Policía y por los supuestos propietarios de la vivienda, y digo supuestos pues no hay papeles que los avalen, y nos intimó a que nos vayamos. Mi respuesta fue que no teníamos adonde ir y que yo no podía dejar a mis cinco chicos sin techo. Al otro día (sorprendente celeridad) vinieron como treinta policías con una orden de desalojo firmada por un juez y no sólo nos tiraron en la calle, sino que me amenazaron con que voy a ir presa. ¿Y mis hijos, que va a ser de mis hijos?”, se preguntó angustiada Soto.Ese mismo viernes, día del desalojo, la Policía emitió una cédula policial citando a Cinthia Soto a comparecer debido a la exposición realizada el día anterior por Lucy Vera. A las 8.45 tomaron declaración a ambas en la comisaría de Mado. El acta de allanamiento menciona como las 15.30 el momento en que la Policía se presentó ante la vivienda con la orden del juez firmada para allanar y desalojar y como las 16.15 como horario de finalización del operativo. Apenas 45 minutos llevó dejar en la calle a la madre, sus cinco hijos y todas sus pertenencias. DesamparoNi a la denunciante, ni al juez, ni a la Policía les tembló el pulso a pesar de que la familia entera quedaba en la calle con todas sus pertenencias y dos de esos niños padecen diferentes cuadros clínicos médicos (Jeremías, de once años, sufre de epilepsia y Miqueas, de ocho, es asmático). Más de veinte efectivos policiales desalojaron a la familia y ésta, junto a sus pertenencias, fueron abandonadas en la vía pública, mientras el intendente, la denunciante y otros allegados observaban desde el otro lado de la calle.Cinthia (34) lloraba desconsoladamente, sus hijos gritaban desesperados, ya que además de quedar en la calle temían que lleven a su mamá presa. Los vecinos respaldaron a esta familia y decidieron cortar la ruta. A las 23 llegó hasta el lugar un funcionario del Iprodha, pero hasta el momento no hay solución clara para Soto.“Lo que hicieron con mis hijos es inhumano”“Me siento desesperada, asustada, hice lo que hice porque estoy desesperada, necesito un techo para mis hijos, no tengo trabajo, lo único que percibo es la Asignación Universal por Hijo y no puedo quedar en la calle. Por mis hijos soy capaz de dar la vida si es necesario”, justificó Cinthia el hecho de haberse instalado en una vivienda que no le pertenece.“Necesito que el intendente o algún funcionario nos escuche, no pueden ser tan desalmados, lo que hicieron con mis hijos es inhumano, nosotros entramos en esa vivienda que estaba deshabitada, abandonada, con los pastos altos, los vidrios rotos, sin llavear porque necesito un lugar para vivir”, clamó desesperada la madre.“Yo vengo solicitando una vivienda desde hace seis años y nunca tuve respuesta. El intendente le ha dado casa a su hermano, a su sobrino, a sus parientes, a su compadre, incluso él tiene una vivienda de Iprodha en Eldorado y la alquila, pero a nosotros, a los humildes, a los necesitados, no, a nosotros nos dejan en la calle, como perros abandonados”, denunció la mujer públicamente.Según datos ratificados por una fuente -que prefirió no revelar su nombre-, el jefe comunal está sospechado de tener en alquiler una vivienda del Iprodha en el barrio El Tucán de Eldorado.Propuesta de acuerdo Espontáneamente, vecinos y organizaciones enteradas del desalojo se acercaron a Cinthia y su familia y decidieron cortar la ruta, medida que llevaron adelante hasta casi la medianoche del sábado, cuando se hizo presente un funcionario del Iprodha que prometió dar solución al mal trago vivido por Soto.A raíz de la presencia del funcionario, la actitud de la denunciante pasó a ser de tono conciliador, aunque aprovechó la desesperación que vivía la familia desalojada para hacer una propuesta que bajo ninguna otra circunstancia hubiese sido tomada en cuenta: a la 0.45 del sábado, y en una exposición realizada en la comisaría, la mujer propone pagarle a Cinthia un mes de alquiler y construirle una habitación para su familia en el terreno que en el mismo barrio Norte 2 tiene la hermana de la mujer desalojada. Soto, quien junto a sus cinco hijos y sus pertenencias estaban tirados en la calle desde hacía más de ocho horas, angustiada, asustada y desesperada, aceptó, pero luego cayó en la cuenta de que se aprovecharon de su necesidad de su estado y de su condición y espera que hoy, cuando se acerqué el funcionario del Iprodha, sea portando una verdadera solución para ella y su familia.




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