ASUNCIÓN, Paraguay. El Gobierno paraguayo de Horacio Cartes pedirá próximamente a la Argentina una drástica revisión de la multimillonaria deuda por la construcción y el mantenimiento de la central hidroeléctrica Yacyretá que la Argentina le reclama.La Entidad Binacional Yacyretá (EBY), conformada por los gobiernos de la Argentina y Paraguay, acumula una deuda de al menos 15.840 millones de dólares debido a su gestión deficitaria en los casi cuarenta años de administración conjunta.De esos 15.840 millones de dólares, la entidad debe un 93% (unos 14.731 millones) al Gobierno de la Argentina (que tuvo que poner ese dinero a los largo de los años para que Yacyretá funcione) y el resto a bancos, entidades financieras de nivel internacional y proveedores.Así se desprende de un informe elaborado en 2009 para el Congreso paraguayo por la propia Entidad Binacional que gestiona la represa.El Gobierno argentino le reclama a Paraguay, en tanto, unos 9.000 millones de dólares, lo cual en noviembre de 2013 generó un cortocircuito con la gestión de Cartes, que sostiene que no cuenta con los recursos. La gestión de Cartes mantiene la postura de que la deuda de Yacyretá no es de Paraguay, sino de la represa conjunta, y para ello plantea un esquema de pagos con lo que produce esa misma empresa como solución posible. Pero ahora Juan Schmalko, el director paraguayo de la hidroeléctrica, reconoció ante la prensa internacional que cada año las cargas financieras de la deuda de la Entidad Binacional suben 1.000 millones de dólares, mientras que su producción energética sólo vale 900 millones.Schmalko precisó en recientes declaraciones que la deuda, sobre la base sólo del capital aportado por Argentina y no a los intereses, sería de unos 6.000 millones de dólares.Esa situación tornaría insostenible la postura de Paraguay de que sea la propia EBY la que pague su deuda, dado que si la entidad fuera una empresa privada estaría en la quiebra en la actualidad si no fuera por el aporte de los Gobiernos para mantenerla en funcionamiento.Argentina también tiene un incentivo para una revisión de las cifras, debido a la posibilidad de un alza de la tasa que paga a Paraguay por la energía adicional que utiliza. Esa tarifa, según el tratado original, se debe basar en el costo de producción, pero la inclusión de los costos financieros en ese valor supondría una sangría para el erario argentino.Actualmente, Argentina abona una tarifa menor acordada entre los dos gobiernos a través de las llamadas “notas reversales”, que no pasaron por la aprobación de las legislaturas respectivas.Aunque los dos países se deben repartir la energía a la mitad, Paraguay consume mucho menos, debido a su menor demanda y a su deficiente red de distribución eléctrica, por lo que el excedente lo absorbe Argentina.




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