POSADAS. Los maestros Javier Dacak (IX Dan) y Carlos Méndez (VII Dan), reconocidos en la Argentina, el Mercosur y a nivel mundial dentro de taekwon-do Itf, tienen una desatacada foja de presentación dentro de este deporte y con más de 30 años de práctica y enseñanza en Argentina y Paraguay.Alcanzaron la gloria como deportistas coronándose campeones mundiales y luego formando futuro ganadores, además de ser dirigentes de talla internacional, pero el legado transmitido a miles de alumnos también tomó cuerpo y alma en sus propios hijos formando atletas de elite en una descendencia única que logró repetir el podio de una generación a otra. Dos generaciones doradasLa asuncena Iara Dacak (de 17 años) y II Dan es la hija del Gran Master Javier (paraguayo de nacimiento y argentino por adopción) y este año emulando lo hecho por su padre en los Mundiales de Canadá 74 y Estados Unidos 78 (se coronó campeón mundial de rotura con canto de mano individual por Argentina y en la misma especialidad por equipos se llevó el oro por Paraguay), también se coronó campeona mundial en formas juvenil II en el Campeonato Mundial de España de este año.Algo único e inolvidable para la pequeña gran jovencita que ya conquistó su primer oro al igual que su padre.“Este fue mi primer mundial. Entrené mucho tenía las esperanzas de ganar de alcanzar un podio, pero jamás me imaginé llegar al oro”, relató emocionada Iara en su visita a PRIMERA EDICIÓN.A lo que agregó: “Cada vez que ganaba tomaba más confianza y así llegué a la final. Cumplí un sueño”.En esta modalidad formas II Dan Juvenil, hubo 30 participantes de todo el mundo, pero lo particular del caso fue que la final la protagonizaron dos paraguayas Iara Dacak y Celia Avalos. “Entrené todo el año con ella y no lo podía creer, unos minutos antes mi papá me dijo que era la final contra mi propia compañera. No me imaginé esa final, peor igual me puse feliz porque hubo dos paraguayas en el podio. La alegría fue inmensa yo con el oro y ella con la plata y el himno de nuestro país fue algo emocionante, añadió Iara.Al ser consultada sobre los pasos a seguir contentó: “Cumplí muy rápido la meta fijada, ahora quiero seguir entrenando para cualquier torneo que se venga. Quiero seguir perfeccionándome en forma y lucha”.“Hago desde los cinco años taekwondo cuando fui creciendo me fue gustando, y entusiasmando. Mi papá fue campeón hace 40 años compitiendo por Argentina y Paraguay, y luego hacer lo mismo que mi padre en forma es algo altamente gratificante e inimaginable”, concluyó la joven paraguaya que culminó sus estudios secundarios y continuaría con la carrera de nutrición o administración a la par del taekwon-do donde ya tiene en la mira el Mundial de Jamaica 2014 o Italia 2015, donde seguro irá por más medallas.En el nombre del padreA su turno su padre, relató con alegría inmensa la proeza de su joven hija. “Fui medalla de oro individual en rotura de potencia por argentina y por Paraguay en equipo, pero estaba en deuda en materia individual con mi país de nacimiento y después de casi 40 años lo logré con mi hija. Fue una alegría inmensa casi indescriptible”, dijo un emocionado maestro.“Poder marcarle el camino a través del taewondo fue una gran satisfacción. No fue algo impuesto fue algo que a ella le gustó desde chica”, agregó el multicampeón Javier Dacak.Como todo padre contó una anécdota digna de tener en cuenta a la hora del sacrificio y a lo que uno a veces renuncia para conseguir la meta fijada.“Mi hija renunció al viaje de fin de año con su curso, el cual era a Cancún (México) y eligió ir al Mundial de España porque estaba convencida de sus cualidades y posibilidades. Algo increíble que ella misma sacrificó en pos de un objetivo”, dijo. “Estaba convencido que iba a ser podio en España, Alicia (por Zalesak -instructora misionera-) le transmitió una gran fuerza y optimismo, a ella y todo el equipo femenino de Paraguay”, añadió.Por último, el orgulloso padre de Iara resaltó: “Creo mucho en Dios, nunca creí llegar a un mundial y ganar, pero que nuestros hijos lleguen y que logren una medalla es un regalo extra que llega por añadidura. Ya es todo un logro estar en un Mundial, es algo magnífico. Eso nos da la pauta que no nos equivocamos en la forma de entrenarlos. Pero lo más importante es que queremos que sean campeones de la vida”.No pesó ser el hijo de…Por su parte, el posadeño Tomás Méndez (de 17 años), logró la medalla de oro en formas II Dan juvenil en el Mundial de Inglaterra en 2012 y fue medalla de bronce en 2011, en Nueva Zelanda.Al igual que Iara lleva un apellido muy reconocido dentro del taekwon-do sobre sus hombros. Esto no fue impedimento para subir al podio y también bañarse de gloria continuando con la dinastía Méndez.“Al principio comencé en el taekwon-do como un juego. No estaba muy convencido de seguir, siendo el hijo de Méndez siempre me tenía que mostrar bien ante todos. Es una carga extra, pero a la vez linda que la supe llevar con orgullo y pasión”, dijo Tomás al comentar el peso de ‘ser el hijo de….’, relató el joven posadeño“Logré en mi primer Mundial subir al podio y en el segundo ya con más experiencia me traje la medalla de oro para Misiones y la Argentina. Fue una experiencia única. Ahí me dí cuenta que las horas de entrenamientos, de sacrificio. De la ayuda de mis padres, instructores y amigos no fue en vano”.Al ser consultado sobre sus nuevas metas personales y deportivas, Tomás muy claro explicó: “Llegué a lo máximo en formas, quiero un podio en lucha siempre estuve cerca peor no me alcanzó y mi próxima meta es lucha un podio en un Mundial sería lo máximo. En lo personal culminé la secundaria y quiero comenzar con la carrera de Administración de empresas. Quiero darle para adelante con las dos cosas, creo que las puedo complementar y hacerme de tiempo para las dos cosas”.Una vida sana y responsableA su turno, el también misioenro Carlos Méndez, padre de Tomás, explicó el desembarco de su hijo en el deporte que lo apasiona desde hace cuatro décadas.“Delegué la instrucción de mi hijo en otro profesor, más precisamente en Alicia Zalesak, tanto para con Tom
ás como Matías. No quería que el rol de padre se mezcle por ahí con el de instructor no quería desgastarlos”, dijoPero agregó: “Siempre les acerqué al taekwon-do. Los fui llevando como un juego, más que un entrenamiento. Luego cuando comenzaron a crecer y a introducir al deporte en sus vidas, la instrucción siguió en manos de Alicia”.Con respecto a la gloria alcanzada por Tomás en dos mundiales en forma consecutiva, Carlos señaló: “Estamos muy contentos porque cualquier padre se siente contento cuando un hijo se realiza. Pero vemos además que a través del taenwon-do llegan a la adultez con una vida sana y responsable. Por que eso son algunos de los valores que inculca este deporte”. Por último destacó: “Ellos a través del taekwon-do tienen una profesión implícita que pueden trabajar en cualquier parte del mundo. Es un legado que le dimos para su propio futuro”. Impactante desarrolloDesde Resistencia al mundoEl maestro Dacak comenzó a enseñar el hasta entonces desconocido arte marcial, que se promocionaba como “karate coreano” en Resistencia (Chaco) en el año 1972. A partir de allí comenzó una tarea de difusión que con el tiempo se trasladó a provincias vecinas: Corrientes, Formosa, Misiones y Santa Fe, entre otras.En el año 1981 el mismo Javier Dacak, organizó el Tercer Campeonato Mundial de Taekwon-Do nada mas ni nada menos que la ciudad de Resistencia, Chaco, un evento de singular jerarquía que contó con la presencia especial del Fundador del Taekwon-Do: Gral. Choi Hong Hi, noveno dan.En el año 1982 Dacak se trasladó a la ciudad de Buenos Aires, donde fundo la Academia Internacional de Taekwon-Do, (A.I.T.), entidad que hasta hoy preside y es la que rige los destinos de todos los institutos y escuelas de esta parte del país que dependen del Maestro Dacak.Hoy reside en Asunción (Paraguay) y es todo un referente del taekwon-do mundial a nivel dirigencial.





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