POSADAS. Son bandas integradas en su mayoría por menores. La Policía y la Justicia lo saben, sin embargo siguen cometiendo delitos en distintas zonas de la costanera capitalina porque debido a su edad no duran mucho tras las rejas. “Sólo nos queda la prevención, mucho patrullaje para que se vean intimidados por la presencia policial y desistan de perpetrar un asalto callejero”, confió una fuente a este Diario.El interrogante que queda es claro: ¿existen adultos detrás de estas gavillas? Los uniformados creen que sí, porque de otra manera no se explicaría la reincidencia de los adolescentes. “No descartamos que personas mayores y con antecedentes delictivos hacen las veces de ‘cerebros’ de estas patotas, que a sus vez están conformadas por menores, quienes vendrían a ser los ‘ejecutores’ de los robos que se cometen en determinadas y específicas zonas de la Costanera”, agregó la misma fuente. De acuerdo a los casos denunciados y a los que tuvo acceso PRIMERA EDICIÓN, el modus operandi y los tramos donde ocurren los delitos son una constante. Una de las zonas más “calientes” está situada en la esquina de la avenida Tierra del Fuego y dicho paseo, en el denominado Acceso Sur. Otro sitio de temer, por la forma en que son emboscadas las víctimas, está ubicado en donde se cruzan Jauretche y Urquiza (en dicho lugar existe un mirador), mientras que un tercer sector señalado como peligroso está emplazado en la populosa barriada de Villa Cabello, más precisamente en la intersección de las avenidas Blas Parera y Costanera Oeste de la capital provincial. Modus operandiEn cuanto a las mencionadas modalidades de robo existen varias. La primera de ella es el arrebato a personas que bajan de los colectivos. Los ladrones acechan en las paradas aguardando el momento oportuno. Luego el asalto tradicional a punta de cuchillo, donde el circunstancial peatón puede terminar herido o muerto si opta por resistirse. Las pedradas a los automovilistas o motociclistas desde los costados de las arterias y que pasan en horarios nocturnos por los citados lugares, también han sido registrados en denuncias ante la policía, aunque en menor medida. El objetivo de ese criminal accionar es que los damnificados detengan la marcha de los rodados. Otra lamentable variante es la utilización de las amenazas a peatones y vecinos que residen en las cercanías, es decir los tristemente célebres “cobros de peaje”. También hubo casos donde los choferes de colectivos, que terminan su recorrido en los puntos denominados como la “boca del lobo”, fueron asaltados por malandras que se hacen pasar por pasajeros.La lista de delincuentes y sus distintas modalidades de “adueñarse de lo ajeno” sigue, como los roba-motos, los roba-coches e incluso arrebatadores de teléfonos celulares a distraídos peatones. La reciente creación de un cuerpo policial que se encarga exclusivamente de la seguridad en la Costanera apenas pudo contener la oleada de robos. Lamentablemente las bandas están en su mayoría integradas por menores y comandadas por adultos. Se cree que la instalación de más cámaras de seguridad en dicho paseo público, como así también de puestos policiales permanentes que aporten una rápida reacción de los efectivos para capturar a los ladrones, pueden llegar a desalentar la creciente y preocupante seguidilla de atracos. Al borde de la muerteEl pasado lunes poco antes de la medianoche una patota integrada por al menos cinco individuos agredió brutalmente a un hombre, al que hirieron gravemente. Este fue uno de los últimos casos perpetrados por las bandas que asolan algunos tramos de la costanera. Una documentación que llevaba encima la víctima permitió a la Policía identificarlo: se trata de Miguel Salazar, de 32 años, quien hasta anoche permanecía internado. Se cree que esta persona caminaba por la avenida Tierra del Fuego y al llegar a la intersección con la Costanera fue interceptado por un grupo de desconocidos, quienes lo golpearon hasta dejarlo inconciente. Poco después Salazar fue hallado por un circunstancial automovilista, quien lo trasladó hasta el hospital central. Se presume que a la víctima le robaron.





Discussion about this post