POSADAS. Como todos los días, cientos de posadeños que atraviesan la ciudad o van desde y hacia Garupá y Candelaria para cumplir con sus obligaciones, llegaron hasta las paradas del transporte público de pasajeros. Por los medios de comunicación y redes sociales, mucho tiempo después del horario habitual de sus colectivos, se enteraron que los choferes de Don Casimiro y Tipoka (empresas del grupo Z) con el patrocinio del gremio UTA, habían iniciado un paro de actividades por tiempo indeterminado.La bronca, la desesperación por llegar al trabajo o al turno médico, llevaron a muchos a realizar viajes comunitarios en taxi, tomar otros colectivos (los pocos de la empresa Bencivenga, que no hicieron paro), caminar, buscar la bicicleta o llamar a algún amigo o pariente que los traslade. Otros con menos recursos volvieron a sus hogares con la impotencia y resignación de haber sido avasallados en sus derechos ciudadanos, frente a un monopolio que tiene por obligación hacer cumplir un servicio público esencial para el que no aceptan competencia alguna. Llamativa y lamentable fue la aclaración de los choferes en medio del reclamo: “No estamos haciendo paro sino una protesta”. A los fines del perjuicio de los usuarios, no se notaba diferencia alguna. Además del secretario general de UTA, Horacio Alvez, participó de la medida de fuerza el intendente de Candelaria y miembro del sindicato, Carlos Flores.Los archivos noticiosos muestran a esta altura del año, la misma y lamentable noticia, que refleja la maniobra que une a empresarios con gremio para castigar a los usuarios. Con boletazos, con paros por reclamos de aumento o (algo poco innovador) un reclamo por diferencias de liquidación y de pago de horas extra, como ocurrió esta vez.Lo primero que preguntaron los usuarios a PRIMERA EDICIÓN en las paradas, al enterarse de la medida de fuerza fue: “¿Se viene otro aumento de boleto?”.A pesar de las desmentidas -a medias- de Marcelo Zbikoski en radio, siempre que hubo protestas de choferes, el gobierno de Closs terminó cediendo a fuertes subas en el boleto.La cara visible del grupo Z llamó “ignorantes” a quienes piensan que esta movida de UTA tiene como finalidad un boletazo. Pero, seguidamente admitió: “Los aumentos de tarifas (porque la inflación es real) se harán en el momento y en el lugar adecuados”.Salvo que la conducción de la UTA, de pronto haya decidido un cambio en su accionar y repentinamente asumió la verdadera defensa de los trabajadores, más que la del grupo Z, cuesta encontrar otro fundamento a la medida del paro.“Se deben garantizar servicios mínimos de emergencia, caso contrario podrían haber sanciones”, advirtió el flamante secretario de Gobierno municipal posadeño, José Moglia. La respuesta mediática de Zbikoski sonó a amenaza: “El Estado, puede dar las sanciones correspondientes, pero si es así, debemos despedir a los actuales choferes y tener nuevos”.Reacción tardíaEl paro comenzó a las 4. Pero, el Ministerio de Trabajo anunció la conciliación obligatoria más de cinco horas después, cuando la gente ya había pasado el peor de los caos, rehenes de los intereses empresarios y gremiales.Y si algo faltaba, convocó a reunión de partes para buscar una salida y evitar otro paro hoy, unas quince horas después de iniciada la medida de fuerza.Hasta que se notificó la conciliación, los colectivos volvieron a circular cerca de las 14. Una vez más, los que volvieron a sus hogares al mediodía debieron ingeniárselas para hacerlo.Otro que amaneció tarde fue el subsecretario de Transportes de la provincia, Hermes Almirón, quien tiene por costumbre ceder fácilmente a los pedidos empresarios de aumento del boleto. Cerca del mediodía citó a los intendentes de Posadas, Garupá, Candelaria, a representantes del grupo Z, sindicato para conformar otra “comisión de diálogo”.Ahora, los usuarios sobre todo, esperan que la medida no se repita. Como tampoco un boletazo 2014.





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