MONTECARLO. El empresario Mario Nicanor Cabañas (43) vivía atemorizado hacía meses, como si supiera que algo malo podía suceder. Al parecer, se había recluido y optaba casi por no salir. Incluso, ponía llave a la puerta de su habitación. Cuentan que el pasado domingo, a las 7, cuando los hombres que fueron por él ingresaron a su domicilio, se encontraron con que la puerta al dormitorio estaba bajo llaves.Intentaron tumbarla y esa acción dio tiempo al empresario para tomar su revólver calibre .38 y repeler el ataque.No le alcanzó para salvar su vida, pero se llevó la del hombre que fue a matarlo, según los primeros datos de la investigación que lleva adelante el juez de Instrucción 3 de Puerto Iguazú, Juan Pablo Fernández Rissi.Al caso se sumó también el personal de la Dirección Investigaciones y la Secretaria de Apoyo a Investigaciones Complejas (Saic), teniendo en cuenta que aún se encuentra prófugo el acusado de planificar el crimen, Elías Roberto Espíndola (conocido con el alias de “Matrix”).Insólito hallazgoLa noticia sorprendió un poco a todos, porque no es usual que un teléfono celular y una linterna aparezcan dentro de las prendas íntimas de una persona muerta a balazos. Por lo general, una situación de estas características queda al descubierto con la revisión que efectúa el médico policial al occiso. Sucedió con el sicario, identificado como Marcos Fabián Martínez Sánchez (36), quien perdió la vida en un enfrentamiento a fuego cruzado y a puro plomo con el empresario, que también cayó abatido dentro de su habitación y de dos certeros impactos de bala. Ahora los investigadores confían en encontrar en el celular que le pertenecía al fallecido alguna pista de solidez para determinar los últimos contactos del supuesto asesino a sueldo y si entre estos se encuentra Elías Roberto Espíndola, más conocido como “Mátrix”, el hombre que escapó de la balacera y es intensamente buscado por la Policía de Misiones.Con respecto a los dos proyectiles que alcanzaron a Cabañas, se supo que al menos uno de ellos quedó alojado en el cuerpo y habría sido extraído por el equipo forense.En un principio, se trata de una bala calibre nueve milímetros, el arma que apareció al lado del cuerpo de Martínez Sánchez.En el terreno de esa investigación balística, se confirmó que el revólver calibre .38 hallado envuelto en una remera negra dentro de una obra en construcción, a unos dos kilómetros del escenario del crimen, no fue el que acabó con la vida del empresario montecarlense.Es más, tenía los seis orificios del tambor cubierto de proyectiles.Lo que sí se sospecha es que pertenece a Espíndola, quien en esa construcción se habría cambiado de ropa. No se sabe si llegó hasta el lugar solo o con la colaboración de un cómplice.La viuda del sicarioLa supuesta viuda del sicario paraguayo arribó ayer a Eldorado, procedente de Ciudad del Este (Paraguay), en un lujoso automóvil. La mujer inició los trámites para repatriar los restos del hombre a su país, una circunstancia que se supo, demandará más tiempo porque debe acreditar su vínculo. El autor intelectual y el asesino a sueldoEstá más que probado que “Matrix” estuvo en la escena del homicidio, ya que lo reconoció la madre del empresario montercarlense. Fue cuando ingresó a la casa y también cuando escapaba a las corridas de la escena. Para los investigadores, sería el responsable intelectual del crimen y el paraguayo Martínez Sánchez, el brazo ejecutor.En este sentido, está confirmado que el móvil del homicidio fue un ajuste de cuentas, supuestamente por un dinero que Cabañas le debía.Aunque nadie lo reconoció en forma oficial, la Policía cree que el fugitivo se encuentra en la zona. Ayer trascendió que habría mantenido contactos con un familiar en el Alto Paraná misionero. Con respecto a Martínez Sánchez y tal como publicó ayer PRIMERA EDICIÓN, fue definido por los detectives como un sujeto que era asesino a sueldo, lisa y llanamente. Se trata del paraguayo ultimado el domingo por su propia víctima, el ex edil y empresario de los remises Mario Cabañas. Los investigadores no tienen dudas de que el extranjero llegó a Montecarlo con un sólo objetivo: acabar con la vida de Cabañas.





Discussion about this post