MONTECARLO. Un asesino a sueldo, lisa y llanamente. Así definen los detectives a Marcos Fabián Martínez Sánchez (36), el paraguayo ultimado el domingo por su propia víctima, el ex edil montecarlense Mario Nicanor Cabañas (43), en un presunto ajuste de cuentas que aún conmueve a Misiones.Los investigadores no tienen dudas de que el extranjero llegó a Montecarlo con un sólo objetivo: acabar con la vida del empresario de los remises. Y tienen pistas firmes para señalar a Elías Roberto Espíndola (28) como el autor intelectual de la “venganza” ejecutada en pleno corazón de la ciudad.En medio de la investigación que llevan adelante las autoridades, PRIMERA EDICIÓN pudo acceder a los antecedentes de Martínez Sánchez, que en su país fue procesado por el doble crimen de un juez y su cuñado, y además, investigado por el asesinato de un concejal de Ciudad del Este, entre otras causas que pesan en el expediente que maneja la Justicia del país vecino.Esos documentos hablan de la violencia y la frialdad con la que se manejaba Martínez Sánchez hasta que murió en el feroz tiroteo del pasado fin de semana. Y reflejan una vez más la permeabilidad de la Triple Frontera.El crimen del juezJusto Salvador Reyes era juez penal de Ciudad del Este. En la tarde del domingo 6 de diciembre de 1998 compartía una fiesta de cumpleaños en compañía de su cuñado, Christian Wilson Muñoz Garrido, en el club Acaray, a unos diez kilómetros de la Triple Frontera. El anfitrión era un conocido abogado del fuero local, quien amablemente los había invitado días antes a la celebración.La fiesta ya estaba en sus últimos minutos cuando un grupo de hombres fuertemente armados se presentó en el lugar y abrió fuego, pero no hacia cualquier invitado. Los sicarios apuntaron directamente contra el juez Reyes y su familiar. Los dos fueron literalmente traspasados por la ráfaga de proyectiles y murieron de manera instantánea.Los medios locales no tardaron en enterarse y calificaron el hecho como “alevoso”, a raíz del ensañamiento que los asesinos habían tenido para con las víctimas. La investigación develó después que aquel abogado había actuado como “entregador”. ¿Cómo llegó la Justicia paraguaya a esa conclusión? En la semana anterior al episodio hubo testigos que vieron al letrado dialogando con dos delincuentes de la zona. Uno de ellos había sido identificado. Era un tal Marcos Fabián Martínez Sánchez.“Tenía antecedentes por doble homicidio y transgresión a la ley 716/96, vinculada a la preservación ambiental”, le explicó ayer en declaración telefónica a PRIMERA EDICIÓN una alta fuente de la Policía Nacional del Paraguay. El portavoz se mostró sorprendido al conocer sobre el final del individuo.Martínez Sánchez fue detenido al poco tiempo junto con Alfredo Piris Martínez, este último señalado como el “cabecilla” de la banda criminal de la que formaba parte el delincuente en cuestión. Los dos fueron procesados, pero sólo Piris Martínez llegó a juicio y recibió una condena de 25 años: Martínez Sánchez escapó de prisión increíblemente.“(…) Marcos Martínez, quien salió de la cárcel por una supuesta equivocación administrativa registrada en la Penitenciaría. Fue al ser sobreseído en uno de los casos en el que estaba como procesado, aún cuando la orden de prisión en el caso Reyes estaba vigente (…)”, explicó el diario paraguayo “ABC Color” en su edición del jueves 8 de mayo de 2003.Hasta el abogado “entregador” recibió condena. Pero Martínez Sánchez se las arregló para permanecer en el anonimato durante años. En ese lapso creen que formó parte de otros tantos hechos de homicidio y hubo quienes hasta llegaron a vincular la banda de la que formaba parte con el secuestro y posterior asesinato de Cecilia Cubas, hija del ex presidente Raúl Cubas, en febrero de 2005. Fue justamente Piris Martínez, su cómplice, uno de los principales sospechosos de aquel macabro crimen que conmovió a un país. Lo encontraron muerto al poco tiempo de cinco disparos en Hernandarias, cerca de Ciudad del Este.De regreso a las hipótesisVerdad o mentira, lo cierto es que Martínez Sánchez continuó con sus andanzas desde la oscuridad hasta que su nombre volvió a sonar con fuerza a mediados de este año, más exactamente el martes 2 de julio.Ese día, alrededor de las 7, dos hombres armados bajaron de un automóvil Toyota Allex blanco. Adentro aguardaban al menos otras dos personas. Los sicarios entraron al comercio del kilómetro 58 de la ruta 7, que une Ciudad del Este con Asunción, a unos sesenta kilómetros de la frontera con Misiones. César Valdez (49), propietario del lugar y también concejal de la zona, apenas tuvo tiempo a reaccionar: los asesinos lo acribillaron a tiros apenas intentó correr en busca del arma que había comprado días antes tras las amenazas que había recibido.La Policía Nacional del Paraguay inició una investigación que señaló a un viejo conocido. Marcos Fabián Martínez Sánchez estaba de vuelta, al menos en las teorías de los detectives del Alto Paraná paraguayo. Pero los policías del país vecino no volvieron a saber más nada de él hasta las últimas horas. La noticia provino de Misiones, en Argentina.El último “trabajo”“Marcos Fabián Martínez Sánchez. Paraguayo. Soltero. Nacido el 22 de agosto de 1977, con último domicilio legal en calle Bernardino Caballero, barrio San Roque, Ciudad del Este. Antecedentes por doble homicidio y delitos contra la vida”. Ese era el expediente con el que contaba la Policía Nacional del Paraguay. Y antes de morir, sumó una nueva causa a su legajo.Los investigadores están seguros de que fue él quien disparó y mató el último domingo a Cabañas, luego de irrumpir en su vivienda. Pero Martínez Sánchez no contaba con la resistencia del ex edil, quien antes de morir tomó un revólver, abrió fuego y lo mató de tres tiros.Fue el domingo pasado minutos después de las 7 y en complicidad con Espíndola (ver nota relacionada), quien habría acordado con el paraguayo para ultimar a Cabañas, quien era su “socio” en el negocio de los remises. Al parecer, entre los dos habían comprado un VW Gol, pe
ro Espíndola jamás cobró la parte que le correspondía del ex concejal.Ese habría sido el desencadenante fatal. Y un nuevo “trabajo” para Martínez Sánchez, al menos al decir de las principales teorías que se manejaban hasta anoche. Sin embargo, jamás pensó que iba a tratarse del último. La madre de Cabañas reconoció la remera hallada como la del prófugoEn relación con la investigación por el crimen del ex concejal y empresario Mario Nicanor Cabañas (43), el último domingo en su vivienda del microcentro de Montecarlo, en las últimas horas todo terminó de cerrar en torno a Elías Roberto Espíndola (28), sospechado de ser el autor intelectual del hecho.Como este medio publicó ayer, además de los dos armas secuestradas en el lugar de los hechos el último lunes la Policía halló un revólver calibre .38 envuelto en una remera, en una obra en construcción ubicada a unos 2.500 metros de la escena del crimen.En las últimas horas la madre de Cabañas reconoció esa prenda como la que llevaba puesta Espíndola al momento del hecho. Si bien la mujer ya lo había identificado como uno de los dos hombres que irrumpió en su vivienda el último domingo, este último dato termina de cercar al actualmente prófugo.Así lo confirmaron las fuentes a PRIMERA EDICIÓN, quienes reiteraron que la remera negra, de mangas largas, fue enviada al laboratorio para establecer si las manchas escarlata halladas en la superficie son de sangre.Todo indica entonces que luego del tiroteo en casa de Cabañas y al notar que su cómplice había caído muerto, Espíndola huyó y se deshizo del arma que al parecer portaba. La Policía cree que el prófugo contó con apoyo para escapar de la ciudad rápidamente.Con respecto a la relación que unía a Cabañas con Espíndola, como este medio ya publicó, se trataba de lazos comerciales muy cercanos. No obstante, trascendió ahora que el prófugo era considerado por todos en Montecarlo como “la mano derecha” del ex edil y que esa situación se debía a que Espíndola “manejaba” los automóviles que Cabañas tenía como remís en Jardín América.





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