POSADAS. “Esto es Falta de vergüenza, un programa en vivo de televisión comunitaria, producto de todo un año de esfuerzo y trabajo”. Así abrían la transmisión televisiva por aire, los jóvenes del barrio Nueva Esperanza, A4 de esta ciudad. El escenario, la galería del Cep 5, el viernes 1 de noviembre, día en que se celebraba la fiesta de la familia. La señal digital se pudo captar por aire en todo el barrio y sus alrededores. Esta interesante actividad fue en el marco de un proyecto de voluntariado universitario -promovido por la Secretaría de Políticas Universitarias, SPU- de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Misiones y la productora comunitaria “La Rastrojera TV”.Entre las 15 y las 19 de aquel histórico día, los jóvenes conductores presentaron los informes audiovisuales realizados previamente y entrevistaron a los invitados: docentes y alumnos de la Escuela Especial 45, participantes del taller de teatro, miembros del centro de estudiantes del Cep 5, participantes del taller de fotografía “Otro foco” que se realiza en el Itec 1 (ver recuadro en la página 10), entre otros. Un resumen de la transmisión puede verse en el canal You Tube de La Rastrojera.29 días después y varios kilómetros al norte de Posadas, en la localidad de Santiago de Liniers -departamento de Eldorado- volvieron a transmitir por aire, en conjunto con jóvenes de la zona que participan de un proyecto denominado “Miradas de la Gurisada”. Medios de expresión“Nuestra intención fue la producción de contenidos enfocado a los intereses locales y el acceso a la gestión de medios por parte de la comunidad del barrio”, señaló a PRIMERA EDICIÓN María del Rosario Millán, doctora en Comunicación Social (UNaM) y coordinadora del proyecto.Sobre las temáticas que se abordaron, señaló que “las fueron proponiendo los participantes” (unos 25 jóvenes de entre 14 y 18 años). “Una de las más recurrentes fue sobre los espacios y actividades recreativas que hay en el barrio, para los niños y jóvenes (ver apartado A Oberá en Cortos). El tema de la violencia, si bien no fue el eje de la actividad, también se trabajó, y para abordarlo, los jóvenes hicieron entrevistas a los estudiantes de la escuela”, dijo Millán. Sobre el proyectoEl taller se inició en abril y finalizó en noviembre. En un primer momento los objetivos eran, aprovechar los recursos tecnológicos existentes en la escuela, como las netbooks de Conectar Igualdad, para que cada chico pudiera aprender el lenguaje audiovisual, las etapas de la producción -guión, grabación, cámara, edición- y realizar producciones audiovisuales, como breves documentales sobre el barrio, etcétera. Pero a las pocas semanas de iniciado el proyecto, los objetivos fueron reestructurados: “el grupo de participantes variaba semana a semana -los encuentros eran los viernes por la tarde-, entonces no podíamos planificar actividades de una semana a otra”, detalló Nicolás Amadío, de La Rastrojera. Fue entonces que decidieron organizar la transmisión en vivo. Comenzaron a realizar juegos y actividades de entrenamiento para la conducción del programa. “Uno de los ejercicios era hablar, inventar personajes, generar espacios de juego desde los cuales discutir sobre determinados temas que los mismos chicos iban proponiendo”, indicó Millán. “Poco a poco cada participante fue encontrando la actividad con la que se sentía más cómodo: hacer cámara en las salidas por el barrio para grabar las entrevistas, estar en la producción, hacer la conducción, etcétera”, agregó.A Oberá en CortosEn la primera mitad del año los jóvenes realizaron una recorrida por el barrio identificando los lugares que les hacen sentir a gusto: las plazas y distintos espacios públicos del gran complejo habitacional. “Grabamos toda la recorrida, mostrando los lugares, entrevistando a niños que jugaban en el parque, a los vecinos; y en base a eso los chicos de La Rastrojera editaron un video de 17 minutos que lo presentamos en el Festival Oberá en Cortos -realizado en julio pasado en esa localidad misionera”, dijo Millán. Para muchos de los jóvenes participantes, el viaje para ir a mostrar el trabajo al festival fue la primera vez que salían de Posadas.Sin vergüenza“No tenemos vergüenza de decir de dónde venimos ni a dónde vamos”, fue una de las frases que poco a poco se fue instalando como leit motiv de los participantes, y que dio origen al nombre del programa (“Falta de vergüenza”). De alguna manera es un posicionamiento en relación a la mirada estigmatizante que predomina en la sociedad sobre el barrio A4 -en los medios de comunicación se lo identifica como un entorno violento y de delincuencia, que si bien existe, es sólo parte de la realidad de esta comunidad. “Si vas a buscar trabajo y decís que sos del A4, te discriminan”, señaló una de las participantes de los talleres.En el aire, parte 2El 30 de noviembre los jóvenes de A4 tuvieron su segunda experiencia de transmisión en vivo. Esta vez desde la localidad de Santiago de Liniers (Eldorado). Fue en conjunto con el grupo “Miradas de la gurisada”, que trabaja hace algunos años en producción audiovisual comunitaria. A estos equipos se sumaron los niños de la zona, que participaron como tribuna de aplaudidores.“Esta experiencia fue diferente, y la transmisión salió mucho mejor porque los chicos ya habían tenido una primera experiencia”, señaló Millán destacando que para esta actividad trabajaron conjuntamente, organizando cada parte del programa, armando un guión para presentar los informes de los chicos de Liniers y del Cep 5. También juntos, ayudaron a montar la antena transmisora y fueron casa por casa invitando a los vecinos de la zona -predominantemente rural- a sintonizar el canal 3 de aire en el horario en que sería la transmisión.“El viaje en sí y toda la experiencia unió mucho al grupo y fortaleció las ganas de seguir este proyecto”, dijo Millán, destacando que si bien el proyecto de voluntariado ya culminó, en la escuela anfitriona quedaron entusiasmados con la propuesta, “así que tenemos que evaluar si se podría realizar de nuevo, o ver cómo acompañar a los chicos a que lo continúen”.Sin corona King“Sin corona King, sería, rey sin corona y significa que no necesito tener una corona, que sería el dinero, lo material, para poder expresarme”
, define el cantante de freestyle -rap con letras improvisadas en el momento- que participó del taller y en el programa de TV. De cierta manera, todos los jóvenes que intervinieron en el taller lograron vivenciar la expresión en este “estilo libre”: “todas las personas adaptamos las reacciones a partir de la idea que tenemos del otro, en este caso, decir lo que creo que el tallerista espera que diga. Pero poco a poco los chicos lograron romper con estas respuestas estereotipadas y se animaron a proponer y opinar con más libertad, fueron perdiendo el miedo a decir lo que piensan, y se generó un espacio de reflexión y de debate más enriquecedor”, destacó Millán.Si bien aún queda por definir qué posibilidades hay de dar continuidad al medio comunitario en el barrio A4, es importante señalar que a quince días de su última transmisión televisiva, el entusiasmo de los jóvenes por aprovechar este espacio y las tecnologías para expresarse y compartir con la comunidad, está intacto.





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