POSADAS. El mal estado nutricional de los niños guaraníes de las comunidades del departamento de San Ignacio fue noticia en los medios de comunicación nacionales, disparado por un informe presentado en el programa televisivo de Jorge Lanata. De acuerdo al estudio de peso y talla realizado por la médica que visita estas 14 comunidades, 103 niños estaban desnutridos de los 198 relevados. Pero la médica usó una forma de medir la desnutrición que, con el aval de la Organización Mundial de la Salud (OMS), dejó de aplicarse desde 2006 en la provincia y luego se amplió a otras provincias del país. Es cierto que los nuevos parámetros arrojan menos chicos con desnutrición. Es cierto también que -hegemonía del lenguaje- dejó de hablarse de “desnutrición” y se pasó a términos más lavados como “bajo peso” o con “riesgo de bajo peso”. Pero es cierto también que los parámetros que se usaron hasta 2006 estaban basados en promedios antropométricos europeos y los actuales, avalados por la OMS, fueron elaborados teniendo en cuenta promedios antropométricos de la población latinoamericana. Eso es lo que quizás quiso explicar a Canal 13 -con resultados poco afortunados- el director del hospital de San Ignacio. ¿Pero hay o no niños guaraníes desnutridos en Misiones? El Ministerio de Salud Pública provincial presentó un informe sobre esta cuestión después que el tema estuviera en los medios nacionales. Según este relevamiento nutricional, sólo el 45,5% de los 193 niños y adolescentes presentaban un estado nutricional normal o eutrófico. “8 niños (4%) presentan bajo peso, 10 niños (5,1%) riesgo de bajo peso, 43 niños (22,2%) baja talla, 13 niños (6,7%) sobrepeso, 26 (13,5%) niños sobrepeso con baja talla y 5 niños (2,5%) obesidad con baja talla”. Los datos siguen siendo devastadores: dos de cada diez chicos mbya crecieron menos de su potencial (baja talla) y 9 de cada cien chicos pesaba y medía menos de lo esperado para su edad. En Misiones hay alrededor de 110 comunidades aborígenes (el Concejo de Caciques tiene contabilizadas 113, el área de Salud Aborigen de Salud Pública 106 y el Ministerio de Derechos Humanos 110). Para atender todas esas aldeas distribuidas a lo largo y ancho de la provincia, hay sólo diez médicos. Hace tres años, la situación era dramáticamente peor, pero mejoró -aunque sigue siendo deficiente- con la incorporación de los médicos del programa full time. Días atrás, cuando firmaban sus contratos los nuevos 25 promotores de salud indígena, el presidente del Concejo de Cacique (organismo impulsado por el gobierno provincial pero que no logró legitimidad ante el pueblo mbya), Victoriano Acosta, sorprendió a los funcionarios cuando, después de agradecer por los nuevos promotores, reclamó que en algunas comunidades los médicos van cada cuatro o cinco meses. Ante la consulta de los medios, el secretario de Recursos Humanos de Salud Pública, Rodolfo Fernández Sosa, precisó que la periodicidad de la visita médica dependía de la cantidad de familias que forman parte de cada comunidad, “en las comunidades más grandes, los médicos van una o dos veces semanales, y en las más pequeñas, un poco menos… pero cualquiera puede ir a los centros de salud y hospitales de la provincia buscando atención médica”. Promotores indígenas Sin dudas, que Salud Pública capacite como promotor de salud a uno o más integrantes de cada comunidad facilita el vínculo de esas familias con el sistema sanitario. Ese promotor -que vive en su aldea- hace el seguimiento de la salud de las familias, que los chicos tengan el calendario de vacunación completo… también es quien debe dar la alerta ante síntomas o cuadros que denoten problemas de salud. En la actualidad, sumando los promotores recién contratados, Salud Pública cuenta con 94 promotores mbya pero hay 30 aldeas guaraníes en Misiones que ni siquiera tienen entre sus familias la figura estratégica del promotor. Muchas de esas aldeas son, precisamente, las menos numerosas y más alejadas por lo que tampoco reciben en forma frecuente al médico. Vale aclarar que en los últimos años se capacitaron y sumaron al sistema sanitario muchos promotores indígenas (en 2003 sólo eran 11, en 2006 30, en 2010 alcanzaron a 52, al año siguiente se sumaron otros 8, en 2012 ya eran 71 y este año suman 94) pero la deuda es grande aún: el 28% de las comunidades carecen de promotores de salud.No obstante, con la muerte de tres bebes aborígenes en la aldea de Andresito, quedó demostrado que el promotor indígena debe tener respuestas oportunas del sistema de salud. ¿De qué sirve el promotor si cuando este pide al hospital una ambulancia -como ocurrió en Kaaguy Porá- porque había tres bebés descompensados, la única respuesta que obtiene es que no había ambulancia disponible?. Tampoco puede el promotor solucionar la falta de acceso a aguas seguras en su comunidad, al hecho de que muchas familias mbya aún siguen indocumentadas y consecuentemente no cobran asignación universal por hijo ni otro subsidio que les permita acceder a una ayuda alimentaria. Zonas más vulnerables La Zona Centro Paraná de Salud abarca 38 comunidades y 15 de ellas no cuentan ni siquiera con promotor de salud. Estas son Sapukay, Chapai, Ñu Pora, Ivy Poty, Urundaity, Mbae Pu Pora, Piracua, Tierra Blanca, Taji Poty, Ñamandu, Azul, Y Hovy, Tamandua-i, Ivira Poty y Ñamandu-i. Le sigue en este ranking las comunidades ubicadas en la Zona Noreste de Salud donde 9 de las 23 aldeas carecen de promotor indígena. “De algo tenemos que vivir” El cacique de Coenyú, Néstor Morínigo, habló con PRIMERA EDICIÓN sobre las necesidades de su comunidad. “Somos 186 habitantes, unas 55 familias. En Coenyú nunca va ningún médico… cuando alguien se enferma tiene que ir a esperar el colectivo a la ruta para ir hasta el hospital que está a 20 kilómetros. Sí tenemos nuestra médica guaraní”, contó el cacique. Esta comunidad fue una de las que en noviembre logró que se capacitara y nombrara una promotora guaraní.En Coenyú, las mujeres tienen a sus hijos en la comunidad asistidas por la médica guaraní que también es partera. “No vamos al hospital porque no quieren atenderlas porque no hicieron los controles durante el embarazo ¿cómo van a hacer los controles si no va ningún médico a l
a aldea?. En este momento hay cuatro embarazadas”, precisó. En tanto, según explicó el cacique, “venimos a Posadas para vender nuestras artesanías y algunas orquídeas para hacer unos pesos. Acá también nos dan ropa y zapatos que nos sirve para todos. La mitad de la gente de Coenyú no tiene DNI (muchos están en proceso de gestión) y sólo seis familias cobran tarjeta alimentaria “tratamos de compartir entre todos, también cazamos, pescamos y sembramos maíz, mandioca, sandía… Nosotros compramos las semillas porque en nuestra comunidad no llega nada porque estamos más metidos en el monte que las otras comunidades del Cuña Piru”.





Discussion about this post