POSADAS. “En esta ocasión, en la charla de hoy (sábado) nos enfocamos en la manera de hablar, internamente y con los demás. Dicen que tenemos entre 70 y 90 mil pensamientos por día y no somos conscientes de esto, por lo que nuestra mente es una fábrica de pensamientos. Pensar es hablar con uno mismo. Quiere decir que la calidad de mis pensamientos va a determinar la calidad de mis acciones y por lo tanto mis resultados”, comenzó explicando Samuel Stamateas, reconocido escritor, conferencista y motivador, en diálogo con PRIMERA EDICIÓN.Stamateas llegó a la provincia para cumplir con dos disertaciones, la primera de ella en la víspera sobre “Liderazgo y Revelación”, la otra hoy desde las 19.30, bajo el título “Nacidos para cumplir sueños”, en el auditorium de López y Planes 2619 (frente a Samsa).Su visita a la provincia se da en una época del año muy particular…Sí, aprovechando que queda muy poco para terminar el año, todos deberíamos hacer un balance y una proyección. Siempre que una empresa termina el año va cerrando los números y los argentinos le tenemos un poquito de miedo a los números, siempre tratamos de utilizarlos medio diluidos. En Buenos Aires, por ejemplo, decimos: “¿Como está el tiempo? Y la respuesta es: “Fresquito, más o menos”… Por eso es importante ponerle números.La idea es que le pongamos número a las acciones que hicimos, del uno al 10. Preguntarse: Este año, en el área de mi profesión, ¿cuántos libros leí?, ¿estoy satisfecho con ello? El paso siguiente es hacer la proyección, lo que uno va a hacer, porque si no nos quedamos con el balance nomás y uno puede llegar a deprimirse. El balance puede llegar a provocar una emoción negativa, tristeza por lo que pudo haber sido y no fue, culpa por habernos equivocados, pero todas esas son emociones que miran al pasado. Lo importante no está en relación al presente-pasado sino presente-futuro. Entonces yo miro para atrás y veo qué hice bien y qué no, que aprendí y me proyecto para adelante. Allí está lo importante de hablar bien sobre lo que nos sucedió a pesar que no haya resultado todo muy bien.Hablar bien significa decir no pasó nada, sino tener la capacidad de transformar las cosas malas que nos sucedieron en buenas, si somos capaces de sacarles una enseñanza.¿A los argentinos les cuesta hacer ese balance y autocorregirse?Es común. Hay una metáfora que se aplica bien, la carrera del hamster que se pasa corriendo arriba de la rueda todo el día y al final de la jornada piensa: debo estar muy lejos, debo haber avanzado… Hay mucha gente que gira y gira sobre lo mismo y no alcanza siquiera a fijarse metas. Hay otros que no se animan a hacer un balance.Acá de lo que se trata es primero en que el balance me permitirá saber qué tengo, qué no tengo, de que recursos dispongo y que debo corregir, no hay que tenerle miedo a eso. Porque hay cosas que no sabemos que sabemos y solo lo vamos a descubrir cuando empecemos a hablar con nosotros mismos. Hay que animarse a proyectar.Un nostálgico, y los argentinos lo somos mucho, es una persona que tiene más pasado que futuro. Fijate que si uno maneja un auto, tenemos el espejo retrovisor adelante y dos a los costados. Si todo el parabrisas fuera el espejo retrovisor vamos a chocar, no podremos ver hacia adelante. Es importante cada tanto ir mirando lo que vamos logrando y dejando atrás, pero el camino es hacia adelante, tenemos que animarnos a soñar. Todos somos soñadores, tenemos potencial, sueños que Dios puso en nuestro corazón y que tenemos que animarnos a soñar en grande y actuar en pequeño. Esta es una clave muy importante porque algunos sueñan en grande, actúan en grande y allí vienen los problemas, porque lo que vamos a construir lo haremos paso a paso y así se puede disfrutar y celebrar lo que logramos.Si uno es fiel a sus principios, da lo mejor, lo hace todo con excelencia, la vida le dará una nueva oportunidad para que eso se potencie. Todo lo grande comienza pequeño.¿Y las claves cuáles serían?Es importante la visualización, soñar despierto, escribir en una hoja “Yo quiero…” y no “Yo quisiera…” porque es como decir vamos a ver… si tengo la suerte… si el gobierno de turno. Porque si yo quiero algo, tengo que plantearme qué voy a hacer para lograrlo. Alguien dijo: el futuro no está por venir, el futuro está por hacer, lo tenemos que construir nosotros mismos, plantearnos qué queremos de nuestra vida.Todas las cosas que vemos fueron creadas dos veces, en nuestro mundo interior, en el mundo espiritual, invisible y así se materializó. Soñar significa eso, primero la idea y después la materialización.Están los exitosos que tampoco son felices…La queja es un deporte nacional. Nosotros podemos hablar describiendo o generando. Las personas positivas, de fe, no negamos la realidad, que tiene que ver con números o elementos que podemos medir, nadie puede decir no, no hace calor… porque va a salir y se va a topar con la realidad. Lo que hacemos la gente de fe, optimista, es utilizar nuestro lenguaje para construir. Si uno se vive quejando, la queja no conduce a nada, al contrario, lo empantana, no resuelve el problema sino que prolonga en el tiempo y en la intensidad los sufrimientos. Por eso esa gente que está refunfuñando todo el día, las otras personas se alejan de ellas y se le van a acercar los que son como ellas. Si nosotros utilizamos la herramienta poderosa que es la comunicación a través del habla, utilicémosla para construir, para hablar en positivo, con solidaridad, paz, porque lo que hablo es lo que pienso. No puedo hablar bien y pensar mal.¿Cómo ve a las movilizaciones y reclamos que se registran a nivel nacional en varias provincias?Toda la gente, sus intenciones son buenas en el fondo, la canalización de las intenciones son las incorrectas. En el fondo lo que quieren es estar bien, tener un proyecto de persona, de familia, de país, quieren tener un trabajo digno, salud, futuro… Ahora no todo el mundo puede sacar ese deseo de una manera coherente y eso tiene que ver con el sistema donde vive, con la cultura que fue educada, son muchos los factores. pero creo que la sociedad, en la Argentina, está pidiendo a gritos un cambio positivo, “queremos alcanzar a ver un futuro no lejano” y eso se consigue juntándonos todos los argentinos, para ver qué país queremos. Pero los cambios en la sociedad comienzan por los individuos, sino volvemos siempre a lo mismo, que cambie el gobierno, que cambie lo otro, pero el primero que debe cambiar es uno mismo.¿Hay carencia de líderes positivos?Los sistemas no duran 100 años, nosotros vivimos por ciclos, es como una rueda. Creo que estamos entrando a un ciclo en que la gente está pidiendo, a
lgunos de mala manera, otros de buena, construyamos una sociedad en la que haya valores, de respeto, por eso el tema hoy de la palabra que se ha devaluado y perdido. Construyamos una sociedad de solidaridad.Lo que sucede que los cambios negativos se dan de a poco y uno no se da cuenta. Entonces uno camina por la calle y no le afecta una persona que está durmiendo en la vereda de un negocio, pero ¿en qué momento esa persona apareció allí? Fue ocurriendo de a poco. De a poco nos acostumbramos a los chicos que piden en la calle, a los que duermen allí, a los que piden trabajo, a la delincuencia a la violencia y a la muerte. Uno ve todo eso en los noticieros y ya no nos causa estragos, porque nos vamos acostumbrando, las cosas malas vienen de a poco.Tenemos que replantearnos en qué país queremos vivir.





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