POSADAS. En la sala Maruja Ledesma del Museo Provincial de Bellas Artes “Juan Yaparí” se vivió el miércoles al inicio de la noche una ceremonia muy especial en la que tuvo lugar el alumbramiento del primer libro editado -y premiado-, de la comunicadora social Violeta Bondarenco. A la autora, una joven misionera, posadeña, descendiente de una familia rusa, se la conocía hasta pocos días antes por su faceta de artista plástica, así que a nadie asombró si el escenario de su presentación en sociedad para el libro “Las perras”, se asemejara a una instalación (pieza del arte llamado deconstruible o no perenne).Los colores rojo y negro llamaban la atención. El Negro es usado por muchas religiones para expresar duelo aunque entre los pueblos del antiguo México, ese color simbolizaba a Quetzalcoatl, algo así como la deidad de la guerra. El rojo más allá de que se lo relaciona con la pasión, es símbolo de la sangre y para los mayas era la imagen representativa del Este (punto cardinal). Violeta, se sumó a la escenografía plantada por Mariana Dasso, llegando vestida de rojo con una liviana capa negra, al parecer desdeñando el color de su nombre. Rojos pétalos de rosas se adueñaron del piso, lo cual es signo de respeto y admiración hacia algunos pueblos orientales. Pero en el caso comentado, todo lo rojo tenía que ver con la tapa de Las Perras, libro que obtuvo la semana pasada el premio Arandú en Letras. Violeta invitó a leer a alguien y fueron muchas mujeres las que aceptaron la invitación y uno o dos hombres. Entre las damas se puede citar a Numy Silva, Martha Bordenave, Alba Sotelo y hasta la mamá de la autora. Mientras transcurría este acto mágicamente devenido en sesión de lectura, nuevas emociones iban poblando el espíritu de Violeta quien terminó invitando a un brindis en el que aparecería otro símbolo: el champagne. Olga Zamboni, quien conocía el contenido de Las Perras, hizo, desde la platea, algunas reflexiones halagüeñas acerca del libro. Así entre palabras, rojas unas, negras otras, se inició el camino hacia las copas donde reinaba otro color: el dorado que a ratos se vuelve blanco atestado de burbujas. La escritora firma y entrega libros; ha superado la dura prueba de presentar su propia obra. ConclusiónSe espera ahora otro libro de Violeta Bondarenco. Uno que confirme los halagos y premios que tienen Las Perras.Y que consolide su inclusión definitivamente entre las jóvenes y muy buenas escritoras de la Provincia de Misiones.Que hay muchas, y Violeta Bondarenco, sin dudas, ya es una de ellas (E.A.).





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