POSADAS. Una familia puso en fuga a un delincuente que tomó de rehén a una abuela a punta de cuchillo. Para los investigadores se trataría de un nuevo ataque del “visitante nocturno”, un ladrón que elige como víctimas a mujeres solas o que viven con sus hijos, aunque en esta ocasión el malandra no contaba con la presencia de otras personas en la casa donde fue a robar. El hecho, de acuerdo a la denuncia, fue perpetrado ayer a las 5.30 en una vivienda de dos plantas situada en inmediaciones de la esquina de las calles Japón y San Marcos (barrio Hipólito Yrigoyen).A esa hora, un malviviente trepó sobre unas rejas y escaló hasta una ventana situada en el primer piso, la cual forzó para ingresar a la propiedad ajena. Sigilosamente se dirigió hasta el dormitorio de una mujer de 86 años, quien se hallaba descansando. No obstante, cuando la abuela advirtió la presencia del intruso, abrió el cajón de su mesita de luz y extrajo un cuchillo con evidentes intenciones de defenderse. Rápido de reflejos, el delincuente forcejeó con la octogenaria y logró desarmarla, tomando la ventaja sobre la víctima, que comenzó a gritar en pedido de auxilio. Seguidamente el sujeto la llevó bajo amenazas a la planta baja del inmueble, sin dejar de intimidarla con el arma blanca y exigirle en todo momento que “le entregue toda la plata que tenía”.Momentos de tensiónMientras todo esto sucedía los gritos de la abuela despertaron y pusieron en alerta a su hija y yerno, que dormían en otras habitaciones, señalaron las fuentes. Cuando el ladrón llegó al living de la casa, fue enfrentado por el hombre, de 35 años, quien intervino al observar que su suegra era tomada como rehén. Hubo un breve forcejeó y el malandra liberó a la abuela. Cuando finalmente se dio cuenta que no tenía chances de salirse con la suya, le exigió a los dueños de casa -bajo amenazas y exhibiendo el cuchillo- que le abrieran la puerta de acceso. Las víctimas lo hicieron y el ladrón escapó sin llevarse nada. La octogenaria fue asistida por médicos y se supo que sufrió “algunas excoriaciones leves en distintas partes del cuerpo, producto de los agarrones con el intruso”, mientras que su yerno resultó ileso, precisó el parte oficial de la Jefatura de Policía. Investiga el hecho la Comisaría Tercera. “Tenía todos los rasgos”El sujeto que ayer irrumpió en la vivienda donde residen una abuela, su yerno y su hija, tenía su rostro cubierto con una media de tipo redecilla, era delgado y medía 1,70 metro aproximadamente. Un dato no menor y que describieron los testigos es que uno de los rasgos o señas particulares que tenía el individuo son los “ojos llamativamente saltones”, que -de acuerdo a fuentes policiales- podría vincularse al hecho de que sea adicto a las drogas. “La descripción y modus operandi del delincuente que ingresó ayer a la vivienda son coincidentes con las del ‘visitante nocturno’, por lo que no descartamos que se trate del mismo sujeto que ya perpetró numerosos robos en Posadas”, confió un alto jefe policial a este diario. Tal como adelantó PRIMERA EDICIÓN, el “visitante nocturno” es un malandra que vigila y acecha en la oscuridad a mujeres que viven solas con hijos. Días atrás perpetró otros dos golpes. Fueron en zonas cercanas al centro posadeño y el delincuente fue fiel a su modus operandi: las víctimas eran amas de casa y al momento del robo estaban junto a sus hijos, en uno de los casos un bebé de apenas dos años. Los investigadores saben que es un individuo delgado, morocho y que aparentemente sería adicto a las drogas, teniendo en cuenta algunas descripciones e indicios que aportaron los damnificados. La Policía cree que volverá a atacar.





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