POSADAS. El Hogar de Día cumplió el pasado 28 de septiembre su cuarto aniversario, un período considerado por sobre todas las cosas “muy enriquecedor”, por el titular de la institución, Samuel López, quien remarcó en una entrevista con PRIMERA EDICIÓN que la experiencia cosechada en el trabajo diario con los chicos en situación de vulnerabilidad social “fue muy bien aprovechada con acciones inmediatas y la participación de otras instituciones del medio”. ¿Qué sobresale del trabajo de estos cuatro años?Uno de los puntos más saliente alcanzados en los últimos tiempos es que conseguimos consolidar las relaciones institucionales e interpersonales con otros organismos que trabajan en una instancia similar. Se logró constituir una Red en toda su dimensión, porque por sí sola no existe, sino que hay que construirla. Conseguimos insertarnos en el medio,y eso es muy valioso, clave en todo esto. Las estadísticas nos mostraban por un lado que la mayoría de las admisiones habían sido por demanda espontánea, que es cuando las familias por cuenta propia vienen a pedir ayuda, y por el otro las derivaciones, cuando llegan de otras instituciones, esos eran las dos opciones.Para nosotros, entonces, ha sido muy significativo consolidar esta Red porque las familias en situación de vulnerabilidad ahora empiezan a creer en el trabajo que lleva adelante esta institución, el Hogar de Día, con los niños, eso se observa claramente.¿Y como se llega a ello?Una de las cosas que particularmente me llama la atención es que cuando uno habla con los referentes adultos de los niños en este tipo de situación y les pregunta ¿cómo llegaron al Hogar de Día? la respuesta es: “Por recomendación de otra familia”. Para nosotros eso es muy significativo, el haber generado esta relación con la comunidad, refiriéndome a barrios en situación de vulnerabilidad, de riesgo, asentamientos irregulares, marginales, algo impensado y que fue muy duro, complejo, cuando iniciamos este camino.Algo similar ocurre a nivel institucional, porque recibimos derivaciones de niños y eso indica que creen en nuestro trabajo, nos avalan estos cuatro años que llevamos en contacto permanente con infancia y adolescencia vulnerable, donde estamos en contacto diario con el hospital de Pediatría, Madariaga, las áreas de salud mental de los hospitales, la policía, comisaría de la mujer, la defensoría, minoridad…Está bueno que la defensora de turno, por ejemplo, nos llame cuando tiene algún caso de algún niño de este ámbito en problemas y nos avise, nos ponga al tanto de lo que sucedió porque nosotros también podemos aportar nuestro trabajo, el de un “organismo especializado”.¿Se mantuvo el número de asistentes con la apertura de otros Hogares?Sí. Pasa que lo que hacen otros hogares, como el del Padre Barros, es específico, de la noche, para nosotros eso es importantísimo porque nosotros estamos durante el día y por ello debemos trabajar articuladamente con las otras instituciones. En cuanto a la asistencia en sí al Hogar, la mayor prevalencia se da por la mañana, donde tenemos volcados todos los recursos. Antes era equilibrado, más repartido entre la mañana y la tarde. Ahora por la tarde quedan unos talleres, pero es algo que fuimos ajustando como para que los niños y adolescentes tengan actividad durante todo el día, sin tiempo ocioso.El número de asistentes diarios llega a picos de 85. El grupo etario predominante pasó a ser de 14 a 18 años de edad cuando antes era de 9 a 13.¿Eso se da porque sigue el mismo grupo dentro de la institución y fue creciendo?No, porque el grupo se va renovando, hay admisiones nuevas y egresos también. No son los mismos chicos de siempre.Se sigue manteniendo al estadística que la mayoría de los asistentes son varones 88 contra 47 mujeres, lo que va en contra de lo que se esperaba cuando se inauguró esta institución, porque se pensaba que principalmente iban a ver menores de diez años y niñas, pero la realidad nos muestra mayor cantidad de varones y adolescentes. Lo bueno es que asisten y ellos mismos dicen que se sienten bien.Acá hay varios casos de chicos que vinieron al Hogar recomendados por otros chicos. Incluso vino uno cuyo caso fue mediatizado en los últimos meses, pero prefiero reservar su identidad, y que me preguntó cuanto tenía que pagar por la comida.Cuando comenzamos la asistencia, en su mayoría, eran chicos de la Chacra 17, pero hoy es muy variada, tenemos de A-4, Villa Cabello, Itaembé Miní, Garupá…¿Ahora están trabajando en algún barrio puntual?En los últimos dos años nos focalizamos en el oeste, en Villa Cabello y en el barrio Belén Actualmente estamos en el Sol de Misiones, conocido también como Bicentenario o Prosol II, en Itaembé Miní. Allí están los relocalizados de El Acuerdo, los que habían perdido su casa en un incendio detrás del Palacio de Justicia y los que vivían en la Chacra 121. Tomamos contacto con Bicentenario en abril y empezamos a trabajar casa por casa porque la demanda llegó desde el propio barrio, a través de la Fundación Sol de Misiones para las Misiones, a cargo de la doctora Teresa Santonatto, con la que hicimos un acuerdo, al igual que la Escuela 71 de Adultos, cuyo director es Nelson Luján.¿Y cómo surgió el pedido?Por cuestiones de adicciones en adolescentes. Les aclaramos que no hacíamos una intervención puntual, les ofrecimos un paraguas más amplio, a largo plazo, generar la confianza en la población, realizar talleres, atención jurídica, de trabajadores sociales, actividades recreativas y eso nos permitió tener hoy un panorama más certero de lo que allí pasa.En el informe del mes de julio, por ejemplo, tuvimos 124 intervenciones, donde las problemáticas registradas fueron 32, sobresaliendo los casos de consumo de sustancias psicoactivas, violencia familiar y de niños/adolescentes en situación de calle.Bicentenario es un barrio al que le estamos colocando un gran empeño, sin descuidar a Villa Cabello, donde seguimos, pero más afianzados.¿En el trabajo que realizan a diario, observaron un crecimiento del nivel de violencia?Eso siempre existió, no es que ahora hayan más casos, que sean más violentos los chicos o las familias. Sí es real que se mediatizaron más casos, lo que por un lado está bueno porque hay personas que de esta manera se animan a denunciar formalmente lo que están viviendo, pero a veces el tratamiento que le da cada medio en particular no colabora, termina exponiendo a las víctimas a consecuencias de las cuales cuesta mucho más recuperarlas.¿Alcanza con el equipo de profesionales actuales?
Nunca es suficiente, uno siempre necesita más porque hay muchas cosas por hacer. El desafío es enorme, cada vez se van descubriendo más necesidades, van surgiendo nuevos esquemas de trabajo, que los vamos aplicando en base a toda la experiencia recogida en estos cuatro años. Asistencia a las familiasEn la tarea que desarrollan a diario, el director del Hogar de Día, Samuel López resaltó que se encuentran a menudo con casos puntuales de niños cuyas familias han quedado diezmadas por distintos motivos. “Uno de los últimos ejemplos se dio con un nene de la Chacra 146, fuimos y nos encontramos en su casa con niños que tenían pique, sarna, piojos… todo el contexto negativo que uno puede imaginar, donde vivían diez integrantes bajo un mismo techo, hacinados”, apuntó López.Luego prosiguió diciendo que ante ese caso “la Municipalidad le construirá una casita de madera, con un baño instalado, le pondrá piso alisado… Es decir que trabajamos no solo en lo que hace al cuidado de los niños y adolescentes sino también en ver las necesidades hasta materiales de las familias para que puedan cumplir con su rol, la función de padres. En ese caso hay una mujer a cargo de todos los que viven allí y entre nietos e hijos suman diez integrantes en una sola casa. Hace dos años se le murió el marido a esa mujer, entonces se volvió alcohólica primero y encima tuvo que hacerse cargo de toda la situación. Allí es donde debemos acompañarla en todo el proceso para que pueda volver a criar a sus hijos y nietos, porque tiene además una hija de 17 años con dos hijitos”.





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