POSADAS. Ni porteños, ni gitanos. Aunque las primeras versiones hablaban de una gavilla oriunda de la Zona Centro del país, nueva información trascendió ayer en relación con el brutal asalto y toma de rehenes perpetrado en una pollería de la capital provincial, que indica que en realidad los delincuentes intentaron “falsear” el acento para despistar a la Policía.Además, según se informó desde la fuerza, los cuatro malvivientes que golpearon y maniataron al dueño, su mujer y dos empleados utilizaron guantes de látex para no dejar rastros dactilares, objetivo que finalmente cumplieron.Así las cosas, anoche efectivos de la comisaría seccional Decimotercera y de la Dirección de Investigaciones continuaban con la intensa búsqueda de la camioneta Amarok blanca en la que escaparon los cinco delincuentes, cuatro de los cuales ingresaron al local portando armas de fuego.Según pudo saber PRIMERA EDICIÓN en base a sus fuentes, los delincuentes tenían en su poder un importante arsenal conformado por pistolas nueve milímetros -utilizadas por las fuerzas de seguridad- y revólveres de distinto calibre.“El que estaba a cargo era un flaquito, petiso, que se mostró muy tranquilo todo el tiempo”, le contó a este diario uno de los uniformados que trabaja en el caso, quien confirmó que “todos llevaban guantes” y que sólo cuatro entraron al local III de “Mak Pollo”, emplazado sobre avenida Santa Cruz casi Santa Catalina de Posadas. El restante aguardó en la camioneta.Sobre el presunto acento porteño del que se habló en un principio, el testimonio de las víctimas aclaró la situación. “De repente querían hablar como con acento porteño. Después, se querían hacer pasar por gitanos. Al ‘líder’ se le entendía poco y nada”, señaló una fuente de la investigación en base al relato de los perjudicados.Con esas pistas, la Policía continuaba ayer la búsqueda de la gavilla armada y de la Amarok blanca. Ante los datos mencionados anteriormente, ganó fuerza la teoría de que los autores del hecho podrían ser de la zona.El drama se inició alrededor de las 19 de ayer en dicho lugar, en momentos en que el dueño del local, su pareja y dos de los empleados compartían un asado, como es costumbre del propietario domingo tras domingo para agasajar a sus trabajadores.En determinado momento, irrumpieron en el lugar los cuatro ladrones armados y a cara descubierta, quienes los golpearon y maniataron con precintos plásticos. Después, comenzaron a pedirle dinero al comerciante.Sin más opciones, el hombre les entregó 20 mil pesos en efectivo, pero no fue suficiente. Como los ladrones exigían más, tuvo que llamar a un conocido para que le acerque cerca de 80 mil pesos.Las víctimas permanecieron como rehenes durante casi tres horas. Alrededor de las 21.30, el conocido llegó con el dinero. Los malvivientes lo maniataron, tomaron los 100 mil pesos y escaparon en la Amarok blanca, que sería robada.El propietario y sus dos empleados sufrieron lesiones de distinta consideración, afortunadamente sin riesgo para sus vidas. Los ladrones, que también se llevaron los teléfonos celulares de las víctimas, eran buscados al cierre de esta edición.





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