JARDÍN AMÉRICA (Rosamel Gómez, texto y fotos). El continuo desarrollo de las actividades de la Cooperativa de Productores Yerbateros de Jardín América Limitada muestra a las claras la visión empresarial y capacidad de adecuación a las necesidades de sus asociados.En 1973, en la sede de la Colonia Sol de Mayo, se juntaron 37 colonos yerbateros con la intención de formar una cooperativa, ya que vieron ese movimiento como el apropiado para lograr beneficios en conjunto. No siempre se tuvo en cuenta, pero las esposas de aquellos fundadores, como las actuales, acompañan las decisiones de sus compañeros, apuntalándonos constantemente. Cuando el hombre desfallece, es la mujer quien le da ánimos. Como cuando se quemó el secadero en la colonia Sol de Mayo. Ese y otros hechos hicieron que se pensara en comprar terrenos más grandes y cerca de la ruta nacional Nº 12. En 1978 se adquirieron los predios y en 1979 se comenzó la construcción del primer secadero. Un segundo en 1989 y luego, un tercero. Es en esta etapa, que creció la masa societaria incorporando socios de Colonia Oasis, Puerto Leoni, Colonia Los Teales, Campo Grande y Campo Viera. En 1990 se inauguró una fábrica de dulces y casi en forma simultánea, una escuela agrícola que nació bajo el nombre de EFA “Cristo Redentor”, y que actualmente se denomina Instituto Agrotécnico Jardín América. Aquí los hijos de los asociados se capacitan y se reciben de técnicos agrícolas. La fábrica de fécula de almidón de mandioca en Colonia Oasis es otro de los logros de la cooperativa, como también lo es el salón de ventas.Creciente actualidadDe igual forma que toda empresa en el país, esta cooperativa fue atravesando distintas crisis económicas y enfrentándolas. Los dirigentes debieron sortear los obstáculos para lograr las metas propuestas por los asociados. Estos 40 años fueron de crecimiento sostenido. En oportunidades con más ímpetu pero con el mismo espíritu de lucha. Los tres secaderos en conjunto permiten secar hasta 300 toneladas de hoja verde diarias. Desde 2009 a 2011, la crisis en el sector hizo que atravesaran una difícil situación con muy pocas inversiones: sólo lo necesario para mejorar la producción. A partir de los mejores precios en la yerba, en 2012 se retomaron las inversiones y se mejoraron las ventas de los diversos productos, mediante convenio con la cooperativa El Hogar Obrero. Esto permitió ampliar puntos de venta en las provincias de Buenos Aries, Neuquén y Río Negro.En la fábrica de envasados se construyó un reservorio de agua con capacidad de 600 mil litros para regar plantaciones de pepinos y zapallos. Se adquirió una etiquetadora automática. En la planta de Oasis, se instaló un biodigestor mediante subsidios y el trabajo conjunto con el INTA lo que permitirá en 2014 procesar la raíz de mandioca, utilizando la energía del digestor para alimentar la caldera evitando, además, la contaminación del aire y del agua. Actualmente, el zapecado y secanza de la yerba mate se efectúa 100% mediante secaderos de chips. Cuenta con seis equipos: cinco comprados con recursos propios y uno con subvención del estado a través del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM). De esta manera se preserva el bosque nativo.Renovación de yerbalesUno de los aspectos que encaró el Consejo de Administración es la renovación de los yerbales para aumentar la productividad, mejorando el manejo de suelos y utilizando fertilizantes. La cooperativa financia al socio la limpieza de los terrenos, provee los plantines y mediasombra. Es un plan a cinco años. Cuando se comienza la primera cosecha, el socio empieza a pagar el crédito. Se llevan renovadas 100 hectáreas lo que significa cerca de un 5% de reconversión de las plantaciones. Mediante un subsidio de la Nación a través del Ministerio del Agro, se adquirieron 250 toneladas de abonos que se distribuyó a los socios.Uno de los aspectos fundamental para la familia del socio es el beneficio de la obra social cooperativa, que cubre el 100% en la medicina tradicional, internación, cirugía y vademécum. Esta cobertura es para el socio, grupo familiar e hijos de hasta 25 años que cursen una carrera universitaria.Jóvenes CooperativistasLos dirigentes de esta entidad tienen en claro la importancia de capacitar a los jóvenes dentro del accionar cooperativo, logrando de esta manera el recambio generacional. El Instituto Agrotécnico es una herramienta fundamental donde los jóvenes de ambos sexos se reciben tras seis años de estudios de técnicos agrícolas. Encuentros de capacitación mediante convenios con el INTA permitieron a jóvenes viajar a Japón y Alemania a compartir experiencias y aprender nuevas técnicas agrícolas. Algunos de los socios ya son la segunda y tercera generación de los fundadores.El presidente, José Cunale, comenzó a integrar el Consejo de Administración a partir del 2000, primero como síndico titular y más tarde como secretario y vicepresidente. “Estamos orgullosos de pertenecer a esta cooperativa que es una referente importante en la provincia. Sabemos del esfuerzo de los fundadores y es nuestro deseo continuar con su desarrollo”, dijo, y saludó a socios, empleados y obreros que la componen, clientes, proveedores e instituciones “que nos acompañan”. Jorge Eberhardt, uno de los primeros Son pocos los socios fundadores que todavía siguen en la cooperativa. Ahora continúan sus hijos y algunos nietos de aquellos que la iniciaron en la Colonia Sol de Mayo, en 1973.Jorge Eberhardt nació en Oberá en noviembre de 1940 y desde pequeño se trasladó junto a su familia hacia Jardín América, como tantos otros colonos de esa zona, en busca de tierras vírgenes. Cuenta que junto a su hermano tenían un pequeño secadero también en Sol de Mayo y habían iniciado conversaciones para integrar- junto con otros colonos- una empresa yerbatera. En un momento, visitan a los hermanos y les proponen integrar la cooperativa que se formaría a partir de la compra de un secadero a unos colonos japoneses de la sociedad Kamada. No lo dudan y aceptan.“Teníamos muchas ganas de tener una cooperativa y pusimos bastante el hombro. No había tractor. Tuvimos que refaccionar el secadero. Tengo el orgullo de decir que fuimos a ver a los colonos para integrar la cooperativa y nos dijeron que sí. Pero algunos esperaron que estuviera comenzada para integrarse. El ya desaparecido director de la Escuela Nº 466 de la Colonia Las Quinientas, Alfredo Juan Kosache, era el síndico y secretario de actas. Él no tenía yerba, pero los estatutos exigían que fuera yerbatero. Así que le prestamos yerba para entregar. En aquel tiempo no
teníamos ningún sueldo, nada. Cuando teníamos que ir a Posadas para realizar trámites, íbamos con nuestro auto. Creo que durante 25 años formé parte del consejo de administración”.“Si hoy usted le cuenta hoy a un chico que hacíamos 100 mil kilogramos por año, se reiría…. pero había que hacerlos”, dijo Eberhardt, quien muestra en la mirada el orgullo de haber sido parte de los inicios de la Cooperativa Yerbatera. Se acuerda del primer tractor… una herramienta tan necesaria (Es el que se exhibe en la Plaza del Cooperativismo sobre la ruta Nacional Nº 12). “Cuando se tiene algo uno mezquina esto hasta lo último”, finalizó con genuina satisfacción, al tiempo que recordó a otros consejeros fundadores como Andrés Chavar, Nicolás Gerasimiuk, Isao Kamada, Juan Kalitko y Alwin Gansel. Hein: “Tuve el privilegio de participar en las decisiones importantes de la entidad”Toda una vida dedicada al cooperativismo. Así podría titularse esta nota sobre Edgardo Alfredo Hein, ya que además de estos años hay que sumar cinco años previos en la Tung Oil.Nació en Almafuerte en 1947 y de niño se trasladó junto a su familia a Jardín América donde sus padres compraron una chacra. Aquí cursó sus estudios primarios y secundarios, en la recientemente creada Escuela Superior de Comercio Nº 2. Es la persona que más recuerdos puede compartir de estos 40 años de la cooperativa de Productores Yerbateros de Jardín América Limitada. A pesar de los cambios de consejos de administración, Hein mantuvo su puesto, ya que las distintas dirigencias, confiaban en su tarea. Su primer empleo fue en la cooperativa Tung Oil de Santo Pipó, más tarde y después de cumplir con el servicio militar, se dedicó a la actividad privada hasta que en 1977 ingresó a cumplir tareas administrativas en la Cooperativa, cuando la entidad funcionaba en colonia Sol de Mayo. “Me ofrecieron trabajar allí y reemplacé a Ángel Ballesteros. Era 1977 y la cooperativa funcionaba en un secadero que fue comprado a Takashima y a los hermanos Isao, Masao, Takara y Tadayoshi Kamada. Isao Kamada, el primer presidente, era una persona muy capaz como dirigente. 37 socios iniciamos la cooperativa. Después de varios incendios, y a medida que aumentaba la producción de yerba, en 1978 se adquirió un lote (de Isao Sato) en Jardín América. Junto a Pedro Lapchuk tuve el honor de colocar las estacas demarcatorias de la primera construcción. Comenzamos a trabajar en 1979 y ya en 1980 teníamos una capacidad de secanza de 70 toneladas diarias de hoja verde. Esta nueva ubicación hizo que se aumentara la cantidad de socios y por supuesto la yerba a secar”, evocó. Recordó que en1989 se inauguró el segundo secadero y en 1995 un tercero. Ya teníamos la capacidad de secar 300 toneladas diarias de hoja verde.” En 1992 durante el mandato de Carlos Menem se eliminó la Comisión Reguladora de la Yerba Mate (CRYM) que mantenía los cupos de yerba y las plantaciones, para evitar super producción y lograr buenos precios para el colono. Esto trajo aparejado la aparición de nuevas plantaciones y la desprotección del pequeño productor”.Ahora Hein espera su jubilación con la satisfacción de haber dedicado su vida al movimiento cooperativo: 36 años en la cooperativa y cinco años en la Tung Oil.





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