POSADAS. Tres niños de nacionalidad china fueron rescatados por efectivos de Gendarmería Nacional cuando eran trasladados hacia Capital Federal o el Gran Buenos Aires en un micro de larga distancia que había partido desde la terminal de la capital misionera.El procedimiento se produjo el pasado lunes 7, alrededor de las 21, en un control de rutina efectuado por GN en la localidad de San José.Se presume que los chicos, que no hablan castellano, eran llevados para ser explotados en talleres textiles clandestinos o supermercados chinos, donde las estadísticas indican son sometidos a paupérrimas condiciones de existencia.Los menores, que aparentaban estar en buenas condiciones de salud, viajaban sin sus padres, a cargo de un ciudadano brasileño.Lo curioso es que ninguno de los extranjeros tenía registro de entrada a la Argentina.En este sentido se presume que ingresaron a Misiones por Puerto Iguazú o Bernardo de Irigoyen, aunque es una arista de la investigación que aún no fue confirmada.Tras la correspondiente denuncia, la Justicia Federal de Posadas, a cargo del magistrado Ramón Claudio Chávez, dispuso que los menores fueran puestos a cuidado y contención del Ministerio de Bienestar Social de la provincia, señaló la fuente consultada.La causa, en un principio, fue calificada como “trata de personas”, aunque resta confirmar, de manera fehaciente, si con fines de explotación laboral o de alguna otra índole.El ciudadano brasileño no supo o no quiso explicar la razón de viajar con tres niños oriundos de China y menos aún, la manera en que ingresaron desde Brasil.Tampoco hizo alusión a la razón de su viaje o estadía en Capital Federal o el Conurbano bonaerense.Sin embargo, más allá de la poco creíble ingenuidad que mostró en los estrados judiciales, los investigadores creen que este hombre se dedicaba a reclutar niños orientales y a trasladarlos hacia los grandes centros urbanos del país para ser “vendidos” como mano de obra barata.Quedan en el aire algunos interrogantes que cualquier mortal se haría sobre la procedencia de estos tres chicos.¿De dónde vienen?; ¿cómo fueron separados de sus padres?; ¿de qué lugar de China partieron? ¿regresarán a su patria? su familia o al menos una parte, ¿está en Argentina? etcétera.Según pudo averiguar PRIMERA EDICIÓN, detrás de este caso habría una poderosa organización, con ramificaciones a nivel internacional, dedicada a lucrar con el tráfico de niños chinos.Se trataría de un flagelo que comenzó a incrementarse allá por la década del 90, en simultáneo con el auge de los supermercados chinos.“En esos años, las personas que lucraban con este negocio pagaban minibuses, combis y hasta taxis para llevar a esta gente primero a Posadas y luego a Buenos Aires. Sin embargo, con el paso del tiempo, decidieron cambiar de modus operandi. Ahora los trasladan en colectivo, porque resulta menos llamativo llevar ciudadanos chinos en micro que en coches de alquiler. Llevaban hasta seis víctimas en el baúl durante cientos de kilómetros”, señaló ayer a este Diario una fuente judicial.En el procedimiento intervino personal de Gendarmería Nacional, al que llamó la atención la presencia de tres niños chinos sin un adulto de similar apariencia.Los chicos tenían documentaciones personales y un permiso de residencia solamente en Brasil.En ese momento se presentó el brasileño aduciendo que los menores estaban a su cargo.Como dejó más dudas que certezas en sus palabras, se decidió dar intervención a la Justicia Federal.Así, el hombre terminó esposado y arrestado mientras los menores eran trasladados a dependencias del Ministerio de Bienestar Social de la provincia.Se labran actuaciones en una causa por “trata de personas”, concluyó el portavoz requerido por este Diario. Indicios de un flageloCuatro ciudadanos chinos fueron localizados entre las localidades de Ceibas y Paranacito, en Entre Ríos, cuando intentaban ocultarse en medio de unos matorrales.Vecinos de la zona se percataron de la extraña situación y llamaron a la Policía.Con posterioridad se comprobó que tenían pasaportes y visa de permanencia sólo en Brasil.Por ende, se desprende que ingresaron a la Argentina en forma clandestina.Poco después, se estableció que un coche daba vueltas en la zona de forma sospechosa.Se procedió entonces a su detención. Un hombre de nacionalidad argentina iba al volante, secundado por dos mujeres asiáticas.El conductor fue arrestado y los orientales puestos a disposición de las autoridades de la Justicia Federal.En el procedimiento intervino también personal de Gendarmería Nacional.





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