La operación quirúrgica a la que se tuvo que someter la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, la mantendrá alejada del último tramo de la campaña para los comicios del 27 de octubre próximo; una elección legislativa que, sin embargo, tendrá un fuerte impacto en la fase final de su mandato presidencial, que culmina en 2015.El estado de salud de la mandataria, de acuerdo a los partes médicos que se suceden a diario, luego del hermetismo con que se manejó inicialmente la información, es estable y en franca recuperación tras la operación en el Hospital René Favaloro, a causa de una caída que le produjo un traumatismo de cráneo. Es más, hoy podría recibir el alta.Pese al alejamiento circunstancial que le impone el proceso de recuperación, y a la coincidencia del problema de salud con los complejos problemas políticos que emanan de un período que ya se analiza como una transición que cerraría el ciclo kirchnerista, Cristina sigue en el centro del escenario político nacional. La asunción de la presidencia, como es de rigor, por el vicepresidente Amado Boudou, una de las figuras más cuestionadas del gobierno, por sospechas de corrupción que se investigan en la Justicia, despertó fuertes críticas de la oposición, pero no plantea mayores tensiones respecto a la gobernabilidad en lo inmediato.Bajo la gestión meramente formal de Boudou, – a cuyo equipo se incorporó la candidata misionera del FPV, Carolina López Forastier- se espera que el cronograma electoral, a sólo catorce de días de los comicios, se desarrolle sin mayores complicaciones, y aunque pueden haber variaciones en los guarismos de las PASO del 11 de agosto pasado, la sensación es la de un final anunciado con tono crítico para el gobierno kirchnerista.En la semana, el Gobierno nacional logró avanzar en algunas cuestiones, como la aprobación del Presupuesto 2014; y el acuerdo que le permitió destrabar créditos del Banco Mundial por tres mil millones de dólares en tres años; necesarias para poder manejarse en medio de las aguas turbulentas que comenzarán a sentirse con fuerza el 28 de octubre, al otro día de los comicios. No es un secreto que en los círculos políticos ya se descontaron los resultados de los comicios; y la dirigencia sólo espera que se cumpla la formalidad del acto electoral para salir, al día siguiente, a contar los días que faltan para las presidenciales de 2015.Capítulo cerradoEn el debate del Presupuesto 2014 en el Senado, el bloque del FPV pudo imponer su mayoría y cerrar el capítulo de la discusión presupuestaria, por 40 votos afirmativos contra 27 por la negativa, con el auxilio de sus habituales aliados, entre ellos Nuevo Encuentro, el Movimiento Popular Neuquino y el Frente Renovador misionero, y consiguió también imponer la discutida prórroga del Impuesto al Cheque; sin coparticipar la recaudación como pretendía la oposición; y el mantenimiento de la emergencia económica, que rige desde 2002.El trámite de la votación le dio la oportunidad al senador misionero “Juanchi” Irrazábal para marcar una súbita diferencia con el kirchnerismo al que acompañó obedientemente durante una década, haciendo carrera política como “el amigo de Néstor” . Irrazábal dio la nota al votar en contra de la prórroga al Impuesto al Cheque; subrayando que “primero está el pueblo de Misiones y luego el FPV”; postura que no sorprendió a quienes la anticipaban, hace meses, en los círculos políticos del kirchnerismo nacional. A nivel local, se descuenta que el senador, que junto a Lucho Viana capitaneó desde Buenos Aires una confusa intervención al PJ misionero, está listo para “abandonar el barco del kirchnerismo antes que se hunda y sumarse al peronismo disidente con el que nunca cortó los lazos”. Otra misionera, la senadora Sandra Giménez, llamó la atención pero por razones inversas, al fundamentar que el voto a favor de los legisladores de la renovación obedeció a una convicción política “y no al disciplinamiento”, una postura que el propio gobierno renovador desmiente a diario, tratando de mostrar una independencia “misionerista” de la política nacional cada vez que puede. Lo real es que el desafío que plantea la construcción de un escenario pos kirchnerista es menos simple de lo que creen algunos, y moviliza los ánimos y los intereses en diversas, y a veces contradictorias, direcciones. La tendencia a una resurrección del clásico bipartidismo “radical-peronista”; que -por ejemplo- hace soñar a parte de la dirigencia tradicional del radicalismo misionero con un revival del 83, corre pareja con la fragmentación política y la atomización de propuestas. La lucha que se insinúa en el interior del justicialismo entre el sciolismo y el massismo, en el medio de la cual se juega la supervivencia del kirchnerismo “puro”, no garantiza que se cumpla la premisa subyacente, que toda solución política efectiva no puede pasar sino por el aparato peronista. En el ámbito provincial, la cercanía de las elecciones abre expectativas en el radicalismo de repetir, y aún superar, el resultado de las últimas elecciones, aunque la coherencia ideológica, y aún la convivencia mínima, no parecen estar a la orden del día en el centenario partido. Lo hizo ver, últimamente, la diputada electa María Losada, que en un medio radial posadeño salió a cuestionar con dureza que el radical Luis Pastori no se haya dignado convocar a los cinco legisladores – y a los concejales- electos por el radicalismo a una reunión partidaria para debatir las líneas de acción. “No somos jugadores individuales, nos debemos a una estructura”, dijo Losada, quien advirtió que el radicalismo podría “perder una oportunidad increíble” si continúa esta desconexión interna. La legisladora electa no sólo arremetió contra Pastori, por no convocar a una reunión institucional, como se estila en un partido apegado a las tradiciones internas, sino que sostuvo que además “yo no me sentaría con quien fue uno de los precursores para que dirigentes del radicalismo se vayan de nuestro partido”, haciendo alusión al ex gobernador Cacho Barrios Arrechea. Las líneas de comunicación entre el radicalismo y el Frente Renovador, en rigor, son materia de polémicas en la política misionera, tando como los contactos con el puertismo. Ayer, &am
p;nbsp;en tanto, a caída del candidato del titular de Vialidad Provincial Julio Duarte, en las elecciones sindicales del sector, reflejó más que la pérdida de poder que viene sufriendo el otrora hombre fuerte del MUR, ahora frente a un futuro político incierto, el hecho -aunque de menor trascendencia – también se leyó como una señal de la declinación de la política de la renovación en general, de intentar asumir el poder en todos los ámbitos donde hay cargos electivos, por más mínimos que sean. En este contexto, en plena cuenta regresiva para las elecciones del 27 de este mes, el Gobierno misionero, que siente el peso de una estadía prolongada en el poder, no parece tener los reflejos aceitados como para dar respuestas contundentes desde la gestión; sobre todo en el plano social y productivo, que compensen las pérdidas atribuibles a un proceso de reflujo político. El enorme malestar que se acumula en distintos ámbitos del Poder Judicial por la demora en la reglamentación de la ley que se aprobó en julio de 2012, y que devolvió a los judiciales la jubilación con el 82% móvil, es un ejemplo claro. En un escenario electoral complejo, la demora en hacer efectiva una ley que el propio oficialismo impulsó no se explica por mera ineficiencia.





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