JARDÍN AMÉRICA. Ni el descabezamiento de la cúpula policial de la Unidad Regional IX pareció suficiente para calmar los ánimos de la población y reducir los niveles de conflictividad política en esta localidad.Una porción significativa de la comunidad reaccionó indignada ante la violenta reacción policial tras los desmanes del jueves 19 de septiembre, en que atacaron la comisaría local con todo tipo de objetos contundentes y hasta con bombas molotov. La cúpula de la UR IX fue acusada con posterioridad de apremios ilegales y debió abandonar esa Unidad policial más por el escándalo de su accionar que por su libre elección.Fue una herida que caló hondo en una parte de la comunidad y difícilmente cicatrice en el corto plazo. Sobre todo de parte de los padres, amigos y familiares de las personas -muchas de ellas de trece y catorce años- que fueron privadas de su libertad y castigadas sin contemplaciones durante la noche del jueves 19 de septiembre y la madrugada siguiente.PRIMERA EDICIÓN pudo averiguar que el miércoles, en jurisdicción del barrio Hermoso, de Jardín América, en inmediaciones del arroyo Tulipán, integrantes de un grupo acusado de haberse infiltrado y atacar la comisaría de Jardín América increparon y hasta atacaron a pedradas el domicilio del padre de un policía que, para colmo, no prestó servicios aquella jornada del 19 de septiembre.Es tan solo un reflejo del ambiente de tensión que se vive en Jardín América, no sin una alta dosis de especulaciones de índole política partidaria.En medio de este contexto, anoche estaba prevista una nueva movilización de familiares, amigos y vecinos de Sebastián “Bati” Gómez, el joven de veinte años que murió el domingo 15 de septiembre después de perder el control de su moto y golpear la cabeza contra el piso.Sus padres y familiares sostienen que un policía lo golpeó o amagó con hacerlo haciendo que aquel perdiera el mando de la moto.El policía estuvo detenido un par de días. Regresó a su casa, aunque actualmente se encuentra en disponibilidad.La muerte de Gómez motivó la movilización de unas doscientas personas, en reclamo del pronto esclarecimiento de las circunstancias del hecho.Fue en el contexto de la tercera marcha, o mejor dicho tras la culminación de la misma, que se registraron gravísimos incidentes frente a la comisaría de Jardín América, con el lanzamiento incluso de bombas molotov.Cinco días después, muy a su pesar, el Ministerio de Gobierno y la Subsecretaría de Seguridad de la provincia accedieron a descabezar la cúpula de la UR IX.A esa altura de los acontecimientos, hasta el intendente local Oscar Kornoski había pedido el relevamiento del alto mando de esa Unidad. El caso que colmó la paciencia en JardínLa Policía jardinense soportó dos episodios escandalosos que implicó a dos de sus hombres. Uno tuvo que ver con la venta ilegal de una moto que, horas antes, había sido incautada por el Comando Radioeléctrico a una vecina de Jardín América. El otro, a un oficial vinculado con el robo de yerba mate canchada.Por ambos casos el intendente pidió relevar a la cúpula, pero sólo sucedió tras el deceso de Gómez.





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