POSADAS. El dolor y la impotencia fueron las principales sensaciones que invadieron ayer a los vecinos del barrio San Miguel, donde un incendio consumió integramente una casa en la que dormían dos niños, quienes lamentablemente perdieron la vida a raíz del episodio.Las víctimas fatales fueron identificadas por las autoridades como Andrés (7) y Elizabeth Varela (4), quienes dormían en una de las habitaciones del lugar cuando las llamas se desataron en la parte superior del techo. En principio, todo se habría iniciado por un cortocircuito en la instalación eléctrica.Escenas de dramatismo se vivieron minutos después del hecho, según pudo atestiguar PRIMERA EDICIÓN. Es que el padre de las criaturas -de oficio cartonero-, la madre y los otros dos hijos de la pareja habían salido hacia el centro de la ciudad para cobrar una pensión social y, al regresar, se toparon con la tragedia.En ese sentido, las fuentes comentaron que la casa se encontraba bajo llave y que el portón de acceso al predio tenía el candado puesto. De todas maneras, los detectives confirmaron que los niños ni siquiera intentaron escapar: los cuerpos carbonizados fueron hallados sobre sus camas.La investigación en el lugar de los hechos estuvo dirigida por el magistrado César Yaya, al frente del Juzgado de Instrucción 2 de Posadas, y su equipo de trabajo. Pese a que en el barrio circularon rumores sobre un presunto atentado provocado por un vecino que había amenazado al damnificado semanas atrás, ante los medios presentes el juez confirmó que al menos en principio el siniestro se desató de manera accidental. Trampa de fuegoLas llamas se iniciaron alrededor de las 9.45 de ayer en una humilde vivienda emplazada sobre la calle 44, a metros de la intersección con la avenida Lucas Braulio Areco, en pleno barrio San Miguel de Posadas.En el lugar vive un hombre de escasos recursos identificado por los vecinos como Andrés Varela, de unos 55 años, desocupado, quien se gana la vida mediante la recolección de cartones. “Sale todas las noches junto a su mujer y por la mañana van y venden lo que juntan”, le contó a este diario un vecino.Al parecer, Varela, su mujer y los dos hijos mayores de la pareja salieron cerca de las 8 rumbo a una entidad bancaria del microcentro posadeño con el objetivo de cobrar el dinero de un plan social. En la vivienda quedaron descansando los pequeños.Minutos antes de las 10, el fuego copó completamente el inmueble, con llamas que, según testigos, alcanzaban hasta cuatro metros de altura y una columna de humo que pudo verse desde varios kilómetros a la redonda.Fueron vecinos de la cuadra quienes llamaron a las autoridades y también trataron de apagar las llamas, aunque la tarea resultó imposible. En ese sentido, en el barrio se quejaron por la demora con la que habrían llegado los Bomberos (ver “Tardaron en llegar”).Lo cierto es que la trampa de fuego y calor terminó por cobrarse la vida de los dos niños, cuyos cuerpos fueron hallados carbonizados en sus camas. La Policía confirmó que la puerta de la casa estaba cerrada con llave desde afuera, pero también que los menores no tuvieron tiempo siquiera de intentar escapar.“El incendio ha sido como consecuencia de un cortocircuito. Si bien restan determinarse las causas de los decesos, todo indica que serían por asfixia”, señaló en la escena el juez Yaya, quien confirmó que “las criaturas se encontraban solas” en la vivienda.Alrededor de las 10.30 se vivieron momentos de profundo dramatismo, cuando los padres de las víctimas arribaron a la escena advertidos acerca de lo que había ocurrido. Ambos se quebraron en llanto y debieron ser asistidos por una ambulancia de la Red de Traslados Provincial, en medio de abrumadores gritos de dolor. Los cuerpos fueron trasladados a la Morgue del Poder Judicial, donde ayer eran sometidos a una autopsia para establecer de manera fehaciente las causas del deceso. En el barrio continuaban anoche las lágrimas y el dolor por la muerte de los dos pequeños. Fue el comienzo de una jornada negra en la capital provincial. “Tardaronen llegar”En diálogo con este diario, vecinos de la cuadra aseguraron que hubo algunas demoras por parte de los Bomberos para llegar a la escena. “Tardaron en llegar; si llegaban quizás se salvaban”, lanzó José Ritter (38), con varios años en el barrio.Luis Matzke (55), otro de los vecinos que acudió al lugar e intentó controlar las llamas, contó que fue él quien llamó al 911. “Me atendió un contestador, no mucho tiempo, pero es algo inconcebible para un servicio de emergencias”, contó Matzke, quien agregó que “les dije lo que pasaba y mandaron un móvil policial, pero los Bomberos llegaron recién unos 20 minutos después. Uno nunca hace predicciones, pero quizás el final podía haber sido diferente”.





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