La semana pasada se inició formalmente la campaña electoral con vistas a las legislativas del próximo 27 de octubre, una cita electoral cargada de connotaciones que rebasan el objetivo puntual de renovar parcialmente ambas cámaras del Congreso Nacional.En el escenario político, en rigor, se respira desde hace varios meses un clima electoral recalentado por los resultados de las PASO del 11 de agosto pasado, que marcaron tendencia y abrieron renovadas expectativas en los sectores de la oposición que -tanto a nivel nacional como provincial- se beneficiaron del “voto castigo” por el que optó una mayoría del electorado.En este contexto, cuando falta menos de un mes para las elecciones “reales” que deberán confirmar -o no- el vaticinio que dejaron las primarias, la dirigencia política ya se inclina hacia la articulación de estrategias -abiertas o encubiertas, como se vio en la reciente visita-relámpago de la Presidenta a Posadas- que miran anticipadamente a las presidenciales de 2015.El reconocido economista e historiador Mario Rapoport, miembro del Plan Fénix y cercano al gobierno, en una reciente conferencia en Posadas se declaró optimista respecto al futuro del país, aunque no se privó de señalar que, a su juicio, la dirigencia política actual deja mucho que desear; y remarcar que se debe poner el acento en proyectos y programas, “y no en las figuras”. La advertencia vale tanto para definir la endeblez programática que exhibe la oposición como la imposibilidad del oficialismo para sobrevivir a la gestión de Cristina Kirchner, con fecha de vencimiento por una disposición constitucional y, en no menor medida, por el desgaste natural de un proceso político que subvaloró la importancia -en democracia- de la alternancia en el poder. La mayoría de los analistas rinde culto al personalismo centrando el análisis de una coyuntura compleja como la actual en el peso de determinadas “figuras”, como Sergio Massa o Daniel Scioli, quienes disputarían la sucesión presidencial a partir de octubre y dentro del justicialismo; aunque las divisiones internas del PJ pueden terminar obrando a favor de una alternativa no peronista; hipótesis que enciende los espíritus en el radicalismo y sectores del progresismo. Apuesta a fondoLa aprobación del Presupuesto 2014 en la Cámara de Diputados de la Nación mostró, el miércoles, el fuerte empeño del oficialismo en mantener bajo control el timón de la economía y apostar a una fuerte expansión del gasto, propia de tiempos electorales, mientras la oposición -ocupada en la campaña- no avanzó mucho más allá de denunciar al proyecto oficial como “un dibujo” y marcar incongruencias puntuales. El kirchnerismo consiguió el apoyo de varios aliados extrapartidarios para alcanzar los 132 votos que le permitieron aprobar el presupuesto con pocos retoques, incluyendo una nueva prórroga al distorsivo impuesto al cheque.En una ríspida sesión de más de 18 horas, el misionero Ramón Puerta se destacó, junto a los también opositores Adolfo Prat-Gay y Graciela Camaño, por abandonar prematuramente el recinto, pese a la trascendencia del proyecto en tratamiento. En el contexto económico, la pérdida récord de reservas del BCRA, entre otras señales como el fracaso del blanqueo de dólares que impulsó el gobierno para reactivar al sector inmobiliario, ponen bajo signos de interrogación al optimismo del Presupuesto. “En lo que va del año, las reservas ya caen 8.477 millones de dólares y se perfila para ser ampliamente el peor año en la década kirchnerista”, destacó un analista. Visita eleganteTeniendo en mente el crispado escenario político, a la vez post y pre electoral, se entendió poco la decisión del gobierno de Maurice Closs de convocar a la Presidenta y miembros de su gabinete a una forzada inauguración de las últimas obras de Yacyretá; y obligarse a hacer una también forzada ostentación de kirchnerismo frente a las cámaras de la televisión pública. Probablemente, el libreto de la deslucida ceremonia se escribió a medida de las necesidades del kirchnerismo de mostrar “éxitos” de su gestión al país, y no de los requerimientos de la renovación, cuya preocupación existencial es recuperar votos en los grandes centros urbanos de la provincia, donde los panegíricos a las obra de Yacyretá o el relato K no convencen más que a los ya convencidos. Para quienes vieron el espectáculo por la televisión, el gesto adusto del ministro De Vido, señalando con el dedo a Closs -sin mirarlo- que debía sentarse a la derecha y no a la izquierda de Cristina, definió el ánimo real de los actores detrás de los discursos exaltados . La ausencia de Rovira, que no dio quórum a último momento a la sesión de la Cámara pero tampoco fue al Centro de Convenciones, permitió -a posteriori- tejer todo tipo de interpretaciones, entre ellas que fue una decisión estratégica tendiente a preservar el perfil político propio de la renovación en un marco de incerteza, aunque también se habló de la influencia de viejos entripados provenientes de 2006, cuando el entonces presidente Kirchner recibe al obispo Piña tras la victoria del FUD; o de 2007 cuando el inquieto pastor Tschirsch consiguió el apoyo de Cristina para su candidatura por el FPV misionero. Cristina, a su vez, se vistió para la ocasión y aprovechó la oportunidad para ironizar sobre el revuelo que causaron las calzas que vistió la semana pasada y sacarse fotos rituales con los candidatos del Frente Renovador. El público del acto, en su mayoría funcionarios cómodamente sentados, no aportó la imagen de fervor popular que se espera en estas ocasiones; desnudando que el “aburguesamiento” que denunciaran Closs y Rovira tras los últimos comicios no es sencillo de erradicar; sobre todo desde el Estado y en medio de un proceso político complicado como el actual. De cara al solLa apurada celebración electoral de las obras de Yacyretá con la presidenta en el centro de la escena, finalmente, acentuó por omisión la demora del Gobierno provincial en contestar al desafío de convocar efectivamente al plebiscito por la proyectada represa de Garabí, pese a que el mismo oficialismo impulsó la ley de “soberanía energética” que dispone la realización de la consulta. El reclamo de la Mesa por el No a las represas en este sentido, excede el planteo sobre Garabí, en particular, y bien puede ser
asumido como una oportunidad de abrir un debate a fondo sobre la cuestión energética a nivel provincial, con todas sus implicancias. La marcha de seis días a pie desde Panambí a Posadas, que culminó ayer con la llegada de una nutrida columna de manifestantes al centro posadeño, además de dar un testimonio de convicción militante, captó la adhesión de numerosos misioneros y dejó abierto el debate. En el radicalismo, la interpretación de las oportunidades que, supuestamente, despierta el escenario actual de cara a 2015 despierta nuevas expectativas, incluso en el caso de veteranos dirigentes, como el ex gobernador “Cacho” Barrios Arrechea, de quien se dice que sin ser miembro de la Convención del partido ni del Comité Provincia, se instaló al frente de éste último órgano de conducción, “como un poder de facto y corriendo al presidente Damiani al costado”. Don Cacho habría cerrado, según se dice, una especie de sociedad de socorros mutuos con Puerta para 2015, apostando a recuperar laureles perdidos en la etapa poskirchnerista. La colaboración remite a la denuncia que hizo recientemente el senador “Nito” Artaza en Corrientes, donde habló con la prensa de una “derechización” del radicalismo, en la que ubicó a los sectores que pretenden ungir al ex ministro Martín Lousteau como “el Cavallo del que gane en 2005”.





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