POSADAS. “Soñé, trabajé y conseguí la Estudiantina”, supo expresar Pitina Prado en una entrevista. “Los chicos son un material maleable, los podés formar y conseguir con ellos mover montañas”, exclamó.Gloria Miryam Vigneaux de Prado, más conocida como “Pitina”, falleció ayer por la mañana y, ni bien la noticia se dio a conocer, distintos sectores de la sociedad posadeña dejaron plasmado su homenaje en las redes sociales. En el grupo abierto de Facebook del Colegio Provincial “Martín de Moussy” se leyeron frases como “Pitina, la madre de la Estudiantina”; “hermosos recuerdos de la Estudiantina! Yo estaba en primer año y cuando fui a ensayar como era menudita me decía ‘esto es para la secundaria’. Participé los cinco años y fui a bailar a los corsos de Encarnación con ella!!”. Fue docente del Moussy y en la década del 50 fue la “madre reina” de la fiesta de los estudiantes. Hoy, los que la recuerdan abren un abanico de sentimientos cuando se les pregunta por esta docente.Creció con el “Nacio”. El Colegio Nacional Martín de Moussy fue su hogar. Un lugar donde desplegó sus habilidades como madre de sus alumnos, como esposa de la Estudiantina, como amante de las comparsas.Supo contar en una entrevista que “lo que conseguí con mis alumnos en la Estudiantina no tiene límites, porque los chicos son un material maleable, los podés formar y conseguir con ellos mover montañas. Y así lo hicimos”.No tenía reparo a la hora de organizar los grupos. Quería que todos sus alumnos estén, pero también que todos estudien. Un incentivo fue amenazar con sacar de la escola a todo aquel que se llevase materias. Pero, igualmente, Pitina reconocía que los más vagos eran los mejores. Hacer diferencias era como violar una ley que ella misma había impuesto. Por eso todos estaban. Por eso todos la querían.La entrevista realizada por Griselda Frelich también destaca: “Quisiera que para el futuro el sueño se mantenga intacto; y que las generaciones que participaron puedan decir con orgullo que viven aquella, la primera Estudiantina”, como las palabras de Pitina pensando en quienes fueron sus alumnos, que sin lugar a dudas la recuerdan con mucho afecto.Fue una mujer coqueta y el silbato resaltaba en medio de sus collares. Entraba al frente de combate. Sin miedo. Sin excusas. Sin nada que perder y mucho que ganar. Pero no competían. Lo importante para ella era estar. Participar. Mostrar a la ciudad las maravillas que lograban sus alumnos, a quienes consideraba sus hijos. Amaba trabajar con los estudiantes. Sentía la inmensa necesidad de acompañarlos, de apoyarlos y de retarlos si hacía falta.




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