PANAMBÍ (Por Sergio Alvez). La llovizna, el frío y la niebla no fueron impedimento alguno ayer para que más de mil personas y cerca de 300 vehículos dieran inicio a la denominada Marcha por los ríos libres, que partió desde esta localidad y tiene previsto llegar a Posadas el próximo sábado 28 del corriente. La convocatoria unificó en la caminata a cerca de medio centenar de organizaciones sociales, políticas y sindicales de la provincia y numerosas delegaciones extra provinciales. Estuvo presente también un grupo de feligreses de distintas iglesias, escuelas, referentes de prácticamente todos los partidos políticos a excepción del Frente Renovador, comunidades aborígenes, una delegación de Brasil y muchísimos particulares que se sumaron a la marcha pese a no integrar la Mesa Provincial No a las Represas.Promediando las ocho de la mañana, la pequeña y pintoresca zona portuaria de Panambí fue cubriéndose con el arribo de los grupos, que llegaron en combis, camionetas, autos, motos, bicicletas y hasta un grupo de treinta jinetes a caballo que llegaron desde la localidad de 25 de Mayo. Cerca de las 8.30, en un escenario improvisado en el acoplado de una camioneta, se desarrolló un breve acto ecuménico, del cual participaron pastores de distintas iglesias, entre ellas la Iglesia Evangélica Luterana Unida, de Oberá, y la Iglesia Evangélica de Puerto Azara. Posteriormente, el reconocido artista local, Eduardo Sánchez, ejecutó una canción temática, que junto a la oratoria del ambientalista Raúl Aramendy (de la Mesa Provincial) encaminaron el inicio de la marcha, que tuvo una primera parada en proximidades del kilómetro 8 de Panambí. Allí, cuando el reloj marcaba las nueve y media de la mañana, fue recibida con enorme algarabía una caravana de cien autos provenientes de Alba Posse y alrededores. En este interín tomaron la palabra referentes de pueblos originarios guaraníes, diaguitas y mapuches.“Estamos muy contentos de ver que somos muchos y estamos unidos. Tenemos que defender nuestro territorio; entre todos. Queremos pueblos libres y ríos libres”, clamó Bernardino Cabrera, cacique de una comunidad del Valle del Cuña Pirú que se sumó al encuentro.Luego hizo uso de la palabra Verónica Huillipan, quien es referente de la Confederación de Organizaciones Mapuche, y secretaria de Relaciones con los Pueblos Originarios de la Central de Trabajadores de Argentina (CTA). “Venimos a compartir esta lucha y a aprender de este pueblo misionero, porque esta pelea es compartida con nuestro pueblo, es la lucha por otro modelo de desarrollo, más justo. Decimos no a las represas, no a la megaminería y no al fracking. Los misioneros ya supieron decirle que no a una represa, tienen una batalla ganada y seguramente esta la ganará el pueblo una vez más”, manifestó la mapuche.En este tramo también habló a la multitud el representante del pueblo diaguita de Salta, Roberto Ramallo. “Es conmovedor ver a este pueblo unido. Nosotros venimos a dar nuestro apoyo, y a comprometer nuestra palabra al pueblo misionero, que el día 11 de octubre cuando estemos miles en plaza Dos Congresos de Capital Federal para gritar bien fuerte que repudiamos este sistema extractivista y genocida que nos saquea recursos y nos arruina los pueblos, llevaremos sin duda la voz de la lucha de ustedes contra estas represas”.Pasadas las 10, y cortando media calzada de la ruta, se reanudó la caminata, esta vez con un pico de concurrencia que superó por momentos a las dos mil personas, y con una persistente llovizna. Por momentos, los bancos de niebla no permitían ver más de diez metros, aunque al acercarse el mediodía esta inclemencia fue mermando.“Aunque no parezca, es un buen clima para marchar, es mejor esto que si hubiese sido un sol quemante. Es emocionante ver la respuesta y el compromiso espontáneo de tantos misioneros”, comentó el médico y ambientalista, Juan Yadhjian.Una postal que se reiteró ante el paso de la marcha, fue la presencia de vecinos de los parajes, saliendo a dar su apoyo y ofreciendo alimentos a los marchantes.La organización en la primera jornada fue impecable y solidaria. A cada tramo se repartían frutas y botellas de agua. La marcha transcurrió con una efusividad pocas veces vista en este tipo de movilizaciones. Cánticos, banderas, disfraces, carteles, tambores y mucho color, signaron el avance de la caravana humana, que arribó a Oberá minutos después de las 17, donde fue recibida por otra multitud. Anoche, se desarrollaba a modo de cierre de la primera jornada, un festival popular en el ex centro cívico.En tanto, las delegaciones se alojaron en el Centro Pastoral, otros en la sede de Iglesia Evangélica del Río de la Plata (en carpas) y en hoteles obereños. Hoy, la marcha arranca su segunda jornada a las 8, rumbo a Leandro N. Alem.





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