POSADAS. La Escuela Especial 3 “Doctor Armando López Torres”, que funciona en el hospital Carrillo de esta ciudad, cumplió 55 años. La institución, primera en su modalidad en todo el país, fue creada el 22 de septiembre de 1958 para atender a las personas con trastornos mentales del nosocomio. Hace algunos años, la institución dependiente del Consejo General de Educación (CGE) comenzó a ampliar su oferta brindando apoyo pedagógico a niños de escuelas comunes -53 y 826-, un centro de apoyo integral y talleres de formación profesional.“La escuela cumple una función muy importante para los internos del hospital -son 46 alumnos- y para los niños y adultos que requieren apoyo escolar”, destacó a PRIMERA EDICIÓN su directora, Mabel Rojas. Brinda talleres de Corte y Confección, Carpintería y Huertas Domiciliarias; este último en convenio con la delegación municipal de Itaembé Miní. En ese marco dos docentes visitan la casa de los pacientes para armar una huerta y posibilitar que, poco a poco, los alumnos puedan tener una salida laboral vendiendo lo que allí producen. “Pájaros carpinteros”El esfuerzo y las relaciones solidarias construidas año a año están dando frutos: en julio de este año diez estudiantes que son internos del Carrillo conformaron la Cooperativa “Pájaros Carpinteros”. En ella fabrican juegos didácticos y sillitas para niños, que fueron expuestos en un estand en la Feria Forestal. “Hasta el año que viene y mediante un convenio, la cooperativa funciona en el taller de la escuela, que por las mañana no se utiliza. Pero los alumnos están buscando un lugar y equipamiento para tener su propio espacio”, destacó Rojas, quien señaló que la misma propuesta quieren implementarla con los alumnos de Corte y Confección.Centro de apoyo integralOtra oferta de la escuela es el centro de apoyo integral que funciona desde 2005. Los chicos de escuelas comunes reciben apoyo pedagógico y las maestras de la Escuela 3 van una vez al mes a las instituciones donde esos niños cursan para coordinar estrategias de seguimiento y adaptación curricular para evitar que los chicos abandonen.“Antes esos chicos eran matriculados en escuelas especiales, pero no deberían haber pasado por las mismas porque no tienen problemas cognitivos, sino sociales: no tienen quien los acompañe a hacer las tareas, tienen que cuidar y criar a sus hermanitos y eso hace que se atrasen y repitan una y otra vez”, señaló Rojas. Hernán de Azevedo, profesor de Folklore, indicó que “muchas veces por esos motivos se los encasilla, se rotula al chico como terrible, como incapaz, entonces él asume esa identidad, repite de grado varias veces y termina en una escuela especial. Y el problema no es que no pueda aprender a leer y escribir, sino que hay todo un contexto social que lo dificulta”.Siempre más desafíosA partir del año en curso abrieron un aula satélite en la Escuela 887 del barrio Familias Unidas de El Porvenir II, detrás del club Tacurú. Allí asisten 22 alumnos de entre 4 y 44 años con diferentes discapacidades, 16 de los cuales nunca habían ido a la escuela con anterioridad porque quedan muy alejadas de su barrio. “Es una demanda de hace años para atender a esos estudiantes que están como aislados, sin acceso a la educación. Por el momento hay una sola maestra que va todos los días, pero estamos gestionando más docentes para que trabajen allí porque es una población muy diversa y requiere mucha atención”, dijo Rojas.En paralelo con las clases se dictan talleres con tutores y, para los alumnos mayores de 16, se realizan huertas domiciliarias. “Tenemos una lista de espera muy amplia allí, son niños que van a escuelas comunes y tiene problemas de aprendizaje y necesitamos atenderlos para evitar que abandonen la escuela”, agregó la directora.





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