POSADAS. Este domingo se produjo el escape de un químico peligroso en el depósito del Hospital de Agudos Dr. Ramón Madariaga y, según confirmó a PRIMERA EDICIÓN el ministro de Salud Pública, Oscar Herrera Ahuad, produjo picazón de ojos en los operarios del sector. Minutos después de ocurrido el derrame se dio inicio al protocolo de bioseguridad previsto para estos casos y no hubo que lamentar víctimas como sí ocurrió en mayo de 2008 cuando murieron intoxicados dos empleados de limpieza de la empresa SIP luego de manipular un producto que la empresa les suministró para cumplir su tarea, Andrea Pérez en el hospital Madariaga y Ricardo Caballero en el Geriátrico de Villa Lanús. Según detalló Herrera Ahuad, el escape se produjo este domingo cuando se cayó un bidón que contenía ácido peracético, un químico que se utiliza en anatomía patológica y esterilización. “Inmediatamente se aplicaron las normas de bioseguridad que incluyen la limpieza adecuada de la zona afectada y el control del área, para esta última tarea se cuenta con el servicio de los bomberos”, precisó. En cuanto a los operarios que se desempeñan en la zona donde ocurrió el escape del ácido -el área de patrimonio- se constataron picazón de los ojos por lo que se procedió al control y atención médica domiciliaria por 48 horas. Estos trabajadores retornaron ayer a sus tareas habituales. Sustancia corrosiva El ácido peracético actúa de una manera similar a la de los clorógenos, es decir, con un amplio poder oxidante, pero su acción es mucho menos corrosiva. A su favor debe señalarse que tiene el mayor espectro de acción de todos los desinfectantes químicos mencionados precedentemente. Su acción es rápida aún a temperaturas de congelamiento. Por requerir bajas concentraciones de uso su costo es muy moderado. No afecta al medio ambiente y en poco tiempo deja como residuo agua, oxígeno y ácido acético. Tiene un fuerte olor a vinagre en soluciones concentradas y en estas condiciones debe manejarse muy cuidadosamente porque es altamente corrosiva. Los principales peligros para las personas incluyen daño a los ojos, la piel y el tejido debajo de la piel; la inhalación o ingestión de una sustancia corrosiva puede dañar las vías respiratorias y conductos gastrointestinales. La quemadura puede conducir a vómitos y dolores de estómago.





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