Isla del Giglio, Italia (AFP-NA). La titánica operación de reflotamiento del crucero de lujo Costa Concordia, iniciada el lunes frente a las costas de la isla italiana del Giglio, donde encalló hace veinte meses, concluyó durante la madrugada de ayer.Por primera vez desde el 13 de enero de 2012, fecha del naufragio que dejó treinta muertos y dos desaparecidos, las sirenas del crucero de lujo resonaron en el pequeño puerto toscano, recibidas con hurras.“La operación de ‘parbuckling’ (rotación) ha concluido”, anunció Franco Gabrielli, jefe de la Protección Civil italiana.Por la noche, la imponente silueta iluminada del palace flotante, con el flanco roñoso después de pasar veinte meses debajo del agua, destacaba delante del puerto, donde se congregaban cientos de personas emocionadas.“Verlo surgir del agua es muy emotivo para mí. No me lo podía perder. Hubiera podido perecer en el barco y en realidad estoy aquí para contar mi historia”, declaró Luciano Castro, un sobreviviente.El teniente de alcalde de Giglio, Mario Pellegrini, que estuvo movilizado toda la noche del naufragio para salvar a los pasajeros, dijo que estaba “conmocionado”.El jefe de la operación, el sudafricano Nick Sloane, “senior salvage master”, que llevó toda la operación desde una “sala de control” a bordo de una plataforma flotante, fue aplaudido como un héroe en los muelles. Para el ingeniero Franco Porcellacchia, jefe del proyecto para Carnival, casa madre del armador Costa, “la operación no podía transcurrir mejor”.La compleja operación para enderezar el buque de 17 pisos de altura y 290 metros de eslora y 114.000 toneladas -más largo y casi el doble de pesado que el “Titanic”- había empezado este lunes, a las 11.La nave, que tenía 65 grados de inclinación cuando estaba recostado sobre los arrecifes, inició la rotación impulsado por 36 enormes cables de acero enlazados a torrecillas, instaladas para la ocasión.Hacia el mediodía el gigantesco crucero “se había despegado de los arrecifes”. Dos horas después comenzó a verse parte del casco de la nave que estaba sumergido, cubierto de musgo verdusco.Hacia la medianoche Gabrielli había anunciado que “el enderezamiento había superado el nivel fatídico de los 24 grados” y la fase final se acercaba. A partir de los 24 grados de inclinación ya no era necesario ejercer tirar con los cables. La rotación continuó llenando con agua de mar, por unas válvulas, las enormes cajas metálicas (grandes como inmuebles de siete a once pisos) fijadas en el flanco izquierdo (estribor) del buque. En la siguiente etapa, la nave fue estabilizada con los cajones enormes fijados a babor y estribor en la parte superior del casco, que luego se fueron vaciando para permitir que el barco flote y se pueda remolcar.Unos cien ingenieros y técnicos de varias nacionalidades participaron en la operación sin precedentes en la historia de la ingeniería moderna para una nave de un tamaño tan grande y tan cerca de la costa. La operación, confiada la italiana Micoperi y a la estadounidense Titan, evaluada en más 600 millones de euros, corre por cuenta de Carnival.Ahora un equipo de buceadores buscará los restos de las dos personas que siguen desaparecidas, una pasajera italiana y un camarero indio.La ingeniería naval italiana se jugaba su prestigio ante el mundo después del grave naufragio causado por un error del capitán del crucero, Francesco Schettino, único acusado del accidente.





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