POSADAS (Por Gisela Fernández). La presencia en esta provincia del Premio Nobel de Química 2011, el israelí Dan Shechtman, dejó muchas anécdotas y un gran mensaje. La verdad es que los periodistas locales estábamos un poco preocupados por la entrevista con este científico, que en su trabajo con aleaciones de aluminio descubrió la fase llamada icosaédrica, que abrió un nuevo campo para los cristales cuasiperiódicos. ¿Qué podíamos preguntar sobre cuasicristales? ¿Les interesaría esta cuestión a los lectores? Pero segundos después de que Dan Shechtman entró a la oficina junto al titular del Cedit, Carlos Schvezov, y la traductora, deshojó las inquietudes de todos. Cálido, sencillo, locuaz y con mucho humor, el científico ganador del Novel nos entregó a los medios un mensaje para difundirlo. El mismo que tenía previsto dar en sus destinos más próximos: Buenos Aires, Corea, Seúl, Inglaterra, Polonia, Italia, París y Grecia (“las líneas aéreas me adoran”, bromeó). He aquí el mensaje. ¿Qué implicancia tuvo en su vida y su carrera el haber ganado el Nobel? Recibir un Premio Nobel implica una fase de transición en la vida de cualquier persona. Es como recibir un permiso para hacer lo querés hacer y tenés que decidir, porque hay varias opciones. Algunos deciden quedarse en el laboratorio, mejorar el laboratorio, recibir más financiamiento para ampliar el campo de investigación y, de vez en cuando, ir a conferencias. Yo decidí de otro modo porque quiero enviar un mensaje al mundo. Este mensaje tienen tres aspectos. El primero es sobre la importancia de la educación, el segundo sobre la importancia de la investigación científica y en ingeniería. Y el tercero es la importancia de los desarrollos tecnológicos y empresariales. Desde que recibí el Nobel viajé a distintos países del mundo, invitado por diferentes organizaciones, como en este caso. En esos viajes hablo de distintos aspectos, en Misiones hablaré acerca de mi ciencia. Pero cuando doy charlas dejo mensajes para los más jóvenes, no solo información sino también mensajes. Le puedo dar ejemplos: cerca de la mitad de mis charlas hacen referencia a estos emprendimientos empresariales tecnológicos que considero son claves para la paz y la prosperidad del mundo. Hace dos semanas fui invitado a dar una charla en Naciones Unidas, en Nueva York, que estaba dirigida a la asamblea general de NNUU. De Argentina, me voy a Corea para hablar de estos emprendimientos tecnológicos y su importancia específica para Corea, para poder adaptarlos a su propia estructura que es diferente a los otros países. Acá, en Misiones, voy a hablar del descubrimiento por el que me dieron el Nobel. Viajo mucho y todo el tiempo, desde agosto a septiembre solo estaré una sola vez en Israel y apenas unos días ¡para poder lavar los platos y la ropa antes de volver a viajar! ¿Por qué cree que los proyectos tecnológicos son claves para la paz mundial y la prosperidad?Primero voy a explicar por qué son importantes para la prosperidad. La población mundial crece constantemente pero la tasa de crecimiento está descendiendo. Se espera que para 2050 la población mundial dejará de crecer. Esto será así por dos procesos: uno tiene que ver con la organización, cuando las personas se mueven de las zonas rurales a las urbanas, las familias reducen la cantidad de hijos, en promedio las mujeres pasan de seis hijos a uno o dos. Esa es una de las razones por el que el crecimiento de la población mundial está decayendo. El otro factor es la mayor educación de las mujeres, las mujeres que no reciben educación tendrán seis hijos y las que reciben, uno o dos, en promedio. Entonces, el mundo se divide ahora en dos partes: la desarrollada y la no desarrollada.La desarrollada empieza a tener problemas porque no hay la suficiente cantidad de hijos por mujer. En el mundo no desarrollado, por ejemplo, el centro de África, hay demasiados hijos por mujer (en Nigeria hay siete hijos por mujer, en Mali seis). Entonces, por un lado hay demasiados hijos por mujer y no tienen la capacidad de mantener a esos chicos; y por otro, en el mundo desarrollado, pocos niños por mujer. La situación extrema está en el lejano Oeste, en Singapur, Taiwan, Corea… en Singapur hay 0,8 hijos por mujer. Si sólo tienen un hijo por mujer significa que la próxima generación será la mitad de numerosa que la generación actual, y la próxima un cuarto… y las personas empezarán a desaparecer. Entonces, ¿cómo podemos equilibrar esto? Los países que no tienen la suficiente cantidad de ingreso por familia, los pobres, deberían empezar a fomentar los emprendimientos, no hablo de emprendimientos tecnológicos solamente, sino cualquier emprendimiento. Las personas que se mueven de las zonas rurales a las urbanas no tienen trabajo, entonces en vez de buscar trabajo pueden empezar su propio negocio. Cuando empezás a desarrollar eso, ahí sí podemos empezar a hablar de proyectos tecnológicos y de exportación. ¿Y el segundo proceso?Por ahora vivimos un mundo sin guerra entre países pero hay muchos conflictos internos en los países, guerras civiles y militares dentro de los propios países. ¿Las razones? Si vemos los conflictos de Oriente Medio, en Siria, Yemen, Irán y también en África, donde mueren muchas personas… todos estos países son pobres, en los países ricos no hay problemas serios internos. Entonces, para mejorar las posibilidades de la paz interna hay que mejorar los estándares de vida, donde hay suficientes recursos y un futuro mejor para los niños: cada uno presta atención a sus asuntos y no hay luchas internas. En el caso de Argentina, la demografía argentina es estable, tiene más de dos hijos por mujer. Pero para estabilizar la economía y mejorar los estándares de vida para todos, no sólo para las personas que viven en Buenos Aires, Argentina debería alentar estos emprendimientos y las personas deberían abrir sus pequeños negocios. Obviamente, un negocio como una peluquería está bien, pero no emplea a muchas personas… pero un desarrollo tecnológico, como la fábrica de motores de autos, emplea a miles. Y la exportación de estos productos traerá dinero al país y el Gobierno podrá proveer mejores servicios a la población. Por eso creo que el desarrollo tecnológico promueve la prosperidad y la paz. ¿Siente que su misión es trasmitir esto al mundo?Siento que puedo comunicar mensajes al mundo. Creo que en este estadio de mi carrera es más importante plasmar mis esf
uerzos y energías en hablar a las personas de distintas partes del mundo. Igual mantengo mi laboratorio donde tengo tres alumnos graduados, es un pequeño grupo de investigación pero todavía funciona. Algunas personas prefieren quedarse en sus laboratorios porque sienten que no son buenos comunicadores. En Israel hay diez nóbeles premiados, cuatro de ellos en mi ámbito (química). En los últimos ocho años ganaron el Nobel cuatro químicos de Israel y tres de nosotros hacen lo que yo hago y uno prefirió quedarse en el laboratorio. ¿Cómo visualiza la ciencia a mediano plazo?Creo que la cantidad de descubrimientos se acelerarán, es decir, habrá muchos en un período corto de tiempo, pero el Gobierno debe apoyar a la ciencia… el hecho que necesite una traductora no es bueno, porque todos deberíamos saber hablar en inglés, que hoy es el idioma científico universal, la lengua franca. Mi lengua materna es el hebreo. Si Argentina quiere llegar a la cima del mundo científico, sus científicos tienen que saber hablar y escribir en inglés. Muchos países necesitan traductores, como en Rusia. El inglés es como la lengua de las Matemáticas, no se puede hacer ciencia si no sabe Matemática. Ustedes son personas jóvenes pero quizás sea muy tarde para aprender inglés, por eso asegúrense de que sus hijos aprendan inglés, porque este es un punto importante para el desarrollo de la ciencia en Argentina. ¿Cómo puede el Estado ayudar a la ciencia?Puedo hablar de un programa que llevo adelante en Haifa, Israel, mi ciudad natal. Me estaban entrevistando para la televisión de Israel y me preguntaron a qué edad debíamos empezar a enseñar ciencia. Y les respondí que a los cinco años, en jardín de infantes. El alcalde escuchó la entrevista y me llamó automáticamente y me preguntó si lo haría en Haifa y si lo iba a pagar. Le dije que sí. El año pasado empezamos un programa para enseñar ciencia en el jardín. Es un estudio piloto que se aplica en sesenta jardines. Nosotros enseñamos a los maestros jardineros y ellos a los chicos. En los próximos años, todos los jardines del municipio, que son unos 250, van a enseñar ciencia. Tenía miedo de que los docentes nos dijeran que ya tenían suficiente trabajo pero ocurrió todo lo contrario, los jardines se peleaban para quedar entre los sesenta con los que empezamos a trabajar. La clave para mejorar la ciencia es que el Estado garantice buenos maestros de ciencias. Lo que puede hacer el Gobierno es promover la enseñanza de ciencia desde jardín de infantes, primaria y secundaria. Pero no solo hay que enseñar ciencia, también hay que motivar a los niños para que quieran ser en el futuro científicos e ingenieros. La ciencia y la ingeniería van de la mano. En las universidades, los gobiernos deben apoyar a los departamentos de ciencias e ingenierías porque son el futuro del país. Equipar los laboratorios de las universidades e incentivar la investigación científica no sólo financiando investigaciones. En Israel tenemos un buen sistema de selección de investigación, bastante objetivo, que se maneja por la academia de ciencias israelí, donde las personas que seleccionan los proyectos de investigación son científicos excelentes y confiables. Los gobiernos pueden firmar acuerdos con otros países para intercambios científicos, promover programas de pos-doctorados en centros de investigación de excelencia. Pero es importante que los países no solo manden a sus científicos sino también que los traigan de vuelta y les ofrezcan buenos lugares en las universidades del país.




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