ELDORADO. La Justicia dispuso la exhumación de los cuerpos de la joven estudiante Liani Itatí Piñeiro y de quien habría sido su asesino, Hernán Céspedes, el muchacho de 18 años que apareció muerto en una celda de la Unidad Regional V, de Puerto Iguazú, poco antes de ser indagado por el crimen.En un principio, la medida judicial se llevará a cabo la semana entrante en Puerto Esperanza, aunque su concreción depende de los vericuetos administrativos que suelen disponer de un obstáculo en el camino.Lo interesante radica en la manera en que se llevará a cabo la diligencia procesal. Los cuerpos se mantendrán en sus respectivos féretros, que serán precintados y nadie podrá abrirlos sino en la morgue judicial de la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN). El dato no es menor. En causas en que los deudos de Liani y de Céspedes desconfían abiertamente de manipulaciones y encubrimientos, con el supuesto objetivo de proteger a “hijos del poder” (en el expediente del homicidio de la estudiante aparece Céspedes como único sospechoso), la Justicia pretende con esa medida evitar cualquier suspicacia respecto de una eventual e hipotética manipulación de la prueba.Es decir, los restos de los jóvenes viajarán a Capital Federal a cajón cerrado y debidamente precintados. Toda esta operatoria será filmada por especialistas del Poder Judicial, para no dejar dudas respecto de la transparencia y honestidad del procedimiento.Los cajones podrán ser abiertos recién en la morgue judicial de la CSJN.Justamente, peritos del cuerpo médico forense de la Corte realizarán la segunda autopsia. Son considerados lo mejor de lo mejor, lo que asegura la tan mentada imparcialidad que reclaman los familiares de Piñeiro y Céspedes.Los costos de los honorarios de esos profesionales serán solventados por el Poder Judicial de Misiones, según pudo averiguar este Diario.La investigación por el homicidio de Liani y la muerte de Céspedes, aunque relacionadas, transcurren por carriles diferentes. Ambas quedaron finalmente en manos del juez de Instrucción 1 de Eldorado, Roberto Horacio Saldaña.El magistrado, ni bien asumió al frente de la pesquisa, solicitó a Gendarmería Nacional la realización de las pericias en el calabozo donde apareció muerto Hernán Céspedes.Aunque el gabinete técnico-pericial de esa Fuerza de Seguridad aceptó el cargo, aún no hay fecha de realización. En este caso sí podrían haber procesados. Dos policías aparecen en la mira. Causas relacionadas, pero separadasMás allá de que las pruebas contra Hernán Céspedes asomaban contundentes y lo situaban como único sospechoso de la autoría material del crimen de Liani Itatí, las muertes de uno y otro se investigan por separado.Hasta aquí, y más allá de que no hay confirmación judicial, todo indica que el homicidio de la joven estudiante está esclarecido.Céspedes aparece en escena como el único responsable, a no ser que la segunda autopsia sea realmente reveladora y la causa registre un giro inesperado, de 180 grados.En todo caso, podría llegar a hablarse de un segundo sospechoso (en la investigación no hay un solo indicio de ello), pero no de una eventual desvinculación de Céspedes.Este muchacho -cuyo deceso resultó una tragedia para la causa que llevaba adelante el juez de Instrucción 3 de Puerto Iguazú, Juan Pablo Fernández Rissi- afrontaba pruebas certeras y contundentes, como varios resultados de ADN en su contra.Su patrón genético apareció en el cuerpo de la víctima y de ella en su ropa y otros objetos.Además de esas pruebas, consideradas de certeza por la Justicia, había otros elementos que situaban a Céspedes en una posición realmente comprometedora.Lamentablemente, apareció muerto en una celda de la Sección Resguardo y Custodia de Detenidos, en la Unidad Regional V de Puerto Iguazú.Será la Justicia Penal la que, en este caso, determinará si se trató de un suicidio, de una negligencia o de un homicidio, culposo o doloso. En este caso, la investigación es paralela a la que se abrió por el brutal homicidio de Liani Itatí Piñeiro, cuyo cuerpo apareció el 12 de julio del año pasado en un descampado próximo al barrio El Progreso, de Puerto Esperanza.En un principio, la Justicia tiene en la mira, en calidad de imputados, a dos policías de Puerto Iguazú, los que debieron velar por la seguridad de Céspedes. Y resultó que apareció muerto el domingo 22 de julio de 2012. Todo indica que se ahorcó con un cordón.





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