POSADAS. Producto de la ira, un hombre intentó aplastar a su mujer con una retroexcavadora después de que ésta se acercara hasta su trabajo y le pidiera el divorcio, en un insólito episodio registrado en la mañana del último lunes en la zona Sur de la capital provincial.Afortunadamente, la mujer logró escapar de lo que pudo haber sido una muerte atroz. El hombre fue demorado por la Policía, que incautó la pesada maquinaria vial para la realización de pericias.Fuentes policiales le contaron a PRIMERA EDICIÓN que todo sucedió alrededor de las 11.30 de ese día en inmediaciones al cruce de las avenidas Santa Cruz y Zapiola de Posadas, a unas cuatro cuadras de la avenida Quaranta -ex ruta nacional 12.El calor del mediodía comenzaba a golpear cuando hasta el lugar arribó una mujer de cuarenta años que pidió hablar con un hombre de 47, con quien según las fuentes se encuentra separada de hecho desde hace unos ocho años, aunque formalmente ambos siguen unidos según la ley.Los compañeros del hombre no sospecharon lo que se venía y le señalaron a la recién venida el lugar donde su marido se encontraba trabajando a bordo de una retroexcavadora, una pesada máquina que puede alcanzar hasta unas catorce toneladas y que es utilizada principalmente para la excavación de terrenos, entre otras tareas.La mujer caminó hasta el lugar y no alcanzó a darle tiempo al hombre a que bajara de la máquina para advertirle sobre su presencia en el lugar: después de ocho años de incertidumbre, estaba segura y quería separarse de manera legal.Entonces comenzó lo peor, lo que nadie había imaginado. El empleado montó en ira y protagonizó una reacción tan insólita como peligrosa: a bordo de la retroexcavadora, “apuntó” contra su mujer y aceleró con claras intenciones de aplastarla y quitarle la vida.La inexplicable reacción no llegó a su objetivo gracias a que su “ex”, rápida de reflejos, alcanzó a correr y se salvó de lo que hubiese sido una horrible muerte. Además, porque los propios compañeros del hombre, al notar lo que sucedía, llegaron rápidamente al lugar y lo obligaron a desistir de sus intenciones.No fue fácil controlar el ímpetu del individuo, por lo que los presentes debieron llamar a la Policía. Enseguida arribaron a la escena efectivos de la comisaría seccional Decimotercera y de la Unidad Regional I, quienes dialogaron con el maquinista y lo hicieron entrar en razones.De todas maneras, el hombre fue demorado y quedó a disposición del magistrado Marcelo Cardozo, al frente del Juzgado de Instrucción 1 de la Primera Circunscripción Judicial, con asiento en Posadas, donde se lleva adelante una causa instruida en principio por la Comisaría de la Mujer de la UR-I.En el lugar también trabajaron peritos de la Policía Científica, quienes llevaron adelante una serie de pericias para establecer en detalle la mecánica de los hechos, que dejaron consternados a más de un vecino de la zona, según las fuentes.





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