PARÍS, Francia (AFP-NA-Medios Digitales). El secretario de Estado norteamericano John Kerry prosiguió en París la ofensiva diplomática de Estados Unidos y Francia para sumar respaldo a un ataque contra Siria, acusada de haber perpetrado una matanza con armas químicas.Sin embargo, el presidente sirio, Bashar al Asad, negó una vez más en una entrevista con el canal estadounidense CBS estar detrás del ataque químico en las afueras de la capital siria, el 21 de agosto pasado. Después de haber obtenido el sábado el “apoyo político” de los europeos a una “respuesta clara y fuerte” a este ataque, Kerry se reunió ayer en París con los cancilleres de Egipto y Arabia Saudita y con representantes de la Liga Árabe.“Acordamos de forma unánime que el uso odioso de armas químicas por Asad (…) ha cruzado una línea roja internacional”, declaró Kerry tras el encuentro en París. “Un número de países firmó inmediatamente el comunicado (aprobado por doce países) del G-20”, en el que se hace un llamado a una “respuesta fuerte” a Siria, añadió.Entre ellos, Arabia Saudita y Catar, que apoyan a la oposición siria. En lo que respecta a los otros países, “cada uno hará su propio anuncio en las próximas 24 horas”, dijo Kerry.Irán, el principal aliado regional de Damasco, reiteró por su parte su oposición a cualquier intervención extranjera en Siria, “ilegal” según la Carta de las Naciones Unidas, afirmó el jefe de la diplomacia iraní, Mohamad Javad Zarif, de visita Bagdad. “Hacemos un llamado a todos los países a sentarse en la mesa de negociaciones para resolver pacíficamente la crisis siria”, declaró Zarif.Su homólogo iraquí, Hoshyar Zebari, también pidió una solución pacífica, afirmando que un “ataque militar afectarían los esfuerzos políticos en curso”. El Congreso estadounidense debe decidir en los próximos días si autoriza o no una intervención militar en Siria, tal y como lo decidió el pasado fin de semana el presidente Obama. Se desconoce cuál será el resultado de la votación, especialmente en la Cámara de RepresentantesMientras tanto, las televisiones estadounidenses emitieron durante todo el fin de semana imágenes de las víctimas de los ataques con armas químicas del 21 de agosto y Obama concederá hoy una entrevista a las grandes cadenas del país. Esta entrevista se emitirá por la noche y precederá al mensaje que Obama dirigirá a la nación el martes, antes de la votación del Congreso. “No será una guerra”“No estamos hablando de guerra. No se trata de Irak, Afganistán, ni siquiera de Libia o Kosovo. Estados Unidos cree que la única manera de acabar de verdad con el conflicto sirio pasa por una solución política”, aseguró Kerry ante la prensa francesa.Refiriéndose al “apoyo político” obtenido la víspera de parte de los 28 países miembros de la UE, el jefe de la diplomacia francesa, Laurent Fabius, precisó que Francia y Estados Unidos “no necesitan que todos estos países intervengan materialmente, ni militarmente. La mayoría de estos países no tienen recursos para hacerlo”, explicó.Días de fuegoEl Pentágono está alistando un ataque de tres días contra Siria, más intenso y largo que lo previsto originalmente, informó Los Ángeles Times en su edición del domingo.Las autoridades militares estadounidenses planean ahora realizar un intenso ataque con misiles, al que seguirán otros menores contra blancos que hayan quedado indemnes o no destruidos por completo en la primera fuerte ofensiva, dijeron fuentes al diario.Los dos oficiales agregaron a la publicación que la Casa Blanca pidió ampliar la lista de objetivos a alcanzar para incluir “muchos más” que en la primera lista de cincuenta blancos.La decisión se debe a que Estados Unidos busca obtener una mayor potencia de fuego y dañar las fuerzas dispersas del régimen sirio de Bashar al Asad.Los estrategas en el Pentágono consideran ahora usar bombarderos de la Fuerza Aérea, además de cinco destructores estadounidenses, que actualmente patrullan el este del Mediterráneo, para lanzar misiles de crucero y misiles de aire-superficie, desde fuera del alcance de las fuerzas de defensa sirias señaló el artículo.El portaaviones USS Nimitz que incluye un crucero y tres destructores está posicionado en el mar Rojo y también puede lanzar misiles de crucero contra Siria.“Habrá varias descargas y evaluaciones después de cada una de ellas, pero todas comprendidas en un lapso de 72 horas, y una indicación clara cuando hayamos terminado”, dijo al Times una fuente cercana al equipo de trabajo.En medio de dudas acerca de si la intervención estadounidense sería suficiente para reducir las capacidades militares de Al Asad, un oficial dijo al diario que el operativo que se planea sería más bien una “demostración de fuerza” que no cambiaría fundamentalmente la situación en el terreno.El ataque que planea Estados Unidos “no tendrá impacto estratégico en la situación actual en la guerra, que los sirios tienen bien controlada, y en las que los duros enfrentamientos podrían seguir dos años más”, observó otra autoridad. “Guerra para vender armas”El papa Francisco reiteró ayer su oposición a la guerra en Siria y denunció las “guerras comerciales para vender armas”, así como la “proliferación” de armamentos, instando a los dirigentes políticos a “encontrar una solución justa al conflicto fratricida”.Ante la multitud que llenaba la plaza San Pedro para escuchar la tradicional oración del Ángelus del domingo, el pontífice juzgó necesario “combatir el mal”. “Esto implica, entre otras cosas, decir no al odio fratricida y a las mentiras de las que se sirve, a la violencia en todas sus formas, a la proliferación de armas y su comercio ilegal. Éstos son los enemigos que hay que combatir unidos y con coherencia, no siguiendo intereses, que no sean los de la paz y el bien común”, declaró.Francisco también se refirió a “la guerra comercial para vender armas”, algo que no estaba en el texto que tenía previsto leer.El Vaticano se opone al proyecto de intervenci&
oacute;n militar en Siria porque considera que agravará aún más las masacres en el país. Tarea fina por el consensoBarack Obama se implicó personalmente este fin de semana en el esfuerzo de persuadir uno por uno a los miembros del Congreso para conseguir una mayoría favorable a la intervención en Siria de la que ahora mismo carece. Aunque el argumento principal es el de la necesidad de responder al uso de armas químicas por la seguridad de Estados Unidos y de sus aliados, también están en juego en este momento el futuro del presidente y la credibilidad del país, lo que complica y hace más imprevisible el resultado de la votación.Si esta fuera una decisión exclusivamente sobre la conveniencia o no de bombardear Siria, casi con seguridad Obama sería derrotado en el Congreso. Los norteamericanos no quieren esta guerra, y así se lo han hecho saber de forma abrumadora a los representantes de sus respectivos distritos. Pero los congresistas tienen que tener en cuenta otros factores que pueden incluir significativamente en su pronunciamiento final.Tras la votación sobre Siria, se oculta una suerte de referéndum sobre Obama y una declaración sobre el papel que EEUU, como superpotencia, debe jugar en el mundo. Y eso, en última instancia, puede ayudar al presidente. Por supuesto, no entre los republicanos más radicales vinculados al Tea Party, cuya posición en contra del ataque a Siria parece inamovible. Pero sí entre los demócratas y entre los republicanos moderados. Los demócratas saben que votar en contra destrozaría la presidencia de Obama y, tal vez, la reputación de su propio partido a largo plazo en el manejo de la política exterior. Los conservadores centristas son conscientes de que la derrota de la Casa Blanca minaría extraordinariamente la autoridad de EEUU como líder internacional.Cómo influye todo eso en la contabilidad de votos en el Capitolio se irá viendo a lo largo de la próxima semana. Puede depender, en primer lugar, del impacto del mensaje que Obama tiene previsto dirigir a la nación. Como prueban las encuestas, el presidente no ha podido todavía convencer a sus compatriotas de que existen, bien poderosas razones humanitarias o bien fundadas amenazas para la seguridad de EEUU, que justifican actuar militarmente en Siria.Si ese discurso sirve para variar el estado actual de la opinión pública, lo que no será fácil, todo resultará más sencillo para la Casa Blanca. Pero si el mensaje no tiene el impacto esperado, la suerte de Obama quedará plenamente en manos de los congresistas.





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