POSADAS. La causa que investiga el aberrante homicidio de la estudiante Lucía Maidana arrojó importantes novedades en las últimas horas. Una de ellas, en cierto modo, cierra una etapa de la investigación. Otra, por el contrario, abre una puerta a la esperanza de una eventual resolución del enigmático caso.La culminación de una etapa de la pesquisa guarda relación con el resultado de las muestras de ADN de diez sospechosos remitidas a Capital Federal, más precisamente al laboratorio del prestigioso genetista Gustavo Penacino.Todas, sin excepción, arrojaron resultado negativo y de alguna manera desvincularon de la causa, casi definitivamente, a las personas que se prestaron a la extracción de la muestra genética.Sobre todo, al estudiante de antropología que desde el principio de la investigación apareció en el centro de las sospechas.Sin embargo, la Justicia no baja los brazos y de hecho, accedió a una información calificada que podría arrojar importantes revelaciones con el devenir de los días.Se trata de una pista que no tiene vinculación con lo investigado hasta aquí, circula por un andarivel completamente diferente. Pero tiene un sospechoso bajo la lupa, o en la mira. El único dato que puede darse de él, sin riesgo de entorpecer la investigación, es que tiene antecedentes penales.El resto es, justamente, materia de investigación.En caso de comprobarse que este hombre es el responsable del crimen, podría decirse, sin temor a equívocos, que se trata de la resolución más inesperada y quizás insólita en la historia de la criminología de Misiones.En este orden, siempre de comprobarse esta línea investigativa, se estaría ante la certeza de un ataque al voleo, aunque es posible que el agresor conociera la zona, por su actividad laboral.Palabras más, frases menos, lo cierto es que la investigación no termina con el resultado negativo de los ADN de diez sospechosos, comparados con el patrón genético de semen colectado del cuerpo de la víctima.Si se considera la ferocidad y crueldad de la agresión, no sorprende que el nuevo sospechoso tenga antecedentes penales.PRIMERA EDICIÓN dejó trascender esa posibilidad desde un inicio, cuando informó que un hombre con antecedentes policiales, judiciales y hasta penales podría haber perpetrado el homicidio.Y no era para menos. Quien atacó a Lucía, primero la golpeó en la cabeza sin piedad y probablemente a fierrazos. Luego abusó sexualmente de ella e intentó esconder semejante salvajada quemando el cuerpo.Y no incendió el departamento porque le faltó tiempo. En este punto alcanza con recordar que, en la reconstrucción del hecho, el asesino tuvo seis minutos para escapar hasta la llegada del primer vecino que vio humo en el interior del departamento.Con anterioridad, las pericias de la Policía Científica habían determinado que el macabro asesino se había lavado al menos parte del cuerpo antes de desaparecer sin dejar rastros.La causa está radicada en el Juzgado de Instrucción 1 de la primera circunscripción judicial de Misiones, a cargo del magistrado Marcelo Cardozo. Misiones: dos necesidades imperiosasEl homicidio de Lucía Maidana, como tantos otros en la provincia, desnuda dos imperiosas necesidades en materia de investigación penal o criminalística.Por un lado, la instalación y puesta en funcionamiento de un laboratorio genético de última generación que pueda obtener resultados de ADN, evitando de esta manera engorrosas gestiones en Capital Federal y optimizando un valioso tiempo que en cualquier investigación criminal resulta decisivo.Es ilustrativo decir que, en la actualidad, un resultado de ADN, si la causa es grave y de significativa repercusión social, tarda un mínimo de tres meses. Eso si se trata de un caso trascendente, de lo contrario tres o más.Por el otro lado, es fundamental contar con un banco genético que funcione como archivo de violadores (aún no está reglamentada la ley del Congreso).





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