POSADAS. Duró apenas diez minutos, lo justo y necesario para que los ladrones se alzaran con el botín. Y lo suficiente para que el comerciante José Barone (49) considerada la situación como la peor de su vida. No es para menos: en un violento robo, los delincuentes le apoyaron dos armas en la cabeza y amenazaron con gatillar si no le entregaba el dinero de la recaudación.A bordo de una moto, huyeron de la escena con cerca de mil pesos, pero antes dejaron maniatado al comerciante con precintos que habían llevado especialmente. El hombre logró liberarse y dio aviso a la Policía, que hasta anoche buscaba intensamente al dúo.En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, Barone contó que todo sucedió alrededor de las 21.15 del último lunes en el local de “Minicenter”, la despensa de la que es dueño y que está emplazada sobre avenida López y Planes 4271, a pocos metros de la intersección con avenida San Martín, en Posadas.“Yo estaba cerrando el negocio cuando veo que llegan dos tipos en una motocicleta. Se bajan y uno de ellos me pide que le venda fiambre. Entonces me puse a abrir la puerta de vuelta, y ahí fue que ambos sacaron armas de fuego”, relató la víctima a este medio cerca del mediodía de ayer.Con los cascos puestos, la pareja de delincuentes “copó” el lugar y cerró la puerta. Entonces, según testimonios del propio Barone, se inició una verdadera pesadilla: “Me apoyaron las dos armas en la cabeza y me decían que iban a gatillar si no les daba la plata, que les entregara todo, porque si no me iban a matar”.En medio de las amenazas y mientras uno de los individuos mantenía encañonada a la víctima, el otro fue hasta la caja de la despensa y se alzó con cerca de 500 pesos en efectivo. Después, regresó hasta donde estaba su cómplice y le quitó a Barone otros 500 pesos que guardaba en su billetera.El amargo momento parecía llegar a su fin, pero los ladrones tenían preparado un último tormento antes de escapar. Para que no queden dudas de que habían salido a delinquir, uno de ellos extrajo de entre sus ropas un precinto plástico con el que ató las manos de Barone por detrás de la espalda, tras lo cual lo llevó hasta la parte posterior del local. Ahora sí, los malandras salieron del inmueble, se subieron a la motocicleta y aceleraron hasta perderse en la oscuridad de la noche.“Estaba todo armado, ya tenían el precinto listo. Una vez que se fueron hice fuerza, logré liberarme y llamé a la Policía”, narró el comerciante. Enseguida llegaron a la escena efectivos de la comisaría seccional Sexta, de Criminalística y de la Brigada de Investigaciones de la Unidad Regional I.Con las descripciones vertidas por el denunciante, los uniformados montaron un operativo que hasta el cierre de esta edición no había arrojado resultados positivos. “No tenían acento porteño ni paraguayo. Eran de acá. Uno era más alto, morocho, y el otro petiso, de tez trigueña”, señaló Barone sobre los autores del hecho.Barone intentaba recuperarse ayer después de vivir una sensación que, asegura, no olvidará jamás. “Esos diez minutos fueron los peores de mi vida”, narró el comerciante, que por estas horas analiza rever los horarios de atención al público, sobre todo en horas de la noche. Es que después de la pesadilla que vivió el último lunes, asegura que ya no será lo mismo volver a abrir las puertas de su despensa. A punta de cuchillo, le roban el auto a remiseroPUERTO RICO. Tres delincuentes que se hicieron pasar por clientes asaltaron a punta de cuchillo a un remisero, al que posteriormente maniataron y abandonaron en el acceso a Puerto Mineral, en un violento robo registrado el último lunes por la noche.Según el Departamento de Prensa de la Policía de Misiones, todo comenzó alrededor de las 23, cuando los tres delincuentes arribaron a una remisera emplazada sobre avenida San Martín y calle Culmey de Puerto Rico.Los malandras se hicieron pasar por clientes y solicitaron un viaje hasta Colonia Mbopicuá, localidad emplazada a casi ocho kilómetros de aquella primera ciudad. Cosas del destino, el viaje quedó en manos de un remisero de 24 años al mando de un Renault Logan.En principio el viaje transcurría normalmente, hasta que el vehículo transitaba a la altura del kilómetro 1.472 de la ruta nacional 12, en el acceso a Mbopicuá. En ese lugar, los malandras dejaron en claro sus oscuras intenciones cuando uno de ellos tomó por el cuello y desde atrás al trabajador del volante. Acto seguido, los delincuentes le apoyaron un cuchillo de importantes dimensiones en la zona de las costillas y lo obligaron a detenerse bajo amenazas de muerte.En medio de la oscuridad, los malhechores tomaron cinta adhesiva y maniataron al chofer de manos, luego de lo cual lo obligaron a sentarse en el asiento de atrás. Uno de los ladrones tomó entonces el volante y condujo hasta el acceso a Puerto Mineral, a unos veinte kilómetros de Puerto Rico. En ese lugar, obligaron al remisero a que descienda del Logan. En ese momento, el chofer pensó lo peor, pero los ladrones lo bajaron y siguieron rumbo hacia el anonimato a bordo del vehículo.En medio de una oscuridad total, de temperaturas bajo cero y preso de una terrible desesperación, el trabajador del volante logró liberarse de sus ataduras y radicó una denuncia ante la Policía.Uniformados de las comisarías de la zona y de la Unidad Regional IV, con asiento en Puerto Rico, montaron entonces un amplio operativo de rastrillaje para dar con el trío de malvivientes y el Renault Logan.Al menos hasta anoche, al cierre de esta edición, las autoridades no tenían mayores pistas sobre la ubicación de los ladrones ni del automóvil siniestrado.





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