OBERÁ. El jueves a la noche, a los 102 años, falleció en Oberá el gran Isidoro Gritti. Además de ser uno de los pioneros del automovilismo deportivo misionero, “Toscanito” fue un personaje viviente de la historia obereña, porque también se destacó como mecánico y la fama trascendió las fronteras de la provincia.Nació el 23 de enero de 1911, en Coronel Bogado, Paraguay. Pero con apenas 4 años la familia se instaló en Candelaria y después se mudaron a Santa Ana. Por aquellos años vio por primera vez un auto: un Ford T. “Me dio mucha impresión y tanto miedo que me metí debajo de la cama”, recordó entre risas en enero de este año, cuando cumplió 102 años, en declaraciones públicas. También habló de su edad. “No vamos hacer una fiesta grande. Ya me hicieron cuando cumplí 90 y después los 100. Así que ahora me toca recién a los 110… si llego”, dijo con una gran sonrisa. “Cuando uno tiene más de 100 años está un poco más cansado, pero hago todo lo posible para no estar sentado. Camino, charlo con la gente, voy al centro y vengo caminando”, contó con una vitalidad admirable.Volviendo a su historia, en 1936 se instaló en Leandro N. Alem para trabajar como mecánico, y al poco tiempo tenía clientes de toda la provincia. Se casó con Elvira Kunz y tuvieron un hijo, Héctor Gritti.En 1946 llegó a Oberá y abrió su taller frente a la Escuela 185, hoy pleno centro de la ciudad. Su fama como mecánico se acrecentó a principios de los años 60, cuando preparaba el coche de su hermano Gerardo, quien competía a nivel nacional en Turismo Carretera y residían en Buenos Aires.Fue protagonista con su hermano Gerardo, inmolado en las 500 Millas Mercedinas de Turismo Carretera en 1966, cuando se incendió su Ford; y de las Vueltas de Misiones de la década del 50 junto a grandes pilotos del Nordeste.En 1954, entre doce máquinas y tras algo más de 1.100 kilómetros, fue segundo detrás del chaqueño Eleuterio Schwemler; y tercero su gran amigo Virgilio “Yiyo” Marín.En 1955, “Toscanito” llegó tercero en la doble Vuelta Posadas-Estación Apóstoles, detrás de Miguel Snijur y de Marín. Y cerrando la década, la Segunda Vuelta de Misiones, sobre 364 kilómetros, fue para José Koteski, escoltado por los hermanos Isidoro y Gerardo Gritti.“Murió en paz, tranquilo, como él quería, sin sufrir. Fue una persona muy buena”, expresó ayer, entre lágrimas, su hijo Héctor cuando PRIMERA EDICIÓN pasó a despedirlo.





Discussion about this post