OBERÁ. En la plaza del Villa Stembrerg, las precarias viviendas continúan levantándose desde la intrusión del espacio público. Son de pequeñas dimensiones de unos cuatro metros por tres, con estructuras de madera reutilizada, mientras que otros intrusos siguen viviendo en precarias carpas.Una de las vecinas dijo que “nadie se acercó a hablar con nosotros, todo sigue igual. Algunos se fueron a trabajar por eso no están, acá, yo estoy viviendo acá porque estoy alquilando pero no puedo pagar porque mi sueldo es muy poco y no puedo seguir pagando por eso me viene bien. Tengo hijos y nietos que viven conmigo, estamos cinco personas en la casa, pagaba 800 pesos pero hace un mes que no pago y lo que gano no es mucho, no tengo ningún beneficio social. Los chicos estudian, van a la escuela no solo porque vivimos acá vamos a dejar que los chicos se queden. Yo hice solo la primaria y me gustaría que ellos terminen la secundaria para que sean alguien en la vida”. Ahora hay un terreno delimitado con un alambre tejido, algunas casas están a la altura del techo, mientras tratan de avanzar con el armado de casa, enderezando clavos para poder usarlos se abastecen de agua potable de una canilla pública ubicada cerca del predio que ocupan, “el tema de la luz es otra cosa, por ahora vamos a intentar vivir en una casita chica, van a entrar dos cuchetas, somos cinco y no queda nada de espacio”, dijo la vecina. A favor y en contraLa opinión de los vecinos está dividida porque esta situación sienta un precedente y entienden que cualquier persona que esté en la misma situación puede llegar a ocupar de manera irregular una propiedad pública o privada. Por el otro lado están los que prefieren esta ocupación a que en el lugar se junten grupos de jóvenes que toman bebidas alcohólicas y generan disturbio en el barrio. En los próximos días podría expedirse la Justicia, la Municipalidad agotó el diálogo y espera una notificación judicial.





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