SANTIAGO, Chile (AFP-NA). Tres años después del derrumbe que sepultó a los 33 mineros de Atacama al fondo de una mina en el norte de Chile, la Fiscalía cerró el caso sin acusados, mientras sus protagonistas están lejos de tener la fama y fortuna que se pensó.La investigación, que perseguía la responsabilidad penal de los dueños de la mina San José, se cerró sin acusaciones al determinarse que no existían elementos para continuar la indagación.“Se adoptó esa decisión de no perseverar, porque no había convicción para formular una acusación”, dijo el fiscal regional de Atacama, Héctor Mella, a periodistas.El cierre de la primera indagación judicial ocurre a pocos días del aniversario de un derrumbe que fue seguido por todo el mundo, desde que se supo que los mineros estaban con vida. La investigación se abrió el 5 de agosto de 2010, cuando los 33 mineros quedaron sepultados a más de 600 metros de profundidad, al interior de un yacimiento que se explotaba por más de cien años, que no tenía vías auxiliares de emergencias y que ya había sido clausurada.El proceso tenía como principales inculpados a los dueños del yacimiento, los empresarios Marcelo Kemeny y Alejandro Bohn.La decisión de no perseverar “es una muestra clara de que efectivamente los dueños de la mina San José no había cometido ningún delito (…) Fue un lamentable accidente”, dijo su abogada defensora, Catherine Lathrop, al diario La Tercera.“Nosotros llamamos a nuestro abogado y nos dijo que estuviéramos tranquilos, (porque) nosotros tenemos otra demanda por negligencia” contra el Estado, comentó ayer el minero Luis Urzúa, que actúa como vocero de los 33 rescatados.La demanda por negligencia fue planteada un año después del derrumbe y exige una indemnización de casi 500 mil dólares para cada minero. En ella, se acusa al Servicio Nacional de Geología y Minas (Sernageomín) de no haber inspeccionado las condiciones laborales y de seguridad de la mina.El Sernageomín fue completamente restructurado tras el accidente y se aumentó el número de fiscalizadores. Un cambio completo de la legislación prometido por el Gobierno aún no emerge del Congreso.“Me parece increíble que después de tres años de investigación se determine eso”, comentó el ex ministro de Minería, Laurence Golborne, quien lideró el rescate.“Mi reacción es de dolor”. Que se considere que no hay culpables “es difícil de aceptar”, planteó por su parte la senadora socialista Isabel Allende, a radio Cooperativa.La mina San José permanece semi abandonada, mientras que los dueños del yacimiento alcanzaron en octubre de 2011 un acuerdo judicial para pagar el 25% de los costos del rescate, que en total ascendieron a unos 22 millones de dólares.La operación requirió la perforación de un gigantesco túnel por el cual emergieron, uno a uno, los 33 mineros, sanos y salvos.Los mineros recordarán el lunes el tercer aniversario del derrumbe con una misa en el Santuario a la virgen de La Candelaria en Copiapó, unos 800 kilómetros al norte de Santiago. Tres años después, su vida transcurre lejos de la fama y fortuna que se pensó podrían atesorar como protagonistas de una historia de sobrevivencia que dio vuelta al mundo. “Los 33 están bien todos, trabajando y viviendo ya en distintas partes del país”, relata Urzúa.¿Alguno de ellos ha alcanzado fama y fortuna? “Nooo. Imagínese, si estuviéramos millonarios no estaríamos andando en metro (transporte público)”, responde el líder de los mineros, el último en abandonar la mina la noche del 13 de octubre, al final de una impecable operación que se extendió por 22 horas.





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