SAN IGNACIO. El hombre que fue ejecutado a balazos y lanzado en aguas del río Paraná, que apareció flotando a la altura de este municipio, era buscado por la Justicia de Brasil por una condena a cinco años de prisión por el delito de “estafas”, consignaron fuentes judiciales en forma exclusiva a PRIMERA EDICIÓN. El fugitivo, cuyo cuerpo fue avistado por un pescador el jueves pasado, a eso de las 15, fue ultimado de al menos dos balazos. Uno de los proyectiles impactó en el mentón y el otro a la altura de la nuca.Los primeros datos del examen forense permitieron determinar que el cadáver llevaba cinco días en el agua y estaba en avanzado estado de descomposición.Se desconoce por completo el punto exacto donde sucedió el crimen, pero todo apunta a un episodio de ribetes mafiosos y al posible móvil de un ajuste de cuentas.Pese a que el cuerpo estaba muy deteriorado, los uniformados encontraron un cédula de identidad en el bolsillo del pantalón que vestía. Según ese documento, se trataría de Maxuel Moreira Da Silva, aunque habrá que esperar, de solicitarlo el vecino país, una prueba de ADN para confirmarlo.De ser así, si el cuerpo encontrado el jueves pasado en el río Paraná, a la altura de San Ignacio, es el de Moreira Da Silva, se trataría de un hombre que en Brasil era buscado por una condena a cinco años de prisión por el delito de “estafas”.En este sentido, el informe médico forense preliminar arrojó otros datos interesantes: la víctima fue salvajemente torturada antes de ser ejecutada a puro plomo. Al parecer, tenía la mandíbula y varias costillas fracturadas, producto de una feroz golpiza.Hipótesis“Creemos que una de las personas a las que habría estafado se vengó haciéndolo boleta”, señaló uno de los detectives asignados al caso.Al menos hasta anoche no se había registrado ningún pedido de repatriación de los restos a Brasil, agregó el portavoz.El hallazgo del cuerpo se produjo el jueves pasado, alrededor de las 15. Un pescador vio que el cadáver flotaba a unos doscientos metros de la orilla argentina y decidió alertar a la Prefectura Naval.Poco después la Policía de Misiones tomaba intervención en el asunto. Así trascendió que el cuerpo estaba muy deteriorado. Sin embargo, los forenses pudieron determinar que presentaba al menos dos impactos de bala; uno en el mentón y el restante en la nuca.Además, fracturas óseas en la mandíbula y en varias costillas. Para los investigadores, no hay dudas de que se trató de un asesinato propio de las vendetas de frontera.El sumario policial estuvo a cargo de la comisaría de San Ignacio, con intervención del Juzgado de Instrucción 6 de Posadas, a cargo del magistrado Ricardo Walter Balor, concluyó el vocero.





Discussion about this post