OBERÁ. Dos vecinas de la ciudad se unieron para solidarizarse con las familias de los tareferos accidentados el pasado 17 de junio. Blanca Ayala y Celia Soria decidieron sumar ayuda y organizaron una jornada solidaria con el lema “Por la dignidad y el derecho del amigo tarefero”. La actividad estaba prevista para el fin de semana pasado, pero por la lluvia y el intenso frío se postergó hasta el sábado, en la Plazoleta de la Equidad, en el centro de la ciudad.“Queremos aportar nuestro granito de arena, fuimos y hablamos con la familia Miranda, que perdió al padre de la familia y a un hijo, queremos solidarizarnos con ellos, durante la semana hicimos una feria de ropa en el patio de su casa y todo lo recaudado con la venta de las prendas donadas se dividió entre dos familias”, dijo Celia. Los deudos de la familia Miranda y Franco estuvieron acompañando la jornada solidaria que no tuvo la respuesta deseada, pero sin dudas todo lo recaudado será de utilidad.Miguel Ángel Miranda (55) fue una de las víctimas fatales, “toda la vida fue tarefero y yo lo acompañaba hasta hace un tiempo, que empecé a tener problemas de salud. Por ahora nos estamos arreglando con la ayuda de Dios, cobro la asignación universal por mi hijo de once años. Hasta ahora no recibimos ningún tipo de ayuda, antes de las elecciones iban a vernos, pero ahora no fueron más. En el barrio casi todos son tareferos, pero mermó el trabajo porque no vi entrar ni un camión más después del accidente. La vida del tarefero es sufrida y se gana apenas para sobrevivir”, dijo Santa Isabel Franco, esposa de Miranda y madre de Hugo Arturo Franco, quien también falleció en el accidente.“Mi hijo se crió en el yerbal, desde chico tarefeó, por eso no fue a la escuela y no sabía leer ni escribir. Tenía 27 años cuando falleció y dejó a su esposa y cuatro chicos de seis años a cuatro meses, ellos viven en mi terreno, ahora tenemos que criar a los chicos. Los accidentados algunos van a quedar con secuelas para toda la vida, todos necesitan ayuda porque no pueden trabajar”, dijo Franco. El dolor y la angustia vuelve a apoderarse de los familiares cada vez que recuerdan el accidente y todo lo vivido. La esposa de Juan Sergio Lemes comentó que “él estaba trabajando en la construcción pero la obra paró y para no perder la semana decidió ir a tarefear, llevó a mi hijo de catorce años con él, pero todo salió mal. Mi marido sufrió una fractura en la pierna y mi hijo tuvo golpes, ninguno de los dos quiere saber nada más con ir al yerbal. Mi esposo apenas camina y vive a base de calmantes para los dolores, yo trabajo como empleada doméstica, la familia nos ayuda y la gente de la iglesia también porque tenemos cinco chicos”, explicó la mujer Las donaciones recibidas se distribuyeron esa misma tarde-noche, “nos donaron 50 pesos para pagar el remís que va a llevar todas las cosas hasta Villa Bonita. La idea también era armar botiquines para que los capataces lleven elementos de primeros auxilios. Yo fui tarefera y sufrí esa situación en carne propia”, comentó Blanca. No participaron representantes de ninguna asociación de tareferos o vinculados a la actividad, sí dos músicos, Cristian y Valentín Zabala, que los acompañaron interpretando temas de su repertorio.





Discussion about this post